Hace años que se piensa que las técnicas agrícolas intensivas generan niveles desproporcionados de contaminación, escasez de agua y erosión del suelo, pero cada vez hay más pruebas de que esto no es así. Un estudio de la Universidad de Cambridge publicado en la revista “Nature Sustainability”, explica que, a pesar de lo que se creía, la agricultura ecológica o respetuosa con el medio ambiente necesita más tierra, lo que supone un coste ambiental por unidad de alimento más alto, en comparación con la de “alto rendimiento” que emplea menos tierra; por lo que la agricultura de alto rendimiento es mejor para el Medio Ambiente siempre y cuando se realice de forma razonable, es decir, conservando los hábitats naturales.
“Los sistemas orgánicos a menudo se consideran mucho más ecológicos que la agricultura convencional, pero nuestro trabajo sugiere lo contrario. Al usar más tierra para producir el mismo rendimiento, lo orgánico puede finalmente generar costos ambientales más grandes”.
Para llegar a esta conclusión, los científicos de esta investigación diseñaron medidas para algunas de las principales «externalidades», como la emisión de gases de efecto invernadero, el uso de fertilizantes y agua, generadas por sistemas agrícolas de alto y bajo rendimiento, y compararon los costos ambientales de producir una cantidad determinada de alimentos en diferentes formas.
El estudio analizó información de cientos de investigaciones en cuatro vastos sectores alimentarios, que representan grandes porcentajes de la producción mundial de cada producto: arroz con cáscara asiático (90%), trigo europeo (33%), vacuno latinoamericano (23%) y producción de leche europea (53%). Entre los ejemplos de estrategias de alto rendimiento, se incluyen sistemas de pasturas mejorados y razas de ganado en la producción de carne, el uso de fertilizantes químicos en los cultivos y el mantenimiento de las vacas lecheras en el interior por más tiempo.
En pruebas de campo, vieron que el nitrógeno inorgánico aumentó los rendimientos con poca o ninguna «penalización» a los gases de efecto invernadero y redujo el uso de agua por tonelada de arroz. Por tonelada de carne de res, el equipo descubrió que las emisiones de gases de efecto invernadero podrían reducirse a la mitad en algunos sistemas donde los rendimientos se potencian al agregar árboles para proporcionar sombra y forraje para el ganado.
El estudio solo analizó la agricultura orgánica en el sector lácteo europeo, pero descubrió que, por la misma cantidad de leche, los sistemas orgánicos causaron, al menos, un tercio más de pérdida de suelo y ocuparon el doble de tierra que la lechería convencional.
El coautor, el profesor Phil Garnsworthy de la Universidad de Nottingham (Reino Unido), quien dirigió el equipo de productos lácteos, explica: «En todos los sistemas lácteos encontramos que un mayor rendimiento de leche por unidad de tierra generalmente conduce a una mayor eficiencia biológica y económica de la producción. Las vaquerías deberían dar la bienvenida a noticias sobre que los sistemas más eficientes tienen menor impacto ambiental».
La investigación previa comparó los costos por área de tierra. Como la agricultura de alto rendimiento necesita menos tierra para producir la misma cantidad de alimento, los autores del estudio dicen que este enfoque sobreestima su impacto ambiental. Sus resultados de cuatro sectores agrícolas principales, sugieren que, contrariamente a las percepciones de muchas personas, una agricultura más intensiva que usa menos tierra también puede producir menos contaminantes, causar menos pérdida de suelo y consumir menos agua.
Finalmente, los científicos encontraron que los datos son limitados y dicen que se necesita más investigación sobre el costo ambiental de los diferentes sistemas agrícolas. Sin embargo, los resultados de su evaluación sugieren que la agricultura de alto rendimiento es mejor para el Medio Ambiente desde el punto de vista ecológico. No obstante, advierten que, si se usan los rendimientos más altos simplemente para aumentar los beneficios o bajar los precios, solo se acelerará la crisis de extinción que ya se está viendo.
«La agricultura es la causa más importante de pérdida de biodiversidad en el planeta”, afirma en un comunicado el autor principal del estudio, Andrew Balmford, profesor de Ciencia de la Conservación del Departamento de Zoología de Cambridge, Reino Unido. “Se siguen despejando hábitats para dar paso a las tierras de cultivo, dejando cada vez menos espacio para la vida silvestre. Nuestros resultados sugieren que la agricultura de alto rendimiento podría aprovecharse para satisfacer la creciente demanda de alimentos sin destruir más el mundo natural. Sin embargo, si queremos evitar la extinción masiva, es vital que la agricultura eficiente se vincule con más áreas silvestres libres de cultivos».
Así pues, los autores del estudio creen que la agricultura de alto rendimiento debe combinarse con mecanismos que limiten la expansión agrícola para que tengan algún beneficio ambiental. Estos podrían incluir una estricta zonificación del uso de la tierra y reestructuración de subsidios rurales. Asimismo, también sugieren que donde la agricultura está fuertemente subsidiada, los pagos públicos podrían estar supeditados a mayores rendimientos de alimentos de la tierra que ya se cultiva, mientras que otras tierras se retiran de la producción y se restauran como hábitat natural para la vida silvestre.
Fuente principal: Europa Press Cienciaplus