Investigadores de las universidades de Vigo y de Santiago analizan el deterioro que la planta invasora Carpobrotus edulis produce en el suelo para mejorar las estrategias de erradicación y regeneración
Carpobrotus edulis (L.) es una planta invasora suculenta de origen sudafricano, de hojas carnosas y porte rastrero. Sus flores alcanzan un gran tamaño (10cm) y poseen un color llamativo (amarillo o fucsia). También se la conoce como “uña de gato” o “herba de coitelo” y fue citada por primera vez en España en O Grove en el año 1900. El nombre del género hace referencia a sus frutos, los cuales son comestibles (“karpos”, fruta en griego, y “brotus”, comestible), mientras que su nombre común, lo hace a la forma de sus hojas, las cuales recuerdan a una garra, uña o dedo. Esta planta crece a ras de suelo con individuos clonales conectados por estolones, teniendo un gran potencial de supervivencia, ya que tolera condiciones extremas como la sequía y la salinidad; por lo que se la suele ver en zonas costeras y de arena.
Carpobrotus edulis fue introducida como una planta ornamental fijadora de suelos en zonas costeras, y a partir de ahí se ha ido expandiendo ampliamente, desplazando a especies autóctonas protegidas, lo que constituye una grave amenaza para la biodiversidad. Por ello, y debido a su potencial colonizador, esta especie ha sido incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, aprobado por el Real Decreto 630/2013, del 2 de agosto, quedando prohibida en España su introducción en el medio natural, posesión, transporte, tráfico y comercio. Sin embargo, todavía se sigue vendiendo en viveros.
Además de tener una complicada eliminación, Carpobrotus edulis provoca daño al suelo, impidiendo que éste se pueda regenerar a medio plazo después de su eliminación. Para detener su expansión, es necesario, por tanto, conocer la relación ecofisiológica entre dicha especie invasora y las demás especies de plantas de dunas marinas, lo cual ha sido el objetivo del proyecto coordinado por investigadores del Grupo de Ecofisiología Vegetal de la Universidad de Vigo en colaboración con científicos de la Universidad de Santiago de Compostela, el cual empezó en el año2014 y acaba de finalizar, con importantes avances centrados en los mecanismos de extracción manual cara la lucha contra esta planta invasora.
Hasta ahora, Carpobrotus edulis era eliminada de forma manual arrancando sus ejemplares, pero en muchos casos, los restos quedaban en lugar de la extracción o eran transportados, trasladando así los propágulos de la planta, lo que favorece todavía más su expansión, tal y como se ha comprobado en este proyecto. Según Luis González, investigador principal del Grupo de Ecofisiología Vegetal, los fragmentos de la planta poseen la capacidad fisiológica para enraizar por sí mismos, y esta capacidad permanece intacta durante largo tiempo y en trocitos muy pequeños. Por ello, es necesario un manejo adecuado de los residuos, de modo que el material vegetal eliminado no permanezca almacenado o abandonado en el mismo suelo que se pretende recuperar.
Además, hay que destacar que Carpobrotus edulis es una planta clonal, lo que quiere decir que se puede reproducir asexualmente mediante el enraizamiento espontáneo de ramas jóvenes, lo que permite que distintas plantas, unidas entre sí, cooperen en el proceso de invasión; así como también es una buena competidora por los recursos como el agua, ya que las plantas más expuestas reciben agua de las más alejadas gracias a que invierten más en estructuras aéreas, al no necesitar extensas raíces. Además, cabe añadir que sus semillas son distribuidas por parte de animales como las gaviotas, y gracias a sus llamativas flores, los polinizadores acuden más a ellas que a las especies autóctonas.
En el proyecto en cuestión, los científicos analizaron la variabilidad fenotípica y los cambios en la relación suelo-planta durante el proceso de invasión, en donde obtuvieron resultados que “pueden ser cruciales para el control de Carpobrotus edulis o que pueden iniciar una nueva línea de estudio en el tema de las plantas invasoras”, donde destacan el hecho de que esta especie invasora “incorpora una gran cantidad de materia orgánica al suelo en su proceso de invasión, mientras que en el de descomposición natural, produce cambios en el ciclo de nutrientes, pH y actividades enzimáticas del suelo de las dunas”, los cuales hacen que el suelo quede “desnudo y transformado” y dificulta la recuperación del mismo y de la flora autóctona de la zona, a la vez que favorece la aparición de otras especies invasoras. Con lo que, además de tener cuidado en el arranque manual de las plantas, hay que llevar a cabo un seguimiento del espacio recuperado.
La erradicación de Carpobrotus edulis sería tan simple como arrancar las plantas y evitar que la mano del hombre siga con su extensión, pero la escasez de iniciativa y presupuesto por parte de las administraciones hace que las tareas de eliminación queden incompletas o se extiendan en el tiempo de tal manera que la planta es capaz de recuperarse y ganar de terreno. Otra manera de evitar su expansión sería utiliza una cobertura vegetal densa sobre ella, ya que la especie necesita sol; así como también se podría llevar a cabo la incineración in situ de las plantas arrancadas con el fin de garantizar que no se va a favorecer la dispersión de semillas o propágulos.
Finalmente, los investigadores destacan que los esfuerzos deben ir dirigidos por un lado a aplicar la normativa existente que prohíbe su uso y la comercialización, y por otro, a ampliar el conocimiento de los profesionales del sector y de la administración, de modo que se pueda actuar en el origen del problema. Además, hay que seguir con el estudio de las relaciones que se establecen entre las especies para lograr contrarrestar su capacidad invasora y evitar el avance en zonas de especial interés mediante la promoción de la flora autóctona, elaborando para ello, catálogos de actuación adecuados e implicar a la ciudadanía en la investigación a través de la Educación Ambiental, informando a la sociedad sobre la problemática de las especies invasoras en general, tal y como se llevó a cabo hace dos años en un proyecto de ciencia para la ciudadanía en colaboración con alumnado del IES Illa de Arousa.
Fuente principal: Duvi Universidad de Vigo