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Artisanópolis, la primera ciudad flotante en aguas de la Polinesia francesa

03/01/2018
Artisanópolis Portada

A pesar de que el hombre ha construido sobre las aguas plataformas petrolíferas y el archipiélago artificial de las Islas Palm de Dubai, todavía no se ha asentado en los mares, hasta ahora. La organización Seasteading Institute propuso hace unos años el proyecto Artisanópolis, la primera ciudad flotante del mundo autosostenible, la cual se ubicará en el 2020 sobre una laguna de la Polinesia francesa, en el océano Pacífico.

Detrás de esta idea impulsada desde Silicon Valley, están un ex ingeniero de Google y el cofundador de PayPal, entre otros gurús tecnológicos que pretenden extender en las aguas internacionales un nuevo modelo de sociedad basado en plataformas flotantes ecológicas y punteras tecnológicamente, con las que responder a desafíos como la subida del nivel del mar, el desarrollo sostenible o la erradicación del hambre.

Artisanópolis, el origen

El Seasteading  Institute lleva trabajando sobre el proyecto de Artisanópolis desde su creación en 2008 en Silicon Valley, epicentro de la innovación, por el que la idea de este proyecto  persigue también un modelo de ciudad startup. Patri Friedman, ex ingeniero de Google, fue el impulsor de la iniciativa, que rápidamente captó el interés de Peter Thiel, cofundador de PayPal, quien se convirtió en inversor.

Artisanópolis consistiría en un conjunto de plataformas que flotarían sobre la superficie del agua y que podrán ser movidas por grandes barcos hacia diferentes localizaciones para crear formaciones y calles sobre el mar.

Artisanópolis

Los creadores pretenden que esta ciudad forme parte del futuro de las civilizaciones y se convierta en todo un referente de innovación arquitectónica y social. El objetivo es que, junto a un nuevo modelo de urbe, aparezca un nuevo estilo de vida. En palabras de los diseñadores, «en esta era de opciones de gobernanzas limitadas, proponemos un modelo alternativo que permita que nuevas comunidades se formen más allá de las jurisdicciones de las naciones existentes, para promover la libertad y competencia en el mercado».

Aunque ya lleven años trabajando, ha sido hace nada cuando los impulsores han logrado firmar un acuerdo con las autoridades de la Polinesia francesa para hacer real esta idea de ficción.

En la web del Seasteading Institute, se muestra un vídeo sobre cómo tiene lugar el diseño de la isla flotante, en el que se explica qué infraestructuras albergaría y cómo se podría vivir ahí.

En un principio, Artisanópolis contará con casas, parques y oficinas, y es probable que también disponga de escuelas y hospitales. Sin embargo, será caro residir ahí, ya que su construcción no es nada barata. Por ello, para atraer a sus futuros moradores, los promotores quieren diseñar una “comunidad vibrante que explore nuevas vías de convivencia” y que “ofrezca oportunidades únicas en acuacultura y cultivo vertical, así como en investigaciones sobre ecología, energía de las olas, medicina, nanotecnología, informática, estructuras marinas o biocombustibles”.

ciudad flotante Artisanópolis

detalle Artisanópolis

También hay que destacar que esta ciudad flotante inteligente, también será autosostenible y no tendrá impactos negativos en el medioambiente, ya que empleará energías renovables,  como hidroponía, plantas desaladoras, reciclaje de residuos, y captación de energía del sol, aire y mar. Además, para hacer frente a temporales con  fuertes vientos y grandes olas, la ciudad estará protegida por un enorme muro.

Fases del proyecto

Durante cinco años, el Sesteading Institute ha estado investigando el potencial de comunidades flotantes en el mar, el cual ha culminado con el diseño de Artisanópolis llevándose ya  a cabo, para el cual se analizaron los deseos y necesidades específicas de clientes potenciales y se escogió su localización y diseño. Todo esto, se ha ido realizando en 3 fases, las cuales se describen a continuación.

Fase I

El Proyecto de Ciudad Flotante combina ambos principios de construcción sobre el mar y ciudad startup, tratando de ubicar una ciudad flotante dentro de aguas territoriales de una nación existente.

Desde hace tiempo, el Seasteading Instutite ha buscado aguas internacionales con la libertad de establecer nuevas naciones y estimular un gobierno competitivo desde el exterior. Sin embargo, decidieron apostar por una nación hospedadora, ya que es menos costoso de construir en sus aguas más tranquilas, facilita el traslado de los residentes, así como para la adquisición de materiales y recursos; y ofrece un marco legal, con sus protecciones y responsabilidades asociadas.

Por ello, en esta fase, el Seasteading Institute comenzó a negociar con posibles naciones, así como también recopiló información sobre los deseos de potenciales residentes de 67 países, donde vio que lo que más se demandaba era que la primera ciudad flotante  tuviera un tipo de política independiente.

Fase II

A finales de 2014, se habló con delegaciones de arquitectos e ingenieros para debatir cuál sería la ubicación de la ciudad, así como también se pensó la idea de crear un mercado en ésta para sus habitantes, con turismo, acuicultura, un parque de negocios, un instituto de investigaciones y un planta de energía para vender energía y limpiar las aguas de la nación hospedadora.

Además, si se crean trabajos para los residentes locales, se lograría autonomía política por parte del gobierno, por lo que en esta fase, se elaboró un borrador de un acuerdo legal para presentar a dicha nación hospedadora. Así, una vez logrado dicho acuerdo, se revelaría la localización de la ciudad flotante y se haría allí una conferencia para invitar a inversores, residentes potenciales y desarrolladores a investigar las posibles oportunidades lucrativas.

A su vez, en esta segunda fase también se avanzó en el proceso de diseño de construcción, mejorando dicho diseño (incluyendo pruebas de tanques de olas y cálculos financieros más detallados), profundizando en las negociaciones diplomáticas con varias naciones hospedadoras potenciales, recogiendo feedback de los potenciales residentes, y viendo inversores potenciales.

Artisanópolis con muro

Fase III

El 13 de enero de 2017 comenzó esta tercera fase del proyecto, ahora denominado Proyecto de Isla Flotante. Ese día, delegados del gobierno de la Polinesia francesa viajaron a San Francisco para firmar un “Memorandum de Entendimiento” con el Seasteading Institute, estando ésta de acuerdo con la cooperación del desarrollo de la legislación para el proyecto para finales de 2017.

El MOU obligó al Seasteading Institute a hacer un análisis económico para demostrar los beneficios económicos para la Polinesia francesa, así como también una evaluación medioambiental para asegurar la salud del océano y del fondo marino.

En cuanto estos estudios se completen, la Polinesia francesa colaborará con el Seasteading Institute para desarrollar un “marco de gobierno especial” para las zonas de tierra y mar.

Gran apoyo al proyecto de Artisanópolis

Mientras nos mantenemos a la espera de los avances de este proyecto en sus siguientes fases, cabe indicar que Artisanópolis ya cuenta con más de mil donantes y el apoyo de emprendedores, biólogos marinos, ingenieros, acuicultores y expertos en legislación marítima. Además, a través de plataformas de crowfunding, el proyecto ha ido aumentando su presupuesto, el cual cada vez se acerca más a los 30 millones de dólares establecidos como costes iniciales para su construcción.

Fuentes:  Seasteading Institute , Ecoinventos y El Mundo