Durante los últimos años, muchos investigadores han apostado por el reciclaje de residuos, como plásticos o posos de café, para la elaboración de carburantes, sin obtener un gran éxito. Ahora, un grupo de científicos de la Universidad Técnica de Múnich (Alemania), ha diseñado un nuevo método más sencillo y rentable para producir biocombustibles a partir de basura orgánica.
Hasta el momento, este proceso no era viable debido a la necesidad de una enorme cantidad de energía y temperatura; pero ahora, este equipo de investigadores, ha logrado reducir de manera significativa dichos requisitos, gracias a la utilización de una solución acuosa con cristales de zeolita, que permite dividir los enlaces de carbono y oxígeno.
Las Zeolitas (o Ceolitas) son minerales microporosos que destacan por su capacidad de hidratarse y deshidratarse de forma reversible, por lo que se suelen utilizar y vender como adsorbentes y catalizadores (moléculas que aceleran un proceso químico) de la industria petroquímica, donde pueden ser altamente específicas. Hasta octubre del 2012 se han identificado 206 tipos de zeolitas según su estructura, de las que más de 40 son naturales y las restantes, sintéticas. Las zeolitas naturales se encuentran tanto en rocas sedimentarias como volcánicas y metamórficas.
«Buscábamos catalizadores adecuados para acelerar la reacción y dimos con las zeolitas, que son cristales con pequeñas cavidades en la que las reacciones tienen lugar bajo condiciones de hacinamiento, comparables a las de los bolsillos de enzimas», explica Johannes Lercher, director del estudio. «Nuestros experimentos demuestran que las zeolitas reducen significativamente los niveles de energía requeridos para las reacciones», lo que facilita que la obtención de biocombustibles a partir de basura orgánica sea viable.
La investigación se encuentra todavía en sus fases iniciales y aún queda mucho trabajo por hacer antes de que la nueva técnica pueda ser desplegada. «Esperamos que en el futuro sea utilizada para crear las condiciones necesarias para los nuevos procesos de producción», concluye Lercher.
Fuente: Computer Hoy