Bolsas biodegradables: qué son, cómo se elaboran, tipos y cuáles comprar

Desde que se inventó el plástico, este se ha convertido en un material indispensable para el día a día. Sin embargo, al utilizarlo en aplicaciones y objetos de un solo uso, como las bolsas, es altamente contaminante y tarda cientos de años en descomponerse. En consecuencia, actualmente su uso rápido desechable se está restringiendo y prohibiendo, a la vez que se van desarrollando alternativas, como los materiales biodegradables. En este artículo, nos centraremos en las bolsas biodegradables, hablaremos de sus beneficios y sus tipos, y os recomendaremos algunas para comprar.

¿Qué son las bolsas biodegradables? Qué significa que una bolsa sea biodegradable y cómo se sabe que lo es

Una bolsa biodegradable es aquella hecha de un material especial que hace que, tras ser utilizada, sea capaz de descomponerse de manera natural gracias a la acción de microorganismos como hongos o bacterias, al estar en contacto con el aire, la luz solar, la tierra o el agua.

Con respecto a quién y cuándo se crearon las bolsas biodegradables, cabe indicar que en 1976 la compañía británica Imperial Chemical Industries (ICI) creó el primer producto que se comercializaría como bioplástico, y en 1983, Biopol® fue presentado como el primer plástico totalmente biodegradable. Asimismo, para el año 1990, la compañía Novamont inventó un plástico biodegradable hecho de productos agrícolas. A partir de entonces, distintas estrategias y materias primas se han propuesto y desarrollado para la producción de bioplásticos. Sin embargo, todas las bolsas biodegradables parten de un mismo principio: estas son hechas a partir de materiales renovables, a diferencia del plástico que en su mayoría está elaborado a partir de combustibles fósiles. De las materias primas más utilizadas dentro de este rubro se encuentran aquellas a base de plantas como el maíz, almidón de papa/patata, trigo o caña de azúcar.

Así pues, tras su uso y haber sido desechadas, al estar expuestas al aire, agua o luz solar, las bolsas de plástico biodegradable se descomponen en un compuesto químico inorgánico por los microorganismos que actúan en presencia de oxígeno, de modo que generan dióxido de carbono, agua y sales minerales, que pueden ser absorbidos nuevamente por el medio. Dependiendo de su composición, requerirán de distintas condiciones externas para su completa descomposición, y así es cómo funcionan y se degradan las bolsas biodegradables.

En referencia a cuánto tiempo tarda en degradarse una bolsa biodegradable, a diferencia del plástico común que puede tardar de 150 hasta 450 años (si no más), las bolsas biodegradables tardan entre 90 días a 3 años en degradarse, aunque todo dependerá del material utilizado para su fabricación.

Para saber si una bolsa es biodegradable, hay que fijarse en su sello indicativo (aunque algunas veces nos pueden engañar y pueden contener algún elemento peligroso para el medio ambiente), ya que a simple vista es prácticamente imposible de diferenciar de una que no lo es. Lo mejor es buscar siempre aquellas bolsas que cumplan con la normativa vigente. La Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR) especifica que una bolsa biodegradable debe cumplir la norma UNE-EN 13432, que define la biodegradabilidad final como: “Descomposición de un compuesto químico orgánico por microorganismos en presencia de oxígeno para dar dióxido de carbono, agua, sales minerales en cualquier elemento presente (mineralización) y nueva biomasa; o bien en ausencia de oxígeno para dar dióxido de carbono, metano, sales minerales y nueva biomasa”. Asimismo, existen especificaciones para demostrar científicamente la biodegradabilidad, como ASTM D6400 para films y ASTM D6868 para envases. El BPI (Biodegradable Products Institute) patrocina estas pruebas con base científica para que los fabricantes puedan hacer afirmaciones veraces y precisas sobre la degradabilidad de sus productos.

Y después de que la hayamos usado, lo que se puede y debe hacer con las bolsas biodegradables es depositarlas en el contenedor para residuos orgánicos (el marrón) y no en el contenedor amarillo o en la naturaleza. Además, su sello debería de indicar en qué condiciones es biodegradable.

Cómo se elaboran las bolsas biodegradables y cómo hacer bolsas biodegradables en casa

El material que se usa para hacer bolsas biodegradables es el bioplástico, el cual se produce con materias primas renovables y naturales como fécula de maíz, almidón, cereales, patata, aceite se soja o caucho vegetal, junto con el aditivo D2W. Este permanece latente durante la vida útil de la bolsa y es el encargado de fragmentar las moléculas de carbono que forman el polímero del bioplástico cuando se desecha. Este proceso se realiza lentamente y de manera progresiva, hasta que las moléculas sean tan pequeñas que dejan de ser plástico y se convierten en alimento para microorganismos y bacterias.

Para el diseño y producción de bolsas biodegradables se necesita contar con maquinaria especial, además de un taller en donde trabajar. Además, hay que tener en cuenta que las empresas de bolsas plásticas no solo venden bolsas, sino que hacen más objetos y trabajan con todo tipo de plásticos biodegradables e incluso se caracterizan por ser fábricas de láminas termocontraíbles, las cuales son muy utilizadas por empresas para embalar productos de cuidado o envases que deben ser trasportados largas distancias.

Por otro lado, es posible hacer bolsas biodegradables en casa, aunque no van a ser iguales que las compradas. Esto lo podremos hacer con niños, siendo un proceso entretenido a la vez que educativo. Para ello, vamos a necesitar maicena (almidón de maíz o fécula) como materia prima principal, glicerina, vinagre y agua; así como film transparente y un recipiente y una cuchara antiadherentes, para trabajarlos.

A continuación, para crear tus propias bolsas plásticas biodegradables deberás seguir estos pasos:

1. Añade 1 cucharada sopera de maicena en el recipiente
2. Agrega 4 cucharadas de agua y mezcla con la maicena hasta que se disuelva
3. Agrega 1 cucharada de glicerina, 1 de vinagre y mezcla todo bien
4. Calienta la mezcla a fuego lento sin dejar de remover
5. Cuando tengas una masa gruesa y sin grumos, retírala del fuego
6. Deja la masa secando sobre una superficie antiadherente o bien sobre un film transparente
7. Cuando la masa esté seca, simplemente tienes que darle forma para crear la bolsa, pero es importante que no esperes hasta que esté totalmente fría, ya que así no serás capaz de modificar su forma.
8. Tras darle forma de bolsa, deja que termine de secar durante 2-3 días y ya estaría.

Ventajas o beneficios de las bolsas biodegradables

Las bolsas biodegradables presentan beneficios destacables que cada vez las posicionan en preferencia respecto a otras alternativas, entre ellos:

• Se fabrican con recursos renovables, por lo que ayudan a reducir la contaminación ambiental.

• Son resistentes y se pueden reutilizar.

• Su costo es asequible, especialmente si se adquieren al por mayor.

• Mejoran la imagen de las marcas o empresas que las utilizan, mostrando compromiso con la sostenibilidad.

• Permiten una descomposición de sus componentes natural y rápida.

• No se descomponen en forma de microplásticos.

• Algunas son compostables.

• Con métodos de reciclaje apropiados, pueden servir como energía, fertilizante y otras alternativas sostenibles.

¿Qué tipos de bolsas biodegradables hay?

Las bolsas biodegradables se pueden clasificar tanto por el uso que estas tengan como por los distintos materiales que se utilizan para su elaboración.

Según el uso

Aquí tenemos:

• Bolsas biodegradables transparentes, como las de las fruterías, así como los guantes que ahí se usan.
• Bolsas biodegradables para alimentos.
• Bolsas biodegradables para perros, para recoger sus excrementos.
• Bolsas biodegradables basura.
• Bolsas biodegradables para plantas.
• Bolsas biodegradables personalizadas, en las que se puede imprimir logotipos.
• Bolsas biodegradables para envíos.

Además, según su diseño o forma, estas pueden ser de tipo “camiseta”, con las dos asas superiores que recuerdan a una camiseta, o de asa, con una abertura troquelada para su sujeción.

Las diferencias entre ellas, usualmente radican en el tamaño, pudiendo ser bolsas biodegradables grandes o más pequeñas, y en el peso que puedan soportar, para saberlo es recomendable leer la descripción que suelen tener impresa en el borde inferior.

Según el material empleado en su fabricación

En este caso, nos podemos encontrar con:

• Bolsas de ácido poliláctico (PLA): El ácido poliláctico, conocido como PLA por sus siglas en inglés, es un tipo de poliéster utilizado en todo el mundo para la producción de bioplásticos. Este se obtiene a partir de fuentes renovables, en su mayoría carbohidratos provenientes del maíz o la caña de azúcar, pudiendo así obtener bolsa biodegradable de maíz o bolsa biodegradable de yuca. A través de procesos fermentativos llevados a cabo por microorganismos, a partir de esas materias primas se produce el ácido láctico, el cual es posteriormente tratado para obtener el PLA. El PLA es tanto biodegradable como compostable, sin embargo, su degradación a temperaturas ambientales naturales puede llegar a ser compleja, por lo que aquellos productos hechos a base de este polímero deben de ser llevados a plantas de compostajes industriales.

• Bolsas de PLA + PBAT: El tereftalato de adipato de polibutileno (PBAT) es un material que se utiliza para mejorar las propiedades del ácido poliláctico (PLA), ya que aumenta su flexibilidad y dureza, sin disminuir su capacidad de biodegradabilidad. Se obtiene de petroquímicos, sin embargo, tiene la capacidad de descomponerse por completo en la tierra por efecto de los microorganismos que la habiten. Además, no libera compuestos tóxicos, por lo que se utiliza en otros bioplásticos para acelerar la descomposición y lograr que el material se desintegre en un periodo de seis semanas. Las bolsas de PLA + PBAT son flexibles, estables hasta una temperatura de 230°C, se pueden imprimir y son aptas para el contacto con alimentos.

• Bolsas a base de almidón de papa/patata: El almidón de papa es una de las materias primas renovables y biodegradables, que además es 100% compostable sin tener que pasar por un proceso industrial. Por lo general, este se obtiene a partir de desechos agroindustriales, por lo que el impacto medioambiental es menor. Además de bolsas, este material se usa para elaborar contenedores desechables como charolas, platos y vasos.

• Bolsas de papel: Las bolsas de papel son de las más conocidas por ser fabricadas con un material ecológico y renovable. Algunos papeles son biodegradables y tienen el beneficio de que se pueden reciclar y reutilizar para otras aplicaciones, con un impacto medioambiental muy bajo. Adicionalmente, el compostaje de papel se puede llevar a cabo en casa de manera sencilla. Ahora bien, si las bolsas cuentan con algún tratamiento de laminación, stickers adhesivos o tintas, pueden tomar más tiempo en descomponerse y podrían no ser compostables.

• Bolsas de bambú + PE: Las bolsas de bambú están hechas a partir de las fibras de las plantas de bambú y representan una excelente alternativa debido a que toda su cadena productiva es sostenible. Este material es biodegradable y durable, y es capaz de descomponerse rápidamente. Asimismo, debido a que se puede cultivar en cortos periodos de tiempo, a comparación de otras plantas con propiedades similares, lo hace un material abundante, renovable y de bajo costo. Otra característica valiosa del bambú es que al crecer es capaz de absorber dióxido de carbono, se ha estimado que una hectárea de bambú es capaz de absorber 17 toneladas de carbono por año. En ocasiones, para la elaboración de bolsas, se les añade polietileno (PE) para mejorar sus propiedades físicas, pero en bajas cantidades para no comprometer su biodegradabilidad.

• Bolsas biodegradables de PHA: el PHA o polihidroxialcanoato es un bioplástico que se obtiene de la fermentación bacteriana de materias primas vegetales, al igual que el PLA, como azúcares de cultivos agrícolas de remolacha azucarera, maíz o caña de azúcar.

Bolsas biodegrdables compostables

Mención aparte deben tener las bolsas biodegradables compostables, las cuales se degradan formando Compost o abono orgánico, produciendo en su descomposición CO₂, agua, compuestos inorgánicos y biomasa, que ayudan al crecimiento de las plantas, sin generar ningún residuo tóxico. Por tanto, se pueden compostar en una compostadora casera o industrial. El compost resultante se puede utilizar para fertilizar el suelo y enriquecer los cultivos, cerrando así el ciclo natural de la vida vegetal. No obstante, cabe indicar que el compostaje adecuado requiere una combinación equilibrada de temperatura, humedad y oxígeno para que las bolsas compostables se descompongan correctamente.

Según su material de fabricación, algunas bolsas biodegradables de las mencionadas en el apartado anterior pueden ser compostables, pero otras no. Entonces, ¿cómo saber si una bolsa es compostable? Una bolsa biodegradable compostable debe cumplir con ciertos estándares y certificaciones. La certificación más común es la norma europea EN 13432:2001, que garantiza que el material se descompone en un máximo de 6 meses en un ambiente de compostaje industrial y no deja residuos tóxicos. Si supera los requisitos de dicha norma, la bolsa deberá tener el sello “OK Compost”.

Los materiales de fabricación más comunes de las bolsas biodegradables compostables son los plásticos BioCom, los cuales se definen como plásticos de origen vegetal (maíz, trigo, patata, yuca, guisantes…), parcialmente vegetal o sintético, que son biodegradables y compostables, como el PLA y el PHA.

Y en cuanto a qué se hace con las bolsas compostables, estas son ideales para la recolección de residuos orgánicos, ya que pueden ser compostadas junto con estos y descomponerse sin dejar residuos tóxicos. Es importante tener en cuenta que las bolsas compostables no deben ser depositadas en el contenedor de reciclaje convencional, ya que pueden contaminar el proceso de reciclaje. En su lugar, se deben depositar en el contendor de compostaje o en el de restos orgánicos. Esto permitirá que sean gestionadas adecuadamente en las plantas de tratamiento de residuos. Una vez allí, las bolsas compostables se separan de otros residuos y se dirigen a los procesos de compostaje industrial, donde se crean las condiciones óptimas para su descomposición y transformación en compost de alta calidad.

Bolsas biodegradables que puedes comprar

Hoy en día es bastante fácil comprar bolsas biodegradables para distintos usos, como las bolsas biodegradables Mercadona u otros supermercados. A continuación, te damos ejemplos de bolsas biodegradables que puedes comprar online, donde lo más común es comprarlas al por mayor o en cantidades grandes. En sus enlaces podrás consultar bolsa biodegradable precio de cada una.

• Bolsas biodegradables Monuso: esta marca ofrece tanto bolsas camiseta como bolsas de asas biodegradables y compostables con sello que lo garantiza Greenuso y OK Compost, en distintas medidas, que sirven para diversos usos, incluyendo alimentos.

• Bolsas biodegradables Balsat: esta marca ofrece bolsas tipo camiseta y transparentes sin asa, ideales para supermercados y fruterías, las cuales son biodegradables y compostables, conforme a la normativa EN13432.

• Bolsas biodegradables Pampols: esta marca vende bolsas transparentes biodegradables y compostables de buena resistencia en packs de 300 bolsas.

• Bolsas biodegradables para plantas: para jardinería tenemos estas bolsas biodegradables para plantas de tejido no tejido, para permitir una buena permeabilidad al aire, enraizamiento rápido, seguro y no tóxico.

• Bolsas biodegradables para perros: para recoger los excrementos de nuestros amigos caninos tenemos las divertidas bolsas biodegradables de la marca Yorja que incluyen un dispensador, y las de la marca PET N PET, las cuales son biodegradables y compostables, también sirven para gatos y se venden en cajas de 8 rollos de 120 unidades.

• Bolsas de basura biodegradables y compostables: para desechar nuestra basura, la marca BIOvative nos ofrece estas bolsas biodegradables y compostables con asa hechas en Alemania, en varias capacidades; mientras que la marca Green Marker tiene estas bolsas biodegradables y compostables con sello OK Compost Home algo más pequeñas.

Finalmente, aunque las bolsas biodegradables no son la panacea al problema de la contaminación por plásticos, suponen un alivio que permite la investigación en materiales más ecológicos para nuestros productos cotidianos.

Fuentes: HAF Perú, pochteca papel, ibp uniuso, Scribd y ecoembes