El plástico está siendo un problema a escala mundial. Por ello, se van proponiendo medidas contra el plástico, como su degradación mediante enzimas, y alternativas como tazas y pajitas comestibles o la fabricación de plástico renovable vegetal. La última idea es la botella Ch2oose, una botella creada a partir de papel y otros materiales ecológicos y que se biodegrada en solo 3 semanas cuando es desechada.
La botella de agua Ch2oose nació después de que una firma de agua embotellada le pidiera al graduado de química de la Universidad de Durhman de Reino Unido, James Longcroft, crear “Choose Water”, una compañía sin fines de lucro, cuyas ganancias eran otorgadas a una organización benéfica llamada “Water For Africa”, que trabaja en proyectos de acceso a agua potable en dicho continente. Pese al loable objetivo, algo le molestaba: estaba ayudando, pero a la vez contaminando con las botellas. Entonces, el joven escocés se planteó sustituirlas por botellas ecológicas, creando una campaña de crowfunding después de investigar y dar con la fórmula adecuada.
James Longcroft, dice que Ch2oose podría ayudar a frenar los ocho millones de toneladas de plástico que se arrojan al mar cada año. “Hemos desarrollado un sustituto de las botellas de plástico, que es completamente biodegradable y sostenible. No importa dónde terminan estas botellas, ya sea en el océano o en el vertedero, desaparecerán en unas semanas. No dejan micropartículas tóxicas ni filtran metales pesados en el medio ambiente”.
Ch2oose Water, básicamente, consiste en una botella de papel con un forro impermeable. Dicho forro, que es una combinación secreta de materiales completamente biodegradables, se adhiere a la envoltura de papel y crea un sello dentro de la botella.
La presencia de este revestimiento, significa que el agua en la botella no puede alcanzar la cubierta de papel y hacer que se rompa. Pero cuando la botella se sumerge en agua o se deja en un vertedero, el papel comenzará a descomponerse, seguido por la capa interna.
Según Longcroft, “los ingredientes son desarrollados por la naturaleza y son subproductos de industrias más grandes, lo que los hace competitivos en comparación con los plásticos”.
En esta botella todo se descompone y regresa a la tierra sin dañarla, desde la tapa que se oxida en óxido de hierro, que es un mineral natural; la capa exterior, hecha de papel 100% reciclado, hasta el forro impermeable, elaborado de materiales 100% naturales y beneficiosos para los ambientes marinos o los suelos; y lo hace por completo (menos la tapa) en tres semanas.
Además, una parte de las ganancias que se hagan de Ch2oose, serán destinadas igualmente a “Water For Africa”. “Ellos son la razón por la que nos levantamos por la mañana y, con suerte, uno de los motivos por los que comprarías nuestras botellas”, dice Longcroft.
Asimismo, Longcroft se muestra entusiasta de que en un futuro cercano sus botellas se puedan vender en los estantes y estén disponibles para sus clientes. Él cree que la vida útil será la misma que el agua embotellada regular. El costo de producción de su botella será ligeramente más alto que el de una botella de plástico regular.
“Quiero ofrecer una alternativa al plástico. Incluso si nuestra botella es solo la mitad de un por ciento de todas las botellas usadas, eso significa millones de botellas”. No obstante, “el principal obstáculo que enfrentamos es irrumpir en un mercado saturado y competir con una industria antigua y establecida. Cambiar una industria será una batalla cuesta arriba masiva, pero con el apoyo del público cambiaremos nuestra forma de ver el agua embotellada”, dijo.
Por otro lado, es importante indicar que su empresa (Choose Water) no solo comercializa botellas de agua, sino que su botella Ch2oose, también está disponible con otro tipo de contenidos líquidos, como pueden ser de aseo personal; así como están ofreciendo su packaging especial más allá de botellas.
Fuentes: Agroalimentando y Ecoinventos