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Tipos de contaminación del suelo, consecuencias y tratamiento de suelos contaminados

20/05/2020
contaminacion del suelo Portada

El crecimiento de las ciudades ha hecho que el suelo se haya convertido en el vertedero de ingentes cantidades de basura. La aplicación de sustancias químicas a las tierras de nuestro planeta, deja muchas consecuencias, siendo la más directa, la propia contaminación del suelo, la cual empeora con el tiempo si no se toman medidas, ya que esta contaminación se traslada al aire y al agua (ríos y mares), e incluso a nuestros alimentos, afectando finalmente a nuestra salud.

Pese a todos los peligros que concierne la contaminación de suelos, se sabe muy poco sobre la escala y gravedad de su amenaza, según advierte un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Este organismo, destaca que nunca se ha realizado una evaluación del problema de la contaminación del suelo a nivel mundial, que necesita ser abordado con métodos científicos, ante la falta de armonización y de datos fiables entre las distintas regiones. La única estimación global se hizo en 1990, cuando se calculó que había 22 millones de hectáreas afectadas por dicho problema, si bien ha estado subestimado, como muestran los últimos datos recopilados.

«El problema es que en todos los sectores, incluso en la agricultura, vemos el suelo solo como un soporte, como una plataforma sobre la que construir o cultivar», lamenta Raúl Zornoza, investigador de la Universidad Politécnica de Cartagena y secretario de la Sociedad Española de la Ciencia del Suelo. «No lo vemos como un recurso que, además, no es renovable a escala humana: estamos degradando algo que es esencial para producir comida», añade.

Así pues, en este artículo abordaremos la contaminación del suelo: qué es, qué fuentes hay y la causan, cuáles son sus consecuencias, cómo se puede solucionar y, lo más importante, cómo se previene.

¿Qué es la contaminación del suelo?

La contaminación del suelo es un tipo de degradación de suelo que implica su pérdida de calidad debida a la presencia y acumulación de sustancias químicas que resultan perjudiciales para la vida, poniendo en peligro los ecosistemas y nuestra salud. Se define como el aumento en la concentración de compuestos químicos de origen antropogénico, que provoca cambios dañinos y reducen el empleo potencial del suelo, tanto por la actividad humana como por la propia naturaleza.

ccontaminacion del suelo por vertidos industriales

Hay que tener en cuenta que las propiedades físicas, químicas, fisicoquímicas y biológicas del suelo, controlan, en gran medida, los ciclos biogeoquímicos superficiales, sirviendo de elemento protector de otros medios más sensibles frente a elementos contaminantes. Así, el suelo ejerce su labor protectora a través de su poder de amortiguación o capacidad natural de depuración de la contaminación, la cual está estrechamente controlada por propiedades del suelo como su textura, estructura, porosidad, capacidad de intercambio catiónico, pH, y la actividad microbiológica. Por tanto, el poder de amortiguación de un suelo, no es ilimitado y cuando se rebasa, el suelo deja de ser eficaz como sumidero de la contaminación, llegando a invertirse el proceso y pasar a convertirse en una fuente de contaminación para los organismos del suelo y para el medio circundante.

Por ello, a la hora de abordar el estudio de la contaminación de un suelo, no basta sólo con detectar la presencia de la sustancia o sustancias contaminantes, sino que su concentración debe superar la carga crítica o máxima cantidad permitida en el suelo sin que se produzcan efectos nocivos que no puedan ser contrarrestados por el poder de amortiguación del suelo. De esto, se deduce que distintos suelos van a reaccionar de forma diferente ante la presencia de un mismo contaminante o de una misma cantidad de contaminante.

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Causas de la contaminación de suelos

Antes de hablar de las causas, hay que hacerlo de las fuentes de contaminación del suelo y de las sustancias o cosas que contaminan la tierra, ya que su contacto con el área o suelo contaminado no tiene porqué ser directo. Por ejemplo, cuando se entierran sustancias tóxicas bajo el suelo, éstas pueden acabar contaminando aguas subterráneas que se emplean para regar o incluso beber, generando, eventualmente, una intoxicación en la cadena trófica.

Las fuentes de contaminación del suelo son muchas y muy diversas. A modo de resumen, podemos destacar las siguientes:

  • Residuos urbanos.
  • Plaguicidas (insecticidas, herbicidas, fungicidas).
  • Minería.
  • Grandes acumulaciones de basuras, tanto en zonas públicas como los escombros industriales. También los vertederos y cinturones ecológicos que entierran grandes cantidades de basura de las ciudades.
  • Tanques de almacenamiento subterráneo.
  • Pozos ciegos.
  • Filtraciones del alcantarillado.
  • Materiales de construcción.
  • La lluvia ácida.

Por su parte, los agentes contaminantes del suelo, representan un problema creciente del que se sabe poco, según alerta la FAO. Los productos o sustancias que contaminan los suelos más comunes son: pesticidas, fertilizantes, antibióticos, sustancias hormonales, fitosanitarios, compuestos orgánicos (hidrocarburos, fenoles, nitroaromáticos, alcoholes, éteres, disolventes clorados, etc.), plásticos, metales pesados, petróleo y sus derivados, solventes, compuestos organoclorados, materia orgánica en exceso, y sustancias radioactivas.

contaminacion de suelos por desechos urbanos

Centrándonos ya en las causas de la contaminación de suelos, teniendo en cuenta la variedad de fuentes de contaminación, éstas también son muy diversas y difíciles de identificar; no obstante, hay que indicar que la mayor parte o casi toda, es debida a actividades humanas. De forma resumida, las causas de la contaminación del suelo son:

  • Vertido de residuos y basura.
  • Fugas radioactivas.
  • Humo de coches e industria.
  • Acontecimientos como pruebas atómicas y accidentes nucleares.
  • Tecnología agrícola nociva (uso de aguas negras o de aguas de ríos contaminados; uso indiscriminado de pesticidas, plaguicidas y fertilizantes peligrosos en la agricultura).
  • Carencia o uso inadecuado de sistemas de eliminación de basura urbana.
  • Industria con sistemas antirreglamentarios de eliminación de los desechos.
  • Ruptura de tanques de almacenamiento subterráneo.
  • Filtraciones en rellenos sanitarios: estos espacios pequeños destinados a la acumulación de basura y donde la misma es cubierta por capas de tierra y se compacta de tal manera que no es perjudicial para la salud, puede sufrir algún tipo de filtración o rotura en sus capas.
  • Vertido de plásticos.
  • Uso de césped artificial a base de caucho de neumáticos.
  • Accidentes en el transporte de mercancías.
  • Vertidos incontrolados de aguas residuales.
  • Alcantarillado antiguo en mal estado.
  • Actividades de la industria química.

Tipos de contaminación del suelo

Dado que las fuentes y las causas de la contaminación de suelos son tan variadas, lo mismo ocurre con sus tipos. No obstante, a grandes rasgos, podemos diferenciar entre:

  • Contaminación del suelo endógena o natural: aquella que se da de cuando hay fenómenos naturales que arrastran y filtran en la tierra elementos químicos naturales, pero en concentraciones muy elevadas.
  • Contaminación del suelo antrópica: es el tipo de contaminación que producimos los humanos, a través de nuestras actividades, es decir, la gran mayoría de ella.

Asimismo, según la ubicación de dicha contaminación en el suelo, se distingue entre:

  • Contaminación del suelo local o puntual: aparece directamente en las zonas que rodean la fuente de contaminación del suelo o con una relación directa. Es la que ocurre en los suelos de las minas, instalaciones industriales, militares y vertederos.
  • Contaminación del suelo difusa: causada generalmente por el transporte de sustancias contaminantes, a lo largo de amplias zonas que suelen estar alejadas de la fuente de origen, como la contaminación derivada de actividades agrícolas.

contaminacion de suelos vertedero

Independientemente al grupo al que pertenezcan, los tipos de contaminación del suelo más destacables son:

Contaminación del suelo por escorrentía

Este tipo de contaminación de suelos se debe al arrastre sobre la superficie del suelo de agentes contaminantes por acción de las lluvias, nieve o deslizamientos, haciendo que éstos se filtren hacia el interior de suelo.

Contaminación del suelo por infiltración

Relacionado con el anterior, ocurre cuando el agua contaminada se infiltra en la tierra y va depositando los contaminantes.

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Contaminación del suelo por edificaciones abandonadas

El abandono de edificios e instalaciones que eran de alguna industria o, incluso de viviendas, produce contaminación ambiental en el suelo. Los terrenos baldíos quedan inútiles para los animales y plantas durante un tiempo largo y en este período, además, no dejan de contaminar a través de sus elementos.

Contaminación por fitosanitarios (plaguicidas, pesticidas y fertilizantes)

El hombre, con objeto de proteger los cultivos frente del efecto pernicioso de múltiples organismos vivos (insectos, hongos, nemátodos, malas hierbas, etc.) y aumentar la producción, viene utilizando desde hace décadas productos fitosanitarios como plaguicidas, herbicidas, fungicidas y fertilizantes; los cuales, una vez aplicados, son absorbidos por las plantas o sufren procesos de adsorción, volatilización, lavado y degradación en el suelo, conduciendo a la formación de nuevos productos, en ocasiones más móviles, persistentes y más peligrosos que los compuestos de partida y que son susceptibles de contaminar los suelos, las aguas y pasar a la cadena trófica.

El problema de la contaminación por plaguicidas es cada vez más grave, tanto por la cantidad y diversidad, como por la resistencia a ellos que adquieren algunas especies, lo que ocasiona que se requiera cada vez mayor cantidad del plaguicida para obtener el efecto deseado en las plagas. Sin embargo, la flora y fauna es afectada cada vez más, destruyendo la diversidad natural de las regiones en que se usan. Además, pueden ser consumidos por el hombre a través de plantas y animales que toma como alimento.

Uno de los insecticidas más usado fue el DDT, el cual puede mantenerse por 10 años o más en los suelos sin descomponerse. Además, se ha demostrado que los insecticidas organoclorados, como es el caso del DDT, se introducen en las cadenas alimenticias y se concentran en el tejido graso de los animales. En todos los eslabones de la cadena, existirán dosis de insecticida en sus tejidos, pero cuanto más alto se encuentre en la cadena, es decir, más lejos de los vegetales, más concentrado estará el insecticida. Así, en el carnívoro de 2° orden, el insecticida estará mucho más concentrado.

Los herbicidas son potenciales contaminantes del suelo de dos maneras diferentes: en primer lugar, pueden ser movilizados del suelo donde se aplicaron mediante las lluvias y aparecer en las aguas superficiales o subterráneas; y sus residuos en el suelo, si son excesivos, pueden ocasionar que las plantas de próximos cultivos se vean afectadas también y tengan dificultades para germinar o desarrollarse. Asimismo, algunos fungicidas se degradan en el suelo y dan lugar a productos muy tóxicos.  ​

Por su parte, los fertilizantes, cuando son aplicados de forma abusiva con objeto de aumentar el rendimiento de las cosechas, pierden su efecto beneficioso y se convierten en fuentes de contaminación. El exceso de estos nutrientes no puede ser absorbido por la vegetación y su lixiviado del suelo, da lugar a problemas de eutrofización de las aguas superficiales y subterráneas.

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Contaminación del suelo por actividad minera

Las actividades mineras provocan grandes impactos ambientales, con destrucción de los suelos naturales y creación de nuevos suelos que presentan fuertes limitaciones físicas, químicas y biológicas que dificultan la reinstalación de vegetación. Las consecuencias negativas se reflejan fundamentalmente en una destrucción de la estructura del suelo y una modificación de sus características texturales, frecuentemente una disminución de la fracción arcilla a favor de fracciones más gruesas; una acidificación asociada a los procesos de oxidación que favorece la movilización de especies químicas tóxicas limitantes de la actividad biológica; la decapitación de los horizontes superficiales biológicamente activos, que conlleva la ruptura de los ciclos biogeoquímicos y la dificultad de enraizamiento; y una disminución de la capacidad de cambio y de la retención de agua en el suelo, como consecuencia de la escasez de materia orgánica y arcilla.

Asimismo, las cortas y galerías mineras, interceptan los acuíferos y modifican los niveles freáticos, a la vez que acidifican y contaminan las corrientes subterráneas y superficiales de agua. También generan escombreras, polvo y destrucción del paisaje.

Contaminación del suelo por metales pesados

Se considera metal pesado aquel elemento que tiene una densidad igual o superior a 5g/cm3 cuando está en forma elemental, o cuyo número atómico es superior a 20 (excluyendo los metales alcalinos y alcalino-térreos), aunque a efectos prácticos, en estudios medioambientales se amplía esta definición a todos aquellos elementos metálicos o metaloides, de mayor o menor densidad, que aparecen comúnmente asociados a problemas de contaminación. Dentro de los metales pesados hay dos grupos:

  • Oligoelementos o micronutrientes: son requeridos en pequeñas cantidades o cantidades traza por plantas y animales, y son necesarios para que los organismos completen su ciclo vital. Pasado cierto umbral se vuelven tóxicos. Dentro de este grupo están: As, B, Co, Cr, Cu, Mo, Mn, Ni, Fe, Se y Zn.
  • Metales pesados sin función biológica conocida: su presencia en determinadas cantidades en seres vivos lleva asociada disfunciones en el funcionamiento de sus organismos. Resultan altamente tóxicos y presentan la propiedad de acumularse en los organismos vivos. Son, entre otros: Cd, Hg, Pb, Sb, Bi, Sn, Tl, etc…

Cabe indicar que, al hablar de contaminación por metales pesados, hay que tener en cuenta que, más importante que el contenido total de un elemento en el suelo, es la forma o especie química bajo la que se encuentra, es decir, su especiación. Así, la forma resultante de dicha especiación, va a influir decisivamente en su distribución en el suelo, condicionando su solubilidad, su movilidad en el suelo y en las aguas superficiales y subterráneas, su biodisponibilidad y toxicidad y, por tanto, en su comportamiento como contaminante.

En un principio, el contenido de metales pesados en suelos, debería ser únicamente función de la composición del material original y de los procesos edafogénicos que dan lugar al suelo. Sin embargo, la actividad humana ha incrementado el contenido de estos metales en el suelo en cantidades considerables, de modo que la entrada de metales pesados en el suelo ha ido aumentando desde que comenzó la industrialización.

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Los aportes dominantes de metales pesados en el suelo, se producen por deposición atmosférica y afectan de forma significativa a los primeros centímetros de suelo. Son fuentes importantes de metales en suelos las cenizas y escorias de los procesos de combustión de carbón fósil o derivados del petróleo, la microelectrónica, actividades deportivas (caza), guerras y entrenamientos militares; actividades agrícolas (adición de fertilizantes, pesticidas, lodos de depuradoras, etc.), y residuos industriales, urbanos y mineros (metalurgia, fabricación de pinturas, barnices, disolventes, baterías, textiles, curtidos, etc.).

contaminacion del suelo metales pesados

Consecuencias de la contaminación del suelo

Al contaminar los suelos, se ve afectado desde la biota edáfica, hasta las plantas y todas las especies de fauna, sin dejar de lado la salud humana, la cual se ve ampliamente perjudicada de acuerdo con la gravedad de la contaminación. En palabras de la directora general adjunta de la FAO, María Helena Semedo: “La contaminación de los suelos afecta a la comida que comemos, al agua que bebemos, al aire que respiramos, y a la salud de nuestros ecosistemas”. Además, las consecuencias de la contaminación del suelo pueden sufrirse de forma silenciosa, provocando un constante goteo de víctimas, ya sean humanas o de especies animales y vegetales.

Entre los efectos de la contaminación del suelo más importantes, tanto en el medio ambiente, como en el propio suelo, así como en nuestra salud, tenemos:

  • Degradación y pérdida de la flora y su biodiversidad.
  • Dificultades para la agricultura, contaminando los cultivos y resultando perjudiciales para la alimentación.
  • Contaminación y pérdida de la fauna. Absorbidos y acumulados por la vegetación, los contaminantes del suelo pasan a la fauna en dosis muy superiores a las que podrían hacerlo por ingestión de tierra. Cuando estas sustancias son bioacumulables, el riesgo se amplifica al incrementarse las concentraciones de contaminantes a medida que ascendemos en la cadena trófica, en cuya cima se encuentra el hombre.
  • Deterioro del paisaje. La presencia de vertidos y acumulación de residuos en lugares no acondicionados, generan una pérdida de calidad del paisaje.
  • Empobrecimiento global del ecosistema, ya sea marino como terrestre.
  • Contaminación de aguas circundantes y subterráneas.
  • La contaminación del suelo por productos farmacéuticos, como antibióticos o disruptores endocrinos, supone graves riesgos para la salud humana.
  • La contaminación del suelo por metales pesados y compuestos orgánicos volátiles o semi volátiles, causa intoxicaciones humanas.
  • Pérdida de calidad del suelo.
  • Disminución de sustancias químicas en el estado favorable para la asimilación por las plantas.
  • Alteración de los ciclos biogeoquímicos, como el del carbono, del oxígeno, del fósforo, del azufre y del nitrógeno.
  • Destrucción del poder de autodepuración del suelo por procesos de regeneración biológica normales, al haberse superado la capacidad de aceptación del suelo.
  • Disminución cualitativa y cuantitativa del crecimiento de los microorganismos del suelo, o bien alteración de su diversidad, lo que hace aumentar la fragilidad del sistema.
  • Disminución de las funciones de soporte de actividades de ocio. Los espacios contaminados presentan problemas de salubridad para los usuarios.
  • Peligros en excavaciones
  • Contaminación del aire de viviendas cercanas

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Tratamiento de suelos contaminados para su descontaminación

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La remediación o descontaminación de suelos contaminados pretende reducir o llegar a eliminar las sustancias contaminantes, para que un suelo contaminado pueda volver a ser utilizado. Existen diferentes y variadas técnicas de descontaminación de suelos, como tratamientos térmicos, eléctricos, lavados, aireación, etc., que implican o no el transporte del suelo afectado, así como también técnicas de recuperación de suelos contaminados biológicas, mediante el empleo de microorganismos o plantas. Su aplicación depende de las características del suelo y del contaminante, de la eficacia esperada con cada tratamiento, de su viabilidad económica, y del tiempo estimado para su desarrollo. Aun así, lamentablemente, no siempre puede recuperarse la tierra contaminada, y, en ocasiones, solo se recupera parcialmente.

En el caso concreto de los metales pesados, cabe indicar que éstos no pueden ser destruidos, sino que solo neutralizados, con lo que pequeñas variaciones en las condiciones del medio edáfico, pueden liberar los metales anteriormente insolubilizados, por lo que es necesario realizar un seguimiento en profundidad de la distribución de estos contaminantes en el suelo.

Según la forma en la que se apliquen las técnicas de recuperación de suelos contaminados, se habla de “tratamientos in situ, que actúan sobre los contaminantes en el lugar en el que se localizan, y “tratamientos ex situ, que requieren la excavación previa del suelo para su posterior tratamiento, ya sea en el mismo lugar (tratamiento on-site), o en instalaciones externas que requieren el transporte del suelo contaminado (tratamiento off-site). Los tratamientos in situ, requieren menos manejo, pero, por lo general, son más lentos y más difíciles de llevar a la práctica, dada la dificultad de poner en contacto íntimo a los agentes de descontaminación con toda la masa de suelo contaminada. Los tratamientos ex situ, por su parte, suelen ser más costosos, pero también más rápidos, consiguiendo normalmente una recuperación más completa de la zona afectada.

Además de esto y según los objetivos que se quieran alcanzar, los tratamientos de suelos contaminados se pueden clasificar en:

Técnicas de contención para descontaminar suelos

Las técnicas de contención, aíslan el contaminante en el suelo sin actuar sobre él, generalmente mediante la aplicación de barreras físicas. Se suelen aplicar para prevenir o reducir significativamente la migración de los contaminantes en suelos y aguas subterráneas. No requieren la excavación del suelo y son típicamente de bajo coste, aunque sí necesitan de inspecciones periódicas. Dentro de este tipo de técnicas, tenemos:

  • Barreras verticales: se emplean in situ con objeto de reducir los movimientos laterales de los contaminantes, ya sea a través de lixiviados o por disolución en las aguas subterráneas. Incluyen la instalación de muros pantalla de cemento u hormigón, la inyección vertical a presión de cemento, y el tablestacado metálico; técnicas que pueden verse mejoradas mediante la utilización de geomembranas de polietileno de alta densidad.
  • Barreras horizontales: son zanjas o sondeos horizontales in situ que se rellenan con material sellante cuya aplicación está actualmente en desarrollo, sin demostrarse aún si son efectivas, aunque podrían ser potencialmente útiles para restringir el movimiento vertical de contaminantes metálicos sin necesidad de recurrir a la excavación del terreno.
  • Barreras de suelo seco: se basan en la desecación del suelo para aumentar su capacidad de retención de sustancias contaminantes líquidas, impidiendo su migración hacia reservorios de agua subterránea. Implica el uso de un entramado de pozos verticales u horizontales por los que se hace fluir aire seco hasta la zona problema.
  • Sellado superficial: su finalidad es evitar la exposición directa del suelo a la contaminación, limitar la infiltración de agua de lluvia en el suelo contaminado y controlar la volatilización de ciertos contaminantes a la atmósfera. La superficie del suelo se puede sellar in situ con materiales naturales que reducen la permeabilidad, como la bentonita, sola o combinada con un material geotextil; con aglomerados asfálticos u hormigones y con láminas sintéticas fabricadas con materiales termoplásticos. Esta técnica presenta el inconveniente de que genera residuos.
  • Sellado profundo: consiste en alterar in situ la estructura del suelo contaminado para disminuir su permeabilidad y controlar así el avance de la contaminación del suelo en profundidad. Normalmente, esto se realiza con la inyección de materiales plastificantes.

barreras de contencion contaminantes del suelo

Técnicas de confinamiento para contaminantes del suelo

Las técnicas de confinamiento, también denominadas de estabilización o solidificación, reducen la movilidad de los contaminantes del suelo para evitar su migración, actuando directamente sobre las condiciones fisicoquímicas de los contaminantes, ya sea convirtiéndolos en formas menos solubles y tóxicas (estabilización), o encapsulando el material contaminado en una estructura sólida de gran integridad estructural (solidificación). Entre ellas, tenemos:

  • Estabilización físico-química: es una técnica ex situ que se aplica para reducir la movilidad de los contaminantes, fundamentalmente inorgánicos, como los metales pesados, mediante reacciones químicas que reducen su solubilidad en el suelo y su lixiviado. El suelo contaminado se suele pretratar para eliminar la fracción gruesa y luego se mezcla en tanques con agua y una serie de aditivos o agentes estabilizantes, como cementos y fosfatos o álcalis, que aumentan el pH y favorecen la precipitación e inmovilización de determinados metales pesados. En función del éxito de cada tratamiento, el suelo tratado puede ser devuelto a su localización para ser reutilizado o puede acabar en un vertedero controlado. Esta técnica está indicada para tratar compuestos inorgánicos, incluidos elementos radioactivos, pero tiene limitada su eficacia para sustancias orgánicas y pesticidas.
  • Inyección de solidificantes: en este caso, los agentes estabilizantes son inyectados in situ en el suelo contaminado a través de pozos, similares a los del sellado profundo, encapsulando físicamente a los contaminantes en una matriz estable impermeable al agua.
  • Vitrificación: es una técnica de estabilización térmica que se basa en el calentamiento del suelo contaminado a alta temperatura para conseguir su fusión y transformación en un material vítreo estable. Así, se reduce la movilidad de los contaminantes inorgánicos y la destrucción de los contaminantes orgánicos por reacciones de oxidación y/o pirólisis. Para que este tratamiento sea eficaz, es necesario que el suelo contenga una cantidad suficiente de sílice para la formación de la masa vítrea y óxidos alcalinos (Na, Li, K) que le confieran estabilidad. Este tratamiento se puede llevar a cabo tanto in situ como ex situ. Hay que tener en cuenta que la vitrificación da lugar a gases tóxicos que deben ser recogidos y tratados antes de ser emitidos a la atmósfera.

Vitrificacion suelo contaminado

Técnicas de descontaminación de suelos propiamente dichas

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Estas técnicas de descontaminación están dirigidas a disminuir la concentración de los contaminantes en el suelo. Aquí vamos a diferenciar tratamientos de descontaminación de suelos fisicoquímicos, biológicos, térmicos y mixtos, los cuales pueden ser in situ o ex situ.

La Extracción es uno de los principales métodos físicoquímicos de descontaminación de suelos y consiste en separar los contaminantes del suelo para su posterior tratamiento depurador. Requiere que los suelos sean permeables y que las sustancias contaminantes tengan suficiente movilidad.

A su vez, la extracción puede ser: extracción con aire (recomendada para la descontaminación de suelos por hidrocarburos ligeros, pero no pesados), extracción de fase libre (para hidrocarburos en fase libre, como su nombre indica), extracción de fases densas (para contaminantes que son más densos que el agua y que se acumulan bajo el nivel freático), extracción con disolventes y ácidos (muy buena técnica para eliminar PCBs, COVs, hidrocarburos y disolventes halogenados), lavado (mediante extractantes químicos que permiten desorber y solubilizar los contaminantes, útil para suelos contaminados por hidrocarburos o metales pesados), flushing (consiste en anegar el suelo con una solución que transporte los contaminantes a una zona determinada y localizada donde puedan ser eliminados, es válido para todo tipo de contaminantes), electrocinética (consiste en aplicar una corriente eléctrica de baja intensidad para movilizar agua, iones y partículas pequeñas con carga, está especialmente indicado para metales), y enmiendas (para suelos contaminados por sales o metales pesados).

pozos extraccion suelos contaminados

Los tratamientos biológicos, denominados técnicas de biorremediación o biorrecuperación de suelos contaminados, consisten en degradar los contaminantes orgánicos o disminuir la toxicidad de los inorgánicos, a través de la actividad biológica natural de microorganismos, plantas u hongos. Dependiendo del tipo de contaminación del suelo, se empleará uno u otro agente biorremediador. En la actualidad, hay un interés creciente por los métodos de recuperación biológicos, ya que prometen tecnologías más sencillas, más baratas y más respetuosas con el medio ambiente que otros tratamientos.

Dentro de los tratamientos biológicos de suelos contaminados que se pueden hacer in situ, tenemos:

  • Biodegradación asistida: en la biodegradación se inoculan microorganismos indígenas (bacterias y hongos) en el suelo contaminado para metabolizar contaminantes orgánicos y hacer que sean inocuos, mediante su biotransformación al ser usados dentro del metabolismo de los propios microorganismos como fuente de carbono y energía. No obstante, cuando la biodegradación no se puede llevar a cabo de forma natural, se requieren actuaciones como la biodegradación asistida para acelerar esas reacciones de biodegradación, mediante bioestimulación, a través de pozos de inyección en los que se introducen agua y nutrientes, o el bioaumento de la población microbiana, con organismos más específicos de forma controlada.
  • Biotransformación de metales: los microorganismos del suelo no pueden degradar ni destruir metales o cualquier otro compuesto inorgánico, pero sí pueden controlar su especiación y transformación a formas más o menos tóxicas mediante mecanismos de oxidación, reducción, metilación, dimetilación, formación de complejos, biosorción y acumulación intracelular, y esto es lo que se busca con esta técnica de biorremediación. Dichos procesos pueden dar lugar a la disolución de compuestos metálicos insolubles y minerales, incluidos óxidos, fosfatos, sulfuros y menas metálicas, y a la desorción de los metales de arcillas o materia orgánica del suelo.
  • Fitorrecuperación: la fitorrecuperación o fitorremediación consiste en el uso de ciertas especies vegetales capaces de sobrevivir en ambientes contaminados, para extraer, acumular, inmovilizar o transformar los contaminantes del suelo. Se trata de un tratamiento natural, limpio y económico, alternativo a otros procesos más invasivos. Es muy empleado en suelos contaminados por metales pesados.
  • Bioventing: esta técnica implica la inyección de aire (y nutrientes si es necesario) a través de pozos, para estimular la actividad microbiana biodegradadora y así degradar compuestos orgánicos adsorbidos en suelos no saturados. Este tratamiento, está especialmente indicado para la descontaminación de suelos por hidrocarburos del petróleo de peso medio, aunque también puede ser empleada para biodegradar explosivos como el DDT y el DNT en condiciones anaerobias.

Fitorremediación 1

Y dentro de las técnicas de descontaminación mediante tratamientos biológicos ex situ, tenemos:

  • Landfarming: se trata de un tratamiento de recuperación biológica conocido y antiguo, que reduce la concentración de hidrocarburos del petróleo de peso medio y que no pueden ser eliminados por evaporación. Consiste en excavar un poco el suelo y estimular la actividad microbiana aeróbica mediante aireación y/o adición de nutrientes, minerales y agua.
  • Biopilas: este tratamiento se utiliza especialmente para biodegradar compuestos del petróleo. Para ello, los suelos contaminados con estos compuestos orgánicos son apilados en montones o pilas sucesivas y se estimula la actividad microbiana aerobia mediante aireación y adición de nutrientes, minerales y agua, obteniendo la degradación a través de la respiración microbiana. Las biopilas son similares al sistema de Landfarming pero, en este caso, la aireación del material no se consigue arando el terreno sino forzando la circulación de aire mediante su inyección o extracción a través de conductos perforados emplazados dentro de la pila de material.
  • Compostaje: es un proceso biológico que consiste nuevamente en estimular la actividad biodegradadora, aerobia y anaerobia, de microorganismos indígenas bajo condiciones termofílicas (12-18ºC) que permita transformar compuestos orgánicos tóxicos en sustancias inocuas. Para ello, los suelos contaminados son excavados y mezclados con residuos animales y vegetales como abonos, estiércol, paja, trozos de madera, etc., que proporcionan una porosidad óptima y un balance adecuado de carbono y nitrógeno, al igual que ocurre en el compost casero.
  • Lodos biológicos: es otro tratamiento de biodegradación en el que el suelo contaminado es excavado, tamizado para eliminar los elementos gruesos y mezclado con agua y otros aditivos en un biorreactor controlado. La mezcla del lodo resultante mantiene a los sólidos en suspensión y a los microorganismos biodegradadores en contacto con los contaminantes. Y además de procesos de biodegradación, también pueden actuar mecanismos de adsorción/desorción, disolución/precipitación, intercambio iónico, complejación, transferencia de oxígeno, volatilización y reducción del tamaño de partícula. Este sistema ha resultado satisfactorio para recuperar suelos contaminados con explosivos, hidrocarburos del petróleo, petroquímicos, solventes, pesticidas, etc., y se usan principalmente para tratar compuestos orgánicos volátiles y semi volátiles no halogenados.

contaminacion del suelo como evitarlo

Y finalmente, entre los tratamientos térmicos para la descontaminación de suelos, destacan: la incineración, proceso ex situ en el que los contaminantes son destruidos sometiendo el suelo a elevadas temperaturas, aunque esto genera gases y cenizas residuales que deben ser depurados; y la desorción térmica, en donde el suelo también es sometido a calor, pero a temperaturas más bajas para conseguir la desorción en lugar de la destrucción de los contaminantes.

Cómo evitar la contaminación del suelo

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Después de haber visto todas las consecuencias que conlleva y lo complicado que puede ser tratar un suelo contaminado, está claro que es primordial evitar su contaminación ya desde el principio. Según la FAO, “el potencial de los suelos para hacer frente a la contaminación es limitado y, por eso, la prevención de la contaminación de los suelos debería ser una prioridad en todo el mundo”. Para ello, “se requieren con urgencia prácticas sostenibles apoyadas por evidencias científicas, investigación, educación y concienciación social”.

Retrocediendo un poco en el tiempo, ya en 1992, en la Cumbre de Río, se reconoció la importancia de la protección de los suelos y de sus usos potenciales en el contexto de un desarrollo sostenible, en particular contra la contaminación procedente de acciones o actividades de origen antrópico. Más adelante, la adaptación de la normativa española en materia de residuos a la de la Unión Europea, obligó a redactar una nueva ley de residuos que sustituyese a la de 1986, la Ley 10/1998, de 21 de abril de Residuos que, por primera vez en España, estableció una legislación básica en materia de protección del suelo frente a la contaminación, puesto que hasta entonces, en España no se disponía de ninguna norma legal que permitiera proteger los suelos contra la contaminación y, en el caso de los ya contaminados, identificarlos y caracterizarlos, utilizando para ello una metodología normalizada y técnicamente rigurosa.

Con esto, a continuación, os indicamos algunas prácticas para evitar la contaminación del suelo:

  • Prohibición de prácticas dañinas, como la extracción minera, el uso excesivo de fertilizantes y abonos artificiales, y cierta actividad industrial.
  • Mejorar los procesos de reciclaje y depuración de desechos.
  • Mejorar los procesos de depuración de aguas.
  • Usar energías renovables.
  • Limpiar y recoger inmediatamente cualquier vertido o fuga.
  • Renovar el alcantarillado.
  • Controlar de forma fiable y frecuente los almacenamientos de productos susceptibles de contaminar el suelo.
  • Proteger los tanques y depósitos de residuos con cubetos de retención.
  • Pavimentado e impermeabilización de las superficies y redirección de las aguas a instalaciones de tratamiento.
  • Fomentar la agricultura ecológica o ecoagricultura.
  • Utilizar más productos orgánicos y naturales.
  • Fomentar el correcto reciclaje a nivel individual.
  • Aplicar la norma de las tres Erres: Reducir, Reutilizar y Reciclar, todo lo que se pueda.
  • Educar ambientalmente, enseñando a los demás a colaborar en el cuidado de los suelos y del entorno.

Fuentes: Wikipedia, Ecología Verde y Ortiz Bernad, I., Sanz García, J., Dorado valiño, M. y Villar Fernández, S. “Informe de vigilancia tecnológica. Técnicas de recuperación de suelos contaminados”. mi + d Madrid +D (PDF)

Tipos de contaminación del suelo, consecuencias y tratamiento de suelos contaminados
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En este artículo abordaremos la contaminación del suelo: qué es, qué fuentes hay y la causan, cuáles son sus consecuencias, cómo se puede solucionar y, lo más importante, cómo se previene.
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