Del 21 de Octubre al 1 de Noviembre de 2024 se ha celebrado la Decimosexta reunión de la Conferencia de las Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD) o COP 16 de Biodiversidad, en Cali, Colombia, la cual es también la Undécima reunión de la Conferencia de las Partes en calidad de reunión de las Partes en el Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología, y la Quinta reunión de la Conferencia de las Partes en calidad de reunión de las Partes en el Protocolo de Nagoya sobre Acceso a los Recursos Genéticos y Participación Justa y Equitativa en los Beneficios que se Deriven de su Utilización. En este artículo, os contamos en qué ha consistido y qué acuerdos se han logrado alcanzar en dicho evento.
La COP 16 de Biodiversidad se celebró en Cali bajo el eslogan “Paz con la Naturaleza”, un llamado a la reflexión para mejorar la relación que tenemos con el medio ambiente, y repensar un modelo económico que no priorice la extracción, sobrexplotación y contaminación de la naturaleza; con un logo inspirado en la flor de Inírida, especie endémica de Colombia, que representa el conjunto de las 23 metas de biodiversidad de la ONU, aprobadas en el Marco Mundial por la Biodiversidad Kunming-Montreal, así como también supone una representación de las 13 ecorregiones en Colombia priorizadas en el Plan Nacional de Desarrollo.
“Estamos lanzando el logo oficial de la COP16 en Cali, que es la flor de Inírida, que va a representar el mensaje de ‘Paz con la Naturaleza’, que significa la representación de esos temas únicos que trae la biodiversidad. La flor es endémica del Guainía y es una flor que nunca muere, que nunca sus pétalos se deshacen. Esperamos que la COP16 en Colombia pueda ayudarle al mundo a hacer esa paz con la naturaleza, para que podamos sostener y mantener la vida en el planeta para siempre”, dijo la ministra de Ambiente de Colombia y presidente de la COP16 Susana Muhamad,
“En Colombia, la Paz con la Naturaleza significa recuperar los procesos históricos de los territorios y las luchas sociales, incluyendo a las comunidades, en la búsqueda de una convivencia armónica con el ambiente”, explica Susana Muhamad, y añade que la biodiversidad del país y la diversidad cultural son clave para dignificar los territorios y construir la paz, empoderando a las comunidades en alianza con el Estado.
Asimismo, en el discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el secretario general Antonio Guterres, planteó que hacer “la paz con la naturaleza” requiere entender que estamos enfrentando una triple crisis que entrelaza el cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad, la cual, al final se convierte en una guerra suicida pues sin la naturaleza, la humanidad no podría existir en el planeta.
Cabe indicar que la COP 16 sobre Biodiversidad genera mucha expectativa, ya que es la primera COP que se realiza después de la adopción del Marco Mundial de Diversidad Biológica de Kunming-Montreal en la COP 15 en diciembre de 2022 en Montreal (Canadá), el cual establece una hoja de ruta estratégica para la conservación y gestión sostenible de la biodiversidad global hasta el año 2030; por lo que los gobiernos tienen la tarea de revisar el estado de implementación de dicho Marco. Así, se trata de una cumbre de seguimiento a los objetivos adoptados por los países, una especie de evaluación de lo avanzado y de lo que queda por hacer, así como la materialización de mecanismos para lograr esas metas.
Además de esto, la COP 16 de Biodiversidad también tiene los objetivos de financiación de los objetivos de biodiversidad, mediante un fondo que se dejaría funcionar hasta la siguiente COP 17, cuando se debe presentar un primer informe de avance de cómo van los países en la implementación del Marco “y dependiendo de eso, evaluar si el mecanismo financiero funciona o se requieren otras medidas”; establecer un marco de acceso a beneficios de las cadenas genéticas digitalizadas y los recursos genéticos, es decir, la información genética obtenida de secuencias moleculares de ADN, ARN, proteínas u otras estructuras biológicas, que se pueden almacenar, analizar y compartir en formato digital sin necesidad de acceder físicamente al material biológico original; implementar el Marco Mundial de Diversidad Biológica Kunming-Montreal, lo que significa pasar del acuerdo a la acción en este aspecto; abordar el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, plantear una estrategia a largo plazo para la integración de la biodiversidad en diferentes sectores, y poner fin a la guerra de la humanidad contra la naturaleza mediante el desarrollo sostenible. Estos temas se tratarán en las reuniones de Alto Nivel.
Otros temas clave a tratar incluyen:
- Biología sintética y evaluación y gestión de riesgos
- Bioseguridad: detección e identificación de organismos vivos modificados (OVM)
- Creación y desarrollo de capacidades, y cooperación científica y técnica
- Vínculos entre salud y biodiversidad
- Enfoques para identificar y mapear áreas clave de biodiversidad marina y costera, y vínculos con el acuerdo recientemente adoptado para la biodiversidad en áreas marinas fuera de la jurisdicción nacional (Acuerdo BBNJ)
- Mecanismos para planificar, monitorear, informar y revisar el progreso en la implementación del Plan de Biodiversidad
- Progreso en la alineación de las Estrategias y Planes de Acción Nacionales de Biodiversidad (NBSAPs) con las metas y objetivos del Plan de Biodiversidad.
Asimismo, Colombia busca que esta sea “la COP de la gente” y ha centrado sus esfuerzos en que los indígenas, las comunidades afro y campesinas, las mujeres y otros colectivos tengan un papel protagónico en la cumbre. “En la COP16 se va a decidir la aprobación del plan de trabajo para los próximos 10 años para pueblos indígenas y comunidades locales. Si llegamos a un acuerdo en la COP16, esto implica cómo los gobiernos van a apoyar el trabajo de los pueblos indígenas, sus territorialidades y sus derechos, precisamente para que sean actores fundamentales en el cuidado de la diversidad biológica”, dijo Susana Muhamad, quien también comenta que los pueblos étnicos tienen dos aspiraciones: tener un cuerpo subsidiario permanente en la convención, es decir, quieren ser un organismo reconocido de forma permanente, lo que les dará más capacidad política de influencia; y tener acceso directo a recursos internacionales que se destinen para ese plan de trabajo.
Y también con el objetivo de asegurar la inclusión de la voz de los niños y niñas en las negociaciones, en la COP 16 de Biodiversidad se hará énfasis en que las políticas y decisiones sobre biodiversidad y cambio climático tengan un enfoque diferencial de niñez, que se fortalezca su participación activa, que se promueva una educación ambiental de calidad y que aumente la financiación para su participación y protección frente a los impactos del cambio climático. Así, a través de actividades interactivas, mesas de diálogo, talleres, mensajes audiovisuales y participación en las negociaciones de la Zona Azul, Save the Children elevará la voz de la niñez colombiana y latinoamericana en el marco de la COP 16 en Cali.
La COP 16 ofrece a las Partes y a los observadores la oportunidad de reunirse y participar en una amplia gama de cumbres, foros, ferias, talleres, pabellones y eventos paralelos que enriquecen los debates formales de las reuniones. Estos eventos albergan una serie de debates temáticos relacionados con la biodiversidad, en diferentes redes y sectores, lo que permite a los participantes compartir conocimientos, explorar colaboraciones y desarrollar capacidades para abordar la crisis de la biodiversidad.
Para ello, en la COP se han establecido dos Zonas: la Zona Azul, sede oficial de la ONU donde sucederán las reuniones de alto nivel y las negociaciones y a la que tienen acceso las organizaciones observadoras de la COP debidamente acreditadas; y la Zona Verde, un espacio gestionado por el gobierno colombiano para muestras culturales y la participación de la sociedad civil con eventos, exposiciones, actividades educativas y debates, a la que pueden acudir tanto los actores acreditados como los no acreditados y el público en general.
Por otro lado, a pocos días de que comenzara la COP 16 de la Biodiversidad, Colombia lanzó la guía de mariposas «más completa del planeta» para reivindicar la riqueza colombiana con esta especie y para «promover el conocimiento como primer paso hacia la conservación», según señaló la autoridad ambiental del departamento del Valle del Cauca, impulsora de este documento. No obstante, esta guía no algo nuevo, sino que es la actualización de una ya existente a la que le añadieron 2.000 fotos nuevas y diversas correcciones taxonómicas.
Además, el sábado 19 de Octubre en la antesala del evento internacional COP16, el gobierno colombiano presentó la “Policía del Agua”, un cuerpo de élite conformado por 8.000 uniformados que se capacitaron en temas medioambientales y que cruzan actividades con Inteligencia y la Policía Judicial para afectar a las redes delictivas que afectan el agua y generar acciones educativas, operativas y anticipativas de cara a los principales riesgos que se puedan materializar en contra de los cuerpos de agua, como ríos, lagos, embalses, páramos y humedales.
Asimismo, con el apoyo de la Sección de Asuntos Antinarcóticos y Aplicación de la Ley (INL) de Estados Unidos, se confirmó el Laboratorio de Química Forense, con la capacidad de identificar de manera cuantitativa el mercurio en matrices de agua, tanto residual, superficial como subterránea, al igual que en suelo y sedimento, verificando los límites máximos permitidos de vertimientos en cuerpos de agua, prestando así apoyo técnico-científico a autoridades judiciales, ambientales y administrativas.
Por otra parte, la famosa primatóloga británica Jane Goodall urgió a la COP 16 de Biodiversidad a tomar decisiones que sean «seguidas de acciones» y advirtió que «el tiempo apremia» para salvar el planeta. Mensajera de la Paz de las Naciones Unidas desde 2002, ha denunciado sin descanso los ataques a la biodiversidad. «No solo espero que se tomen decisiones para proteger la biodiversidad (…) sino que vayan seguidas de acciones, porque el tiempo de las palabras y las falsas promesas se ha acabado si queremos salvar el planeta», declaró la científica. «Una reciente evaluación científica (…) nos da cinco años para actuar. Debemos tenerlo en cuenta», insistió.
Goodall destacó también la importancia de adoptar un enfoque más global ante los retos de la protección de la biodiversidad y la lucha contra el cambio climático. «El problema es que todos los problemas a los que nos enfrentamos están interconectados. La buena noticia es que hay grupos de personas que trabajan en cada uno de estos problemas. Por desgracia, muchos de ellos trabajan de forma aislada. Puede que resuelvan un problema. Pero si no piensan globalmente, corren el riesgo de crear otro», alertó.
También la organización ambientalista Greenpeace hizo un llamado urgente a la protección de la naturaleza, y en especial de los ecosistemas, con una pancarta gigante desplegada en la fachada de un edificio de la ciudad colombiana de Cali.
«Este acto simbólico busca recordar a los líderes mundiales que el tiempo para actuar es ahora. En esta cumbre, la comunidad internacional tiene la oportunidad de transformar compromisos asumidos en la COP15 en acciones concretas para proteger el 30 % de los ecosistemas terrestres y marinos del planeta para 2030», agregó Greenpeace.
El presidente Gustavo Petro inauguró en la Amazonía colombiana la Cumbre de Biodiversidad (COP16) con un llamado a las delegaciones de 190 países a comprometerse con «la más grande batalla está por comenzar… la gran batalla de la vida». Para el mandatario colombiano la emergencia obliga a enfrentar problemas entrelazados: los combustibles contaminantes y el estado actual de la economía global. «Los que más emiten CO2 a la atmósfera son las economías fósiles, petroleras y carboneras, son las economías poderosas de Estados Unidos, China y Europa», dijo. «Necesitamos cambiar las finanzas mundiales, es el tema de este foro”. Para Petro es «un verdadero contrasentido moral y mortal» la situación: “Los «más ricos» y «depredadores» deberían a su criterio pagar «impuestos para eliminar el carbono de la producción y del consumo”.
La ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, Susana Muhamad, pidió en la apertura de la COP16 la movilización de la sociedad para «dar un paso más adelante» en la protección de la biodiversidad mundial. En ese sentido, insistió en que «la naturaleza no es un recurso, es la fibra de la vida que hace que nosotros mismos también seamos posibles». Por eso, criticó que «los recursos para la guerra sí aparecen rápidamente pero que para el cuidado de la vida, la biodiversidad y la transición climática son escasos y difíciles de conseguir», y propuso «un cambio de visión, de paradigma» y urgió a «dar un paso más adelante», ya que «no se trata solamente de mecanismos de implementación, se trata, en el fondo, de recomponer la forma, la vida en la que vivimos, el modelo de desarrollo». Frente a esto, se trata de «repensar, redescubrir cómo vivimos conjuntamente en la diversidad, en un sistema que no convierta permanentemente a la naturaleza en una víctima del desarrollo. Cuidar la biodiversidad no es un problema del ministro o la ministra de Ambiente sino de toda la sociedad», subrayó.
Por su parte, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, participó en la ceremonia de apertura a través de un vídeo cargado de advertencias: “El Marco Mundial para la Biodiversidad Kunming-Montreal promete restablecer las relaciones con la Tierra y sus ecosistemas. Pero no vamos por buen camino. Nuestra tarea en esta COP es pasar de las palabras a los hechos. Esto significa que los países presenten Planes de Acción claros que alineen las acciones nacionales con todos los objetivos del Marco. Significa acordar un marco reforzado de seguimiento y transparencia. Y significa cumplir las promesas financieras y acelerar el apoyo a los países en desarrollo. La destrucción de la naturaleza empeora los conflictos globales y alimenta la pobreza, la desigualdad y la crisis climática, y perjudica el desarrollo sostenible, los empleos verdes, el patrimonio cultural y el PIB global”, advirtió.
Acuerdos y propuestas de la CBD COP 16 de Biodiversidad
Tras el acuerdo de Montreal de 2022, en Cali no se espera ahora un nuevo compromiso sobre protección de la biodiversidad, más allá de presentar y aplicar los planes nacionales, sin embargo, sí será clave el asunto de la financiación y cómo los países más industrializados con actividades más dañinas deben ayudar a los que son menos responsables pero especialmente ricos en medios naturales.
Como hemos dicho, en la anterior conferencia COP15 de Biodiversidad celebrada en Canadá en 2022, las naciones no solo crearon un marco global de 23 metas para frenar la pérdida de biodiversidad, sino que establecieron que en esta COP16 debían presentar cómo aterrizarlas a nivel nacional. Por ello, en los primeros días de la COP 16 de Biodiversidad celebrada en Cali, Colombia se unió a la lista de cerca de 40 países del mundo que presentaron su plan de acción para proteger la biodiversidad al 2030 bajo el Marco Global Kunming Montreal.
Así pues, el Plan de Acción de Biodiversidad al 2030 de Colombia es un instrumento de política pública ambiental que incluye cuatro apuestas, seis metas nacionales ambiciosas, medibles y alcanzables, y 191 acciones formalizadas, todo dispuesto en una completa y minuciosa hoja de ruta para la implementación del Plan de Acción de Biodiversidad con el objetivo de contribuir al cumplimiento de las 23 metas del Marco Global Kunming Montreal.
Para lograr este Plan de Acción al 2030, esas seis metas serían:
- Impulsar el portafolio de la transición socioecológica para implementar, al menos, 50 proyectos estratégicos de siete sectores que integren criterios de conservación, restauración, recuperación de ecosistemas, adaptación climática y soluciones basadas en la naturaleza en los ámbitos regionales y en los territorios.
- Implementar acciones de reconversión productiva en 3.000.000 de hectáreas.
- Formular y poner en marcha las 32 agendas departamentales derivadas de la misión de bioeconomía y territorio.
- Aumentar hasta el 68% el tratamiento de aguas residuales.
- Diseñar e implementar los Planes Decenales de Biodiversidad de los pueblos Indígenas, Afrocolombianos, Negros, Raizales, Palenqueros, Gitanos, Campesinos y Comunidades Locales.
- Diseñar la estrategia de movilización de recursos de todas las fuentes para cumplir con la ambición planteada en este Plan de Acción de Biodiversidad, el cual requerirá una inversión de aproximadamente 10,9 billones de pesos (2.776 millones de dólares) cada año.
Adicionalmente, este plan incluye 269 acciones y compromisos definidos por las rutas diferenciales de representaciones de pueblos indígenas, Afrodescendientes, Raizales y Palenqueras, campesinos, mujeres-género, niñez, adolescencia y juventudes.
Y además, Colombia planea avanzar en la reconversión de cinco millones de hectáreas a modelos productivos sostenibles y con procesos de restauración multifuncional, así como la reducción del impacto de economías ilícitas en los ecosistemas del país, alcanzar el 34% de la conservación y gestión de las áreas terrestres, acuáticas continentales y marino costeras, a través de sistemas de áreas protegidas; una disminución de por lo menos el 50% en los niveles de tráfico de fauna y la afectación por delitos ambientales que afectan el ambiente, y crear más de 522000 empleos relacionados con la biodiversidad.
A partir de la ruta de participación de la actualización del Plan de Acción de Biodiversidad, se adelantaron 23 pactos regionales por la biodiversidad y 8 pactos de las rutas diferenciales y poblacionales, que fueron integrados al Plan de Acción como recomendaciones a nivel regional, lo cual representa una oportunidad de diálogo entre gobiernos y sociedad para aprender de las lecciones y experiencias e implementar este plan de acuerdo con las realidades, necesidades y oportunidades de los territorios.
Por su parte, una delegación del Comité Europeo de las Regiones (CdR) defendió en la COP16 de Biodiversidad el papel de las entidades regionales en el desarrollo de políticas para restaurar y proteger la biodiversidad, presentando un estudio sobre la contribución de las ciudades y regiones de la UE al Marco Global de Biodiversidad (GBF) de Kunming-Montreal, donde se destacan las mejores prácticas de 10 regiones y ciudades europeas, como el Green Cluj de Cluj-Napoca (Rumanía), para aumentar sus zonas verdes; el río artificial para el movimiento libre de peces en Afsluitdijk, provincia de Fryslân (Países Bajos); y la ciudad libre de pesticidas en Chambon-Feugerolles (Francia).
Además, el CdR busca también «mejorar la colaboración con otras instituciones de la UE y solicitar más apoyo financiero, recursos y orientación para que los gobiernos locales y regionales puedan desarrollar su capacidad y alcanzar los objetivos climáticos y de biodiversidad de la UE».
España, en concreto, presentó un plan que señala que el regadío y la instalación de placas solares amenazan su biodiversidad, llamando la atención a que no solo el despliegue de cultivos necesita una cantidad de agua que ya no existe, sino también sobre el despliegue de una de las fuentes de energía renovable que más está llamada a crecer en los próximos años para que España pueda hacer la transición energética.
En ese último caso, para «minimizar los impactos», el documento aludía a las declaraciones de impacto ambiental y al seguimiento de la «incidencia» que parques fotovoltaicos y eólicos tienen sobre la fauna y la flora, así como sobre el paisaje o el patrimonio cultural.
En el marco de la COP16 de Biodiversidad, se realizó el evento ‘Conectividad en el Pacífico Oriental: patrimonio de la región, beneficio para el mundo’, un espacio de diálogo que reunió a expertos internacionales y regionales para debatir la importancia de la conectividad ecológica en el Pacífico Oriental, un aspecto crucial para la conservación de la biodiversidad y el desarrollo sostenible de los países costeros.
Katherine Arroyo, representante de la Fundación MarViva, subrayó el papel de las comunidades locales en la preservación de los ecosistemas marinos conectados. “La integración del tema de conectividad se da, sobre todo, mediante procesos participativos que involucren de manera oportuna a todos los sectores del territorio, desde la escala más local hasta el nivel global.” De ahí, la importancia de iniciativas como Save the Blue Five, que busca proteger cinco áreas clave del Pacífico Oriental, las cuales albergan a más de 200 especies en peligro de extinción.
También se destacó la necesidad de implementar tratados internacionales que aseguren la conservación de las más de 500,000 km² de áreas marinas protegidas. Esto incluye la cooperación internacional para fortalecer políticas y regulaciones que favorezcan la sostenibilidad.
Con respecto a esto, es destacable que ahora Portugal alberga la red de Áreas Marinas Protegidas (AMP) más grande de Europa, lo cual proporciona a los ecosistemas submarinos únicos de las Azores nuevas protecciones vitales, protegiendo a los corales de aguas profundas, ballenas, delfines, tiburones, mantarrayas y peces de actividades dañinas como la pesca; así como podría ayudar a Europa a alcanzar el objetivo 30×30.
Y también el aporte de 51,7 millones de dólares para acelerar la creación de áreas marinas protegidas en alta mar por parte de organizaciones filantrópicas privadas como Arcadia, Becht Foundation, Bezos Earth Fund, Bloomberg Philanthropies, Blue Action Fund, Blue Nature Alliance, Gordon and Betty Moore Foundation, Oceans 5, Paul M Angell Family Foundation, Schmidt Ocean Institute y Vere Initiatives. Este financiamiento también apoyará iniciativas de desarrollo de capacidades, haciendo hincapié en la participación indígena, los mecanismos financieros y el análisis científico para identificar áreas clave para la protección.
Asimismo, el mes pasado se anunció una colaboración gubernamental de BBNJ First Movers, liderada por Chile y apoyada por Palau, Estados Unidos y Canadá, que se compromete a acelerar la creación del primer conjunto de áreas marinas protegidas en el marco del nuevo Tratado de Alta Mar, centrándose en puntos críticos de biodiversidad prioritarios.
Y en la COP 16 de Biodiversidad se celebró la aprobación del acuerdo global para identificar y conservar áreas marinas de alta importancia ecológica en aguas internacionales a través del establecimiento de un grupo de expertos de diversas regiones del mundo, luego de ocho años de arduo trabajo en las negociaciones. Esta decisión busca facilitar la conservación de la biodiversidad marina mientras se respetan los derechos y jurisdicciones de los Estados, según la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar; así como promueve la participación activa de pueblos indígenas, comunidades locales y otros grupos en el proceso de conservación.
Asimismo, se estableció un programa específico de 40 millones de euros, con el que los países socios recibirán apoyo en sus esfuerzos para conservar y gestionar sosteniblemente la biodiversidad en alta mar. Recibirán asistencia técnica a demanda a nivel nacional y regional, incluyendo el apoyo para ratificar e implementar el recién adoptado Acuerdo sobre la Conservación y Uso Sostenible de la Biodiversidad Marina más allá de las Jurisdicciones Nacionales. El programa también facilitará el acceso a recursos genéticos marinos y datos, y apoyará el desarrollo de propuestas sólidas para futuras áreas marinas protegidas en alta mar, clave para lograr el objetivo del Marco Global de Biodiversidad de proteger al menos el 30% de la tierra y los océanos para 2030.
La conversión de información biológica como el ADN en datos electrónicos (conocido como Información de Secuencia Digital o DSI) que se pueden compartir en línea y manipular por ordenador, ha transformado radicalmente prácticamente todas las ciencias de la vida y ha impulsado una serie de industrias. Pero los beneficios no se están compartiendo de manera justa, y los datos digitales crean nuevas oportunidades para obtener ganancias sin devolver nada a la naturaleza. Las empresas biotecnológicas rentables se concentran en los países de mayores ingresos, mientras que la biodiversidad que constituye la base de gran parte de su investigación y desarrollo se concentra en los países de menores ingresos. El marco existente para compartir los beneficios, conocido como el Protocolo de Nagoya, se ocupa sólo de los especímenes físicos y es inadecuado para la era digital.
Resolver este problema presenta una oportunidad. Después de seis años de deliberaciones, se logró un avance en esta cuestión en Montreal, cuando todos los países acordaron crear un mecanismo multilateral para compartir los beneficios de la información digital sobre secuencias biológicas. La tarea en Cali era poner esto en práctica. En este sentido, Colombia propuso la creación de un fondo internacional a partir de la información genética que sea compartido con los países de origen, impulsando así la protección de su biodiversidad, así como la creación de un fondo de financiamiento para garantizar que los beneficios económicos derivados del uso comercial de estos recursos, como el desarrollo de medicamentos o tecnologías basadas en secuencias de ADN, sean compartidos con los países de origen; con lo que expertos y otros países como Sudáfrica han estado de acuerdo.
Así pues, la presidenta de la COP 16 de Biodiversidad, anunció que el Ministerio de Ciencia y Tecnología actuará en conjunto con el gobierno del presidente Gustavo Petro para para la creación de dicho fondo o banco de datos genéticos nacional.
En cuanto al financiamiento, una posible solución que se propuso en Cali sería recaudar un impuesto del 1% sobre las ventas minoristas mundiales para compartir los beneficios y canalizar el dinero para apoyar la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad. Se prevé que las ventas minoristas mundiales alcancen pronto los 25 billones de dólares, por lo que un “centavo por libra para la vida en la Tierra” podría movilizar 250.000 millones de dólares al año.
Por otro lado, y continuando con el tema de la financiación para la protección de la biodiversidad, la COP16 tenía como meta la movilización de US$200.000 millones al año para la biodiversidad, lo cual sería posible a través de la financiación privada y la financiación combinada. En este sentido, en la COP 16 se presentó la idea de “los créditos de biodiversidad”, lo cual, de forma similar a los créditos de carbono, abarca una variedad de herramientas financieras que buscan transformar en efectivo acciones para proteger la naturaleza.
Así, estos créditos pretenden poner precio a la “compensación” directa por la destrucción de ecosistemas provocada, por ejemplo, por un proyecto minero o vial; pero también pueden reconocer el valor de las contribuciones voluntarias de empresas, Estados u organizaciones filantrópicas para restaurar un humedal, apoyar a un productor de caucho en una gestión más sostenible de su bosque, etc. Sin embargo, su puesta en práctica es complicada, más aún que la de los créditos de carbono, ya que para la biodiversidad no existe una métrica.
En concreto, el Bono de Biodiversidad de Colombia se trata de un bono emitido por el Banco Davivienda y en el que la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés) invertirá hasta 50 billones de dólares. La entidad colombiana, a su vez, canalizará ese dinero a créditos destinados a proyectos con impactos positivos sobre la biodiversidad, como proyectos orientados a la conservación, manejo y aprovechamiento sostenible de los bosques naturales mediante la adopción de prácticas de restauración de suelos degradados, así como a la implementación de sistemas de tratamiento de aguas residuales, iniciativas de conservación y restauración de humedales y áreas marinas, y la recuperación de manglares, entre otros. Además, se hará monitoreo a todos los procesos que reciban inversiones en el marco de este bono, para verificar que efectivamente tengan un impacto de recuperación en la biodiversidad.
No obstante, también hay que destacar que SeaTrees ha anunciado el lanzamiento de los primeros créditos de biodiversidad marina, con el objetivo de abordar la cuestión de cómo dirigir adecuadamente la financiación de la conservación mediante un modelo de asignación de bloques. Así SeaTrees Marine Biodiversity Blocks es un modelo de financiación innovador diseñado para canalizar fondos críticos hacia los ecosistemas marinos. Sus primeros tres bloques son: bosque de manglares de Kenia, un bosque de algas marinas frente a la costa de Sídney y un arrecife de coral de Fiji.
También cabe indicar que, desde hace un año, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, impulsa la creación de un Fondo Internacional para la Preservación de los Bosques Tropicales (TFFF), que consiste en pagar a 80 estados por cada hectárea de bosque preservada o restaurada, es decir, el fondo paga por los bosques conservados y restaurados en lugar de centrarse en combatir la deforestación. En este sentido, Brasil propuso la creación de un fondo de 125 millones de dólares, lo cual fue elogiado por su innovadora estructura financiera.
Por otra parte, algunos países del sur global (sobre todo Sudáfrica, República Democrática del Congo, Colombia e Islas Fiji) propusieron la creación de un fondo financiero específico al servicio de financiar el Marco Mundial de Biodiversidad, el cual todavía no existe, ya que se venía utilizando el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés), el cual sirve de apoyo para varios convenios y tratados. Sin embargo, otros países del norte, como Canadá y Japón, no están de acuerdo, por lo que esta decisión es posible que se alargue hasta la próxima COP. De todas formas, cabe señalar que los países se han comprometido a aportar unos 250 millones de dólares al fondo GEF.
El CAF, banco de desarrollo de América Latina y el Caribe, anunció un programa de 300 millones de dólares para proteger la biodiversidad de la región. “Vamos a ofrecer una herramienta de identificación de proyectos de calidad para canalizar recursos de donación y financiamiento, lo que incentivará nuevas inversiones”, agregó Sergio Díaz-Granados, presidente ejecutivo de CAF, aclarando que este dinero servirá para conservar y restaurar ecosistemas estratégicos como la inmensa Amazonia, los bosques Atlánticos, el Pantanal, el Chaco, la Patagonia, la Antártida y la Corriente de Humboldt.
Cabe indicar que esta no es la primera inversión que hace este organismo. En agosto de este año (2024) CAF y el banco BBVA de Colombia, firmaron una línea de crédito por 50 millones de dólares para financiar operaciones locales que impliquen acciones de conservación, restauración, regeneración y uso sostenible de los ecosistemas. Y todavía más recientemente, CAF hizo parte, junto a otros socios, de una conversión de deuda por naturaleza para salvaguardar ríos en El Salvador. Se trató de la recompra de más de 1.000 millones de dólares de bonos que se irán para financiar la conservación, la seguridad hídrica y la restauración de ecosistemas.
También la Gobernación del Valle socializó la firma de un acuerdo con el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) de voluntades por 50 millones de dólares, con el objetivo de financiar proyectos ambientales, culturales y educativos que generan bienestar a las comunidades, a través de economías sostenibles.
Por su parte, BBVA Colombia, la Corporación Financiera Internacional (IFC) y el BID Invest, lanzaron el primer Bono de Biodiversidad del mundo que garantiza 70 millones de dólares para la conservación y el desarrollo económico. Y también han firmado, junto a DUE Capital and Services, Bonus Gestión de Activos y Financiera de Desarrollo Nacional (FDN), un memorando de entendimiento para apoyar el desarrollo y financiamiento de dos plantas de energía solar con almacenamiento en baterías fuera de la red en la Amazonía colombiana, con un costo total de alrededor de 40 millones de dólares.
También el BBVA ha movilizado 32 millones de dólares para planes relacionados con la biodiversidad y trabaja con una línea de crédito de 50 millones de dólares para financiar iniciativas de preservación de la biodiversidad «que tengan un impacto positivo en los ecosistemas estratégicos, como el uso productivo de la tierra, la producción pecuaria sostenible, la restauración de cuencas y conservación de bosques y la gestión de residuos».
El Banco de Bogotá ha dispuesto más de cuatro billones de pesos en cartera verde, proyectos enfocados en la reducción de emisiones y en el apoyo de la transición energética del país. La entidad espera aumentar la destinación a ocho billones de pesos para los próximos tres años, con el objetivo de trabajar en favor del planeta, y mientras, continuará fortaleciendo su denominada Tarjeta Débito Amazonía, con la que las personas pueden donar el uno por ciento del valor de sus compras para la restauración de la Amazonía colombiana, en los departamentos del Vaupés y Guainía, y la siembra de mangles en el Caribe.
Por otro lado, el Grupo de Trabajo sobre Divulgación Financiera Relacionada con la Naturaleza (TNFD), que fue lanzado en 2021 y que ayuda a las empresas a integrar los riesgos relacionados con la naturaleza en sus estrategias, fomentando la resiliencia e impulsando el crecimiento sostenible, anunció que 502 organizaciones a nivel mundial se han comprometido a adoptar la gestión de riesgos relacionados con la naturaleza y la presentación de informes corporativos alineados con el TNFD, lo cual supone un aumento del 57% en los compromisos desde enero de 2024, lo que refleja el creciente reconocimiento de la naturaleza como un factor crítico en la gestión de riesgos y oportunidades comerciales. Asimismo, más de 200 empresas que representan 1,1 billones de dólares en ingresos, han hecho un llamado a los legisladores presentes en la COP16 para que ayuden a impulsar la acción corporativa en favor de la naturaleza.
En este sentido, es destacable el aumento a nivel mundial del financiamiento privado para la naturaleza. En Colombia, con el apoyo del sector privado y los actores de la sociedad civil, el gobierno ha desarrollado la iniciativa Herencia Colombia, la cual busca asegurar 245 millones de dólares de financiamiento público y privado para proteger de forma permanente 32 millones de hectáreas de icónicos paisajes terrestres y marinos. Además, BID LAB y sus socios han creado HECO Invest para identificar oportunidades de inversión para préstamos, capital y subvenciones, y permitir la inversión del sector privado en la naturaleza en Colombia y otros lugares.
Brasil junto a Colombia firmaron en la COP 16 de Biodiversidad un financiamiento contra el racismo ambiental, a través de proyecto “Pueblos Afrodescendientes de las Américas” o “Quilombo de las Américas”, el cual debe aportar más de US$ 120 mil para evitar desigualdades socioambientales entre comunidades negras tradicionales en los países latinos debidas a emigraciones climáticas y de biodiversidad.
También Colombia junto a Costa Rica anunciaron la creación del fondo para financiar la protección de la biodiversidad en el Chocó Biogeográfico, que abarca la costa Pacífica desde Panamá a Perú y que se ha convertido en el paso migratorio de decenas de miles de personas que intentan llegar a Estados Unidos por la peligrosa selva del Darién.
Y Colombia en solitario invierte 40.000 millones de dólares para abandonar los combustibles fósiles y frenar la producción de petróleo. Para compensar las pérdidas financieras, el país espera el apoyo de los países industrializados y de los bancos multilaterales de desarrollo.
Por su parte, China ha comprometido 1.500 millones de yuanes (unos 210 millones de dólares estadounidenses) para establecer el fondo para apoyar la conservación de la biodiversidad en los países en desarrollo. El ministro chino de Ecología y Medio Ambiente, Huang Runqiu, afirmó que el fondo responderá a las necesidades de los países en desarrollo y se basará en objetivos básicos como la rehabilitación y protección de los ecosistemas, la sostenibilidad, uso de la diversidad biológica y prevención y control de especies exóticas invasoras. Y también dijo que implementará una serie de proyectos que ayudarán a los países en desarrollo a implementar los objetivos del Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal.
Y en el día de las finanzas en la COP16 de biodiversidad, el gobierno de Noruega anunció un apoyo de US $20 millones para que Colombia continúe en su lucha contra la deforestación, así como también destinará recursos a desarrollar iniciativas que le proporcionen medios de vida alternativos a los pequeños agricultores para evitar que recurran a la deforestación, y a promover los derechos de los pueblos indígenas que gestionan sus territorios colectivos y que, en palabras del ministro de ambiente de Noruega, “están sometidos a la presión de los actores criminales que operan en la selva tropical”.
Además, ocho gobiernos anunciaron US $163 millones en nuevas promesas al Fondo Marco Global para la Biodiversidad (GBFF). Esta es la segunda ronda de aportes que recibe el GBFF que, en una primera oportunidad, recibió 244 millones de dólares. Ambos aportes suman US $407 millones.
Asimismo, la Unión Europea (UE) anunció una contribución de 12 millones de euros para ayudar a los países a alcanzar los objetivos nacionales y mundiales de biodiversidad en el marco de la Iniciativa de Financiación de la Biodiversidad del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, lo cual apoyará la participación de los pueblos indígenas y las comunidades locales en el desarrollo de mercados de créditos para la biodiversidad, ofrecerá mejoras en la Base de datos de recursos financieros para la biodiversidad (FIRE), y financiación sostenible para las áreas marinas protegidas (AMP).
Además, sobre la base de su compromiso de duplicar el financiamiento externo para la biodiversidad de 2021 a 2027 a un total de 7 mil millones de euros, la UE ha presentado un paquete cercano a los 160 millones de euros con nuevas iniciativas dirigidas a apoyar a los países socios y proteger la biodiversidad a nivel mundial. Así, un paquete integral de acciones por 69 millones de euros será destinado a mejorar la capacidad y el conocimiento en África, Asia, América Latina y el Caribe. Esta iniciativa brindará el apoyo necesario a gobiernos, sociedad civil, pueblos indígenas y comunidades locales (IPLCs), fortalecerá la capacidad de los países socios para movilizar financiamiento nacional e internacional para la biodiversidad a través de la implementación de Planes de Financiamiento de la Biodiversidad, y se renovará el apoyo a dos observatorios regionales de biodiversidad en el Pacífico y el Caribe, los cuales, junto con el Sistema Mundial de Información sobre Biodiversidad (GBIF), con el que se firmará un contrato en la COP16, servirán para mejorar el conocimiento y las habilidades de gestión de biodiversidad de las personas que formulan políticas y actores locales.
Y otro anuncio importante, es el nuevo programa de la UE de 48 millones de euros sobre el tráfico ilegal de vida silvestre, el cual establecerá mecanismos para combatir redes criminales organizadas involucradas en el tráfico de vida silvestre y desarrollará un sistema de respuesta rápida para abordar emergencias que afecten la biodiversidad y las poblaciones locales. Esta iniciativa tiene como objetivo proteger la fauna mediante la colaboración transnacional y el fortalecimiento de los sistemas de justicia y aplicación de la ley en países en desarrollo, así como también buscará reducir la demanda en mercados clave de productos de vida silvestre ilegales.
Con respecto al tema de la educación y el avance tecnológico, en respuesta a la creciente necesidad de involucrar a las instituciones académicas en la implementación del Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal, surge el Consorcio de Conservación y Sostenibilidad de las Instituciones Académicas (Cascade), el cual, inicialmente formado por universidades del Reino Unido, tiene como misión principal promover la cooperación técnica y científica internacional, fortaleciendo las capacidades de los países en desarrollo en la lucha contra la pérdida de biodiversidad.
Las instituciones miembros de Cascade están comprometidas con el intercambio internacional y la colaboración entre países del Norte y del Sur. La asociación de universidades se centra en integrar la conservación de la biodiversidad con la política y el desarrollo internacional, trabajando en países elegibles para la Asistencia Oficial para el Desarrollo (AOD).
En la COP 16 de Biodiversidad, Cascade presentó sus primeras evaluaciones sobre el cambio de comportamiento frente a la biodiversidad y propuso un indicador clave para la Meta 5 del Marco Mundial. Este espacio permitió un diálogo abierto sobre los desafíos y oportunidades para una mayor participación académica en la Convención sobre la Diversidad Biológica (CDB) y marcó un hito importante en la colaboración global efectiva en la conservación de la biodiversidad.
De forma paralela, en un esfuerzo por mejorar la conservación de la Amazonía, un grupo de expertos y líderes comunitarios se reunió en la Zona Azul de la COP16 para explorar cómo la tecnología de próxima generación y el conocimiento tradicional pueden combinarse para monitorear la biodiversidad de manera más efectiva.
Asimismo, las Estrategias y Planes de Acción Nacional sobre la Diversidad Biológica (EPANB) juegan un papel crucial en el logro de los objetivos establecidos en el Marco Global de la Diversidad Biológica (GBF), al utilizar herramientas tecnológicas y científicas avanzadas para mejorar la contabilidad del capital natural de los ecosistemas, lo cual facilita la toma de decisiones informadas y sostenibles, esenciales para la conservación de la biodiversidad y el uso adecuado de los recursos naturales. Iniciativas en África han demostrado cómo el uso de estos indicadores ha fortalecido la planificación y el manejo de los recursos naturales, promoviendo la restauración de ecosistemas.
Por su parte, un grupo de organizaciones internacionales, de activistas y también de investigadores en justicia ambiental y en nuevas tecnologías, han elaborado un informe que analiza los riesgos de la biología sintética, la cual se está integrando peligrosamente con la Inteligencia Artificial, haciendo que sean las máquinas quienes diseñen nuevos organismos vivos, en teoría con un objetivo determinado para generar beneficios y no riesgos. En las negociaciones de la COP16 se abordó este tipo de tecnologías genéticas bajo una perspectiva excesivamente orientada a satisfacer a la industria y no a proteger a la naturaleza y la salud de las personas.
También cabe destacar que en la COP 16 de Biodiversidad, más de 800 científicos del mundo firmaron una declaración sobre la necesidad de ampliar el conocimiento de la diversidad de plantas y hongos en el mundo.
Por otra parte, la gobernadora del Tolima, Adriana Magali Matiz, planteó una iniciativa que fue ampliamente discutida en el encuentro con los directores de las corporaciones autónomas regionales: “Que se cree la cátedra de la biodiversidad y que la pudiéramos tener en las instituciones educativas”, enfatizó Matiz, con el fin de fomentar la conciencia y la educación sobre la biodiversidad desde las primeras etapas de formación, preparando a las futuras generaciones para enfrentar los desafíos climáticos.
Con el objetivo de actualizar la Política Nacional de Educación Ambiental, se realizó un documento sólido que se someterá a consulta pública a partir del 15 de noviembre y se entregará oficialmente el 26 de enero de 2025, en conmemoración del Día de la Educación Ambiental. Asimismo, con este motivo, los eventos de la Zona Verde y la Zona Azul de la COP16, destacaron el papel fundamental de la Educación Ambiental y los puentes que deben tejerse con otros sistemas y prácticas de conocimiento, propias de los territorios como los procesos de educación popular y comunitarios.
También es destacable que los jóvenes Mario Guerra y Tomás Moncada, quienes fueron los ganadores de la edición 2024 de Sabiduría Salvaje, un galardón de World Wildlife Fund (WWF) que busca reconocer los conocimientos en biodiversidad de los estudiantes del país; fueron reconocidos en la COP16 por sus conocimientos en biodiversidad y ahora viajarán a una reserva natural de Colombia para continuar con su formación sobre naturaleza. También representarán a Colombia en el evento internacional Wild Wisdom Global Quiz, que se llevará a cabo de manera virtual la primera semana de diciembre y será transmitido desde India y que será de temática sobre reptiles y contará con la participación de estudiantes de otros países, como España, Bután, Nepal y Reino Unido.
Y en la COP 16 de Biodiversidad, Susana Muhamad y el director del Instituto Humboldt, Hernando García, dieron a conocer que el Instituto Humboldt fue elegido como centro subregional de apoyo técnico y científico por parte del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), de modo que prestará apoyo técnico y científico a 12 países de América Latina y el Caribe. La designación, que fue acordada de llevarse a cabo en la COP 15 y que irá hasta 2030, busca fortalecer las capacidades técnicas y científicas de las partes del Convenio sobre Diversidad Biológica para facilitar la implementación de las metas del Marco Global de Biodiversidad Kunming Montreal.
Por otro lado, parlamentarios de Brasil, Reino Unido, Argentina, Ecuador, Perú, Sri Lanka, Venezuela, Bolivia, Kenia y Colombia se unieron a la Declaración de Cali en la COP16, una iniciativa que busca fortalecer su rol en la creación de políticas efectivas para la conservación de la biodiversidad global, lanzada como resultado del Foro ‘Parlamentarios por las Transiciones Económicas para el Cuidado, Conservación y Uso Sostenible de la Biodiversidad’.
La declaratoria busca reafirmar el compromiso de los legisladores con la implementación efectiva del Marco Global de Biodiversidad Kunming Montreal, invitando a los gobiernos a fortalecer sus marcos legislativos, aumentar la financiación para la conservación y garantizar el monitoreo continuo de las políticas ambientales, entre otros.
Asimismo, en el marco del Día de África en la COP16, se destacó la importancia de las Áreas Conservadas por Comunidades (CCA) y Áreas Protegidas (PCA) de este continente para lograr los objetivos del Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal (GBF), particularmente la Meta 3, que promueve la expansión y consolidación de áreas protegidas; y se discutió cómo integrar las arboledas sagradas de Ghana y los bosques Kaya de Kenia y otras áreas todavía no registradas en las estrategias nacionales y regionales.
Además, con el 70% de la población africana compuesta por jóvenes, se resaltó la importancia de involucrar a las nuevas generaciones en la toma de decisiones sobre conservación, asegurando que las soluciones para la biodiversidad sean sostenibles en el tiempo y tengan un impacto duradero.
Por su parte, la Amazonía, con su importancia crucial para el clima global y la biodiversidad, está en el centro de los debates sobre transición justa y desarrollo sostenible. En este sentido, el Tratado de Cooperación Amazónica (TCA), suscrito por ocho países miembros de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), es un marco clave para el desarrollo armónico de esta vasta región. Este tratado no solo promueve el desarrollo sostenible, sino que también se alinea con los objetivos del Marco Global de Biodiversidad de Kunming-Montreal (GBF), que incluyen detener la extinción de especies y proteger la diversidad genética.
Asimismo, durante la COP 16 de biodiversidad, se enfatizó la importancia de integrar a los pueblos indígenas en la transición justa, garantizando que sus derechos sean respetados y que sus conocimientos tradicionales sean aprovechados en la formulación de políticas, ya que los pueblos indígenas son guardianes clave de la biodiversidad amazónica y su participación es esencial para alcanzar los objetivos globales de conservación y sostenibilidad.
En medio de la COP, organizaciones de los países que comparten la Amazonía presentaron un nuevo grupo de coalición denominado G9 que reúne a las organizaciones de los pueblos indígenas de la Amazonia, tanto los de Perú, como los de Colombia, Bolivia, Brasil, Venezuela, Ecuador, Surinam, Guyana y Guyana Francesa, para hacer incidencia en los encuentros de biodiversidad y cambio climático y defender su territorio. En los conversatorios que han hecho no han dejado de resaltar el valor que tendrá ese grupo para hacer ciencia, compartir conocimiento, preservar la biodiversidad y desarrollar la bioeconomía amazónica.
Además, tras tener una “pre-COP16″, acordaron unos puntos fundamentales a abordar: la exigencia de mecanismos de financiación directa para los pueblos indígenas de la Amazonia, robustecer la seguridad jurídica de sus territorios con, entre otras cosas, titulación y creación de resguardos; exigir que las decisiones globales respeten sus derechos y reconozcan su papel en la conservación de la biodiversidad; y un espacio de articulación para que los pueblos indígenas de la Amazonia puedan influir en las negociaciones internacionales.
Y también pidieron a los Estados que protejan a los pueblos aislados y que garanticen su seguridad y su territorio, así como que haya un “Órgano Subsidiario para el artículo 8J que reconozca nuestras contribuciones a los objetivos del Convenio de Diversidad Biológica”. Esto último fue finalmente aprobado, lo cual les proporciona poder institucional, reconociendo su papel en la protección de la biodiversidad y les otorga un papel importante, al margen de los aparatos de los Estados, para opinar y decidir sobre la gestión de sus recursos naturales.
El órgano estará formado por dos copresidentes elegidos por la COP: uno nominado por las naciones de la ONU del grupo regional, y el otro por representantes de los pueblos indígenas y las comunidades locales. “Al menos uno de los copresidentes procederá de un país en desarrollo, teniendo en cuenta la igualdad de género”, señaló el documento.
Asimismo, al cierre del Día de Pueblos y Comunidades en la COP 16 de Biodiversidad, diversas organizaciones y representantes gubernamentales firmaron su compromiso por la protección de los Pueblos campesinos e indígenas en Aislamiento, como una estrategia esencial para la conservación de la biodiversidad en algunas de las regiones más significativas del planeta. Este compromiso se fundamenta en el respeto a los derechos humanos y en el reconocimiento del artículo 8J del Convenio sobre la Diversidad Biológica, que resalta la necesidad urgente de proteger tanto la vida como los territorios de estos pueblos.
También el Foro Social Panamazónico, un ente que aglutina a pueblos, movimientos sociales y defensoras de este pulmón amazónico; ha hecho entrega a la presidenta de la COP, Susana Mohamad, de la declaración de los derechos de la Amazonía, un documento que reconoce a la Amazonía como “sujeta de derechos” y busca “la construcción de un marco legal robusto que defienda su integridad ecológica y respete los derechos de los pueblos indígenas y comunidad”.
En la declaración realizada con apoyo de los ministerios de Ambiente y Agricultura, las mujeres exigieron la implementación participativa de un plan de género en las acciones de conservación y se comprometieron a formar parte activa del Plan de Acción de Biodiversidad. En este contexto, nació la Declaración Inírida, un manifiesto que busca incidir en los procesos de toma de decisiones y que es liderado por defensoras, activistas, académicas, investigadoras, emprendedoras, de pueblos indígenas, comunidades negras, afrodescendientes, raizales, palenqueras y campesinas.
Asimismo, Women4Biodiversity organizó una conferencia de prensa para presentar el ‘Indicador del Plan de Acción de Género para la Meta 23 y los Datos y Perspectivas de Género en la Conservación de la Biodiversidad’. Y durante el evento, se presentaron dos documentos clave para avanzar en la igualdad de género: Advancing Women’s Rights & Gender Equality in the Implementation of the Kunming Montreal Global Biodiversity Framework – Training Module 2024, y Gender Equality and the Convention on Biological Diversity: A Compilation of Decision Texts from COP1, to COP15.
Por otro lado, las comunidades de campesinos demandaron mayor reconocimiento como protectores de la biodiversidad y se comprometieron a fortalecer sus territorialidades para garantizar la seguridad alimentaria, la agroecología y la conservación de semillas nativas. Los pueblos afrocolombianos, raizales y palenqueros, pidieron su inclusión en el artículo 8J del Convenio de Diversidad Biológica y reiteraron la necesidad de fortalecer la participación de las comunidades en la toma de decisiones, con especial enfoque en género, conocimiento tradicional y financiación directa para proyectos de conservación. Por ello, lanzaron la declaratoria “Custodios de la biodiversidad” con la que reafirman su compromiso histórico como guardianes de la naturaleza y seguir construyendo la Paz con la Naturaleza. Y los pueblos indígenas demandaron el respeto por la espiritualidad, los territorios y saberes ancestrales; y solicitan al Gobierno Nacional garantizar la protección de sus territorios, el acceso a recursos para la conservación y la participación efectiva en todos los escenarios de toma de decisiones.
También más de 20 organizaciones afrodescendientes de América Latina y el Caribe han presentado un innovador atlas que documenta su presencia en territorios ancestrales en 15 países, en un esfuerzo por resaltar la importancia de estas áreas para la conservación de la biodiversidad y la mitigación del cambio climático.
El atlas abarca 645 áreas protegidas, divididas en diferentes tipos de gestión, y revela que muchas de estas zonas son particularmente vulnerables al cambio climático, con proyecciones de aumento de temperatura de hasta 7 grados en un 76% de los territorios. Y a pesar de que los pueblos afrodescendientes representan el 24% de la población de la región, solo el 24% de sus tierras han sido reconocidas oficialmente, lo que equivale a 8,3 millones de hectáreas. Por tanto, la creación de este atlas busca servir como un instrumento de autoidentificación y un paso hacia el reconocimiento de sus derechos territoriales.
Finalmente, Colombia logró un primer acuerdo con los países africanos y las delegaciones que se oponían a su propuesta de incluir a las poblaciones afros como actores clave en la conservación de la biodiversidad, en el artículo 8J del Convenio de Diversidad Biológica (CDB), que hasta ahora solo reconoce la participación de pueblos indígenas y comunidades locales como actores claves en la conservación de la biodiversidad. Así pues, la propuesta del Programa de trabajo del Artículo 8J para pueblos indígenas y comunidades locales, fue revisada en la agenda formal del grupo de trabajo de las delegaciones y ha sido aprobada, lo cual genera una ruta de implementación clara para pueblos indígenas del Marco Kunming Montreal, contando con el consenso de todos los países, y reconoce la importancia de los pueblos que durante siglos han vivido en las zonas más biodiversas del planeta en un gran equilibrio con el entorno natural, y que hoy en día siguen actuando como guardianes de esta naturaleza de la que se saben parte indisoluble, pero que han estado poco o nada atendidos por los Estados en los que viven.
Por otro lado, la contribución del IICA a la COP16 refleja su compromiso con un modelo de agricultura sostenible que favorezca la resiliencia de los ecosistemas y el bienestar de las comunidades rurales en América Latina y el Caribe. Al impulsar políticas que promuevan sistemas agroalimentarios sostenibles e inclusivos, el instituto fortalece su rol como líder en la creación de soluciones que beneficien tanto al medio ambiente como a la economía regional. Y además de promover la bioeconomía, la participación del IICA en la COP16 incluye su aporte en las negociaciones sobre el Protocolo de Cartagena (seguridad en biotecnología) y el Protocolo de Nagoya (acceso y distribución equitativa de los recursos genéticos).
Relacionado con esto, durante el día dedicado a Salud, Alimentación y Biodiversidad, en la Zona Verde, se firmó la resolución de la Política Pública de Agroecología en Colombia. Un hecho histórico que marca una transición de la agricultura convencional hacia modelos agroecológicos y sistemas agroalimentarios sostenibles, lo que es crucial ante la crisis climática y alimentaria global.
También, en la COP16 las discusiones se han centrado en traducir los principios de bioeconomía de alto nivel del G20 (sostenibilidad, circularidad e innovación) en marcos prácticos que equilibren la protección de la biodiversidad con el uso sostenible de los recursos. Las regiones tropicales de América Latina se destacan como estudios de caso vitales para las iniciativas de bioeconomía, particularmente en las cadenas de valor de productos forestales no madereros. Tales discusiones resaltan la necesidad de enfoques bioeconómicos inclusivos y centrados en la biodiversidad que atiendan a las comunidades locales.
En cuanto a la gestión de vida silvestre, se ha adoptado una decisión que incluye orientación adicional dentro de la Convención en áreas con brechas significativas, por ejemplo, sobre vida silvestre y turismo y se realizaron discusiones sobre sinergias entre acciones climáticas y de la naturaleza.
Asimismo, también en la cumbre de Cali sobre biodiversidad se debatió un «plan de acción» sobre el vínculo entre biodiversidad y salud que incluye compromisos para limitar la agricultura y la silvicultura, reducir el uso de pesticidas, fertilizantes y otros productos químicos dañinos para la naturaleza, y reducir el uso de antibióticos en los animales de granja.
En el Día de Biodiversidad y Cambio climático, el evento ‘Escuchando a la ciencia’, desarrollado en la Zona Azul, reunió a expertos y líderes internacionales para discutir la urgente necesidad de vincular las agendas de cambio climático y biodiversidad como una estrategia clave para enfrentar la triple crisis planetaria. Este espacio subrayó el valor de las evidencias científicas en la construcción de políticas integradas que aborden la crisis climática, de biodiversidad y de contaminación, marcando un avance crucial hacia soluciones globales y coordinadas.
Un total de 9 pequeños proyectos con objetivos de rehabilitación de ecosistemas y conservación de la biodiversidad en 15 países fueron revisados y aprobados en la COP 16 de Cali.
El Canciller del Estado de Palestina, Riad Malki, y la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, Susana Muhamad, firmaron un memorando de entendimiento que establece una alianza en temas de cooperación ambiental y fortalecimiento de capacidades en respuesta a los desafíos ambientales derivados del conflicto.
Los gobiernos de Chile y de Reino Unido, en compañía de varios científicos, hicieron un llamamiento para que integren a los hongos dentro las estrategias y marcos globales de conservación. Así pues, presentaron un documento para que “prioricen la conservación de los hongos y los reconozcan como un reino biológico, independiente en legislación, políticas y acuerdos nacionales e internacionales, así como un reino fundamental para el funcionamiento de los ecosistemas y la conservación de la biodiversidad”. También esperan que haya “medidas concretas para su protección en las Estrategias y Planes de Acción Nacionales en Materia de Biodiversidad (NBSAP, por su sigla en inglés) y el fomento de la micología como ciencia esencial para futuras medidas de conservación”.
Colombia junto con la Comisión del Mar de la Asociación de Estados del Caribe (AEC) y la Fundación Worldview International Foundation (WIF), socializó en el panel titulado ‘Preservando la Biodiversidad del Gran Caribe: Unidos Contra la Erosión Costera’ de la COP 16 de Biodiversidad, los progresos de su iniciativa de resiliencia costera, enfocada en la restauración de manglares y la protección de los ecosistemas de carbono azul en la región del Gran Caribe. La Cancillería colombiana destacó que esta iniciativa busca rehabilitar los manglares degradados en los países miembros de la AEC, y al mismo tiempo, contribuir a los compromisos globales en el marco del Acuerdo de París, el Marco Mundial de Biodiversidad Kunming-Montreal, y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La alianza entre la AEC y la WIF, concretada mediante la firma de un manifiesto de interés, establece las bases para desarrollar proyectos de restauración de manglares en el Caribe.
Por su parte, Canadá se comprometió a trabajar con todos los socios para detener y revertir la pérdida de la naturaleza y proteger los derechos indígenas y anunció 7 proyectos por un valor total de 62 millones de dólares, cuyo objetivo es proteger la biodiversidad en regiones de todo el mundo, particularmente en América Latina, 5 de los cuales están financiados por los 350 millones de dólares anunciados por el Primer Ministro Justin Trudeau en la COP15.
Asimismo, Canadá también anunció $15 millones durante 3 años a Birds Canada para apoyar la biodiversidad y la salud de los ecosistemas en Colombia, Costa Rica, Ecuador, Honduras, México, Panamá, Perú y El Salvador como parte de la iniciativa Conserva Aves; 10 millones de dólares durante 2 años a la Asociación de Acción Mundial sobre Plásticos para apoyar el establecimiento continuo de asociaciones en los países en desarrollo para combatir la contaminación plástica y mejorar la biodiversidad; y 5 millones de dólares en 2 años para el programa global de economía azul para reducir la contaminación plástica en el medio marino y preservar la biodiversidad marina.
En la COP 16 de Colombia, la Fundación Ambiental AEON y la Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) entregaron el Premio Midori a la Biodiversidad 2024, el cual es un prestigioso premio internacional bienal que se otorga a campeones de la biodiversidad en varios sectores de actividades y desde el nivel local hasta el mundial y que refleja la necesidad de un enfoque de toda la sociedad que sustenta el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal y sus 23 objetivos para el logro para 2030. Por ello, cada ganador recibe un regalo conmemorativo y una placa, y un premio monetario de USD 100.000 para apoyar su trabajo en la salvaguardia de la biodiversidad. En esta ocasión las personas condecoradas con el premio Midori fueron: la Sra. Vera Voronova, directora ejecutiva de la Asociación para la Conservación de la Biodiversidad de Kazajstán, y la Sra. Ysabel Agustina Calderón Carlos, fundadora y CEO de Sumak Kawsay, una empresa ambientalista de Perú que se centra en a detener y revertir el declive de los polinizadores, al tiempo que fomenta el desarrollo socioeconómico en las comunidades locales, especialmente en las mujeres y los jóvenes indígenas.
Por su parte, CMPC lanzó el Proyecto Patagonia en la región de Aysén, Chile, el cual busca restaurar y conservar más de 26 mil hectáreas de terrenos en el sur del país, enfocándose en la regeneración de bosques nativos y la protección de especies locales de flora y fauna. Además, incluye la implementación de sumideros de carbono en la zona para contribuir a la lucha contra el cambio climático.
Dentro del Proyecto Patagonia, se abrirá el Parque El Cóndor, parte de la red Bosque Vivo, que estará a 10 kilómetros de Coyhaique y contará con el Cerro Negro, un atractivo de formación rocosa. También se creará un corredor biológico para proteger al huemul, una especie emblemática de la región actualmente en peligro de extinción. Asimismo, la iniciativa también contempla la creación del Fondo Patagonia, un fondo concursable que apoyará proyectos de conservación, innovación y desarrollo sostenible en la comunidad de Aysén. Este fondo permitirá financiar acciones que generen valor compartido y fortalezcan el compromiso con la sostenibilidad en la región.
En el evento paralelo del ‘Día de los Océanos’, los panelistas coincidieron en la importancia de una colaboración más efectiva entre diferentes mecanismos internacionales para proteger al menos el 30% de las áreas marinas para 2030, como establece el acuerdo Biodiversity Beyond National Jurisdiction, (BBNJ). Se destacó la necesidad de construir sinergias para mejorar la implementación de estos acuerdos, la urgencia de ratificar el acuerdo BBNJ, y la justicia marítima como un componente esencial para la sostenibilidad marina.
Con el ánimo de proteger las reservas de agua dulce, se llevó a cabo la reunión ministerial de la Cumbre ‘Una sola agua’, en el que se destacó la importancia de la sinergia entre los compromisos nacionales e internacionales, integrando soluciones basadas en la naturaleza, como la conservación y restauración de humedales, para garantizar la disponibilidad de agua y enfrentar la contaminación; se planteó una hoja de ruta para la conservación y restauración de estos ecosistemas, y se movilizaron recursos para el objetivo 30×30 de conservación de ecosistemas de agua dulce.
Para abordar el urgente problema del cambio climático, el Ministro de Clima y Medio Ambiente de Suecia, el Ministro de Ciencia de Colombia, Saab, la Universidad EAFIT de Colombia y el Instituto Tecnológico Real KTH de Suecia, presentaron un nuevo proyecto de UAV Combat Climate Change (C-3), que tiene como objetivo facilitar la investigación climática. Se trata de un nuevo vehículo aéreo no tripulado (UAV) capaz de recopilar datos para el monitoreo del clima, equipado con sensores especializados para medir las concentraciones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono y el metano, así como otros contaminantes y aerosoles en la atmósfera. Además, el UAV se puede desplegar para evaluar la salud de la selva amazónica, las tierras agrícolas y otros ecosistemas, detectando cualquier cambio en los patrones de vegetación y las condiciones del suelo.
Al correlacionar estas mediciones con imágenes terrestres tomadas por la aeronave, la misión busca complementar los datos satelitales existentes. El objetivo final es aplicar las medidas dentro de modelos de predicción matemáticos y basados en IA a gran escala, que puedan ayudar a comprender y gestionar mejor las complejidades de nuestro sistema climático global.
Y en la «Serie de exposiciones paralelas temáticas Soluciones innovadoras para la integración de la biodiversidad y la Alianza para la conservación de la biodiversidad industrial y comercial» en el China Corner del Pacific Valley Activity Center, ubicado en el área azul de la conferencia, State Grid Corporation de China participó en la promoción de la conferencia y en una serie de actividades de exhibición con su proyecto «Green Power Ark» (“Arca Eléctrica Verde”), el cual pretende llevar a cabo proyectos piloto para la protección de especies raras, promover la gestión coordinada de la energía, la electricidad y la biodiversidad, y explorar soluciones para la convivencia armoniosa del hombre y la naturaleza, mediante la construcción de microrredes «sin carbono». Además, en la reunión, la State Grid Corporation de China también publicó dos informes importantes: el «Informe sobre la protección de la biodiversidad de la State Grid Corporation de China» y el «Arca eléctrica verde: protección de una tierra hermosa en la que todas las cosas viven juntas», y presentó especies raras protegidas por su proyecto.
En lo que a acuerdos finales se refiere, al fin de la primera semana de COP se obtuvieron dos documentos de sala para la COP 16, cinco documentos de sala para el Protocolo de Cartagena y cinco documentos de sala para el Protocolo de Nagoya. Muhamad destacó los logros alcanzados con la declaración de Inírida lanzada por las mujeres del mundo y que se reafirmó en el Foro de Mujeres; el reconocimiento de las comunidades negras a la biodiversidad en el Foro Internacional Afrodescendiente; la firma de la declaratoria sobre protección de pueblos indígenas en aislamiento, y la declaración de parlamentarios del mundo.
Como preámbulo a la llegada de presidentes y ministros de más de 170 países del mundo a la COP16 de biodiversidad, la ministra de Ambiente de Colombia, Susana Muhamad y el canciller, Luis Gilberto Murillo lanzaron el “movimiento global Paz con la Naturaleza” para que la ciudadanía pueda adherirse a la Coalición de Paz con la Naturaleza, a través de la plataforma internacional Avaaz, y a la que líderes de todo el planeta podrán mostrar su apoyo. El documento de la Coalición también destaca el papel clave de las comunidades indígenas, afrodescendientes y locales en la conservación de la biodiversidad, y exige una mayor inclusión de las mujeres, jóvenes y grupos vulnerables en la toma de decisiones ambientales. Asimismo, la Coalición, que incluye 20 países de cuatro continentes, incluidos México, Suecia, Uganda y Chile, aunque ninguno de Asia-Pacífico, reafirma la importancia del respeto al derecho internacional como fundamento para proteger la vida y la naturaleza.
En la COP 16 de Biodiversidad se han adoptado las resoluciones sobre Salud y biodiversidad, sobre especies exóticas invasoras, sobre gestión sostenible de las especies silvestres, y sobre conservación de especies vegetales.
En el debate sobre Cambio Climático y Biodiversidad, un conjunto de países (Argentina, Brasil, Perú, Rusia, Arabia Saudita) tuvieron las negociaciones estancadas durante horas por su negativa a incluir la referencia que un aumento de la temperatura global de 2ºC representa amenazas mucho más serias para la biodiversidad mundial que si ese aumento quedase limitado a 1,5ºC.
En cuanto al mecanismo para la Implementación y seguimiento del Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal, hay un acuerdo casi cerrado sobre la relación de indicadores de seguimiento y sus fuentes de verificación, así como la metodología para desarrollar los informes de evaluación. No obstante, prácticamente todas las partes rechazaron que estos informes analicen país a país el avance en la implementación y pidieron que el análisis fuera mundial, con propuestas de mejora, pero no propuestas de obligado cumplimiento. Esto amenaza con dejar los compromisos en simples aspiraciones voluntarias, difíciles de cumplir y aún más difíciles de evaluar.
Además, si bien es cierto que en la COP15 de Montreal las partes disponían de un documento ambicioso que proponía integrar la biodiversidad en políticas sectoriales, la realidad es que este no llegó a discutirse ni a aprobarse”. “En la COP16, no solo el texto inicial era menos ambicioso, sino que se ha debilitado aún más en el proceso de negociación”, alertan, con países como Brasil y Argentina oponiéndose firmemente a éste y dificultando el establecimiento de compromisos claros que ataquen las causas de la pérdida de biodiversidad.
Pese a que se han alargado las últimas jornadas hasta pasada la medianoche, no ha trascendido ningún principio de acuerdo en los dos temas más complicados e importantes: financiación y movilización de recursos, y uso y beneficios de las secuencias de información genética.
Con respecto al primero, el documento sobre la estrategia para la movilización de recursos fue discutido extensamente y los copresidentes del grupo de trabajo lanzaron un poco a la desesperada una última versión con la esperanza de lograr el consenso. Por otro lado, todas las partes están de acuerdo en que la financiación de las políticas de conservación de la biodiversidad para los países del sur que necesitan desarrollarse es totalmente insuficiente, sin embargo, prácticamente todo el documento de trabajo sigue entre corchetes, con propuestas muy enfrentadas. Las propuestas sobre el mecanismo de financiamiento actual, el Fondo Marco Global para la Biodiversidad (GBFF), fueron escasas y el fondo actualmente cuenta con 407 millones de dólares de los 20 mil millones de dólares anuales que debería proporcionar para 2025. Además, parece que se está abandonando la propuesta de crear un nuevo fondo específico para la aplicación del MMB-KM y, en su lugar, algunos países reclaman una reforma integral del Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF) que analice por qué muchos países no pueden acceder a él, y que se dote ampliamente de fondos públicos. Otros apuestan por incrementar la financiación privada, mediante “mecanismos innovadores” como los bonos de la biodiversidad. También, países como Bolivia siguen reclamando que se adopte el enfoque de “acciones basadas en la Madre Tierra”, un enfoque ecocéntrico, también en el uso de fondos financieros para la biodiversidad. El documento es tan extraordinariamente complejo que es posible un aplazamiento hasta la próxima COP17, lo cual llevaría a un retraso considerable en la aplicación del MMB.
Y en cuanto al tema sobre los datos genéticos, finalmente, en la madrugada del sábado 2 de noviembre 2024, los 196 países reunidos acordaron establecer un nuevo fondo global (“Fondo de Cali”) dedicado a distribuir los beneficios derivados del uso de Información de Secuencia Digital (DSI) de recursos genéticos, el cual establece que las empresas que utilizan Información de Secuencia Digital (DSI) de recursos genéticos de biodiversidad en sus productos deben pagar una parte de sus ganancias o ingresos al fondo. Si bien aún se están ultimando los detalles del desembolso, se acordó que el 50% del fondo se asignará a los pueblos indígenas y las comunidades locales, ya sea directamente o a través de los gobiernos. Esto permitirá que estas comunidades, incluidas las mujeres y los jóvenes, finalmente tengan acceso a los beneficios.
Por otro lado, SEO/BirdLife reconoce el éxito social de esta COP en la ciudad de Cali, que ha logrado volcarse en la cumbre con una gran implicación de la ciudadanía y proyectos locales que muestran el compromiso ambiental de Colombia. Así, la COP16 congregó a pueblos indígenas, afrodescendientes, campesinos, mujeres, jóvenes, líderes globales, gobiernos, ONG, academia, sector financiero, empresas y actores subnacionales, y movilizó a más de medio millón de personas alrededor de la protección de la vida y la naturaleza en uno de los países megadiversos del planeta. Una participación sin precedentes en la primera Zona Verde de una COP de biodiversidad.
“Sin embargo, este éxito social no es suficiente: las COP están hechas para que los gobiernos lleguen a acuerdos que solucionen problemas globales. Mantener el status quo es inaceptable cuando la biodiversidad sigue en caída libre”, destaca la organización.
Por último, resultan destacables las propuestas de los países para acoger la próxima COP17 en 2026, donde Armenia, con un resultado de 65 votos, quedó designada como sede de la próxima Conferencia de las Partes.
Fuentes: CBD, COP16, infobae, El Espectador, El Salto, La Nación, El Tiempo, elPeriodico, 20minutos, El País América futura, euronews, Delegación de la UE en Colombia, BBVA, Semana y WWF