Hace un tiempo os hablábamos de Wineleather, el cuero fabricado con desechos del vino, y ahora lo hacemos del cuero vegetal hecho con restos de frutas, el cual ha sido elaborado por unos estudiantes holandeses, bajo su firma Fruitleather. Las aplicaciones de este nuevo cuero vegetal son ilimitadas, desde tapicería para coches con la piel de kiwi, hasta unos zapatos con mondas de plátanos. Además, cada centímetro de este material es único, ya que tiene una estructura y textura determinada, según las frutas utilizadas, por lo que no hay dos iguales.
Tal y como nos cuentan en Fruitleather, vivimos en un mundo donde las fuentes de recursos se están volviendo cada vez más escasas. Cada año, en todo el mundo se tiran 1.3 mil millones de toneladas de comida. Esto equivale, aproximadamente, a un tercio del total de la producción. De toda la fruta que producimos para su consumo, el 45% acaba siendo tirada. Y cabe indicar que el 10% de todos los gases de efecto invernadero de los países ricos, es emitido como consecuencia de la producción de esa comida que nunca va a ser consumida.
El 30% de las tierras de cultivo son usadas para producir alimento que acaba desechado. Los agricultores suelen dejar más del 40% de su cosecha en el propio campo, debido a que no reúne los estándares estéticos para los supermercados.
En los países desarrollados hay distintas razones por las que la comida producida para el consumo es desperdiciada. A menudo se debe al hecho de que los consumidores han comprado demasiada o a que los vendedores rechazan ese alimento por su apariencia.
Además, aparte del problema del malgasto de alimento, la producción del cuero animal también es un problema medioambiental, debido a sus grandes impactos. Cada año, más de mil millones de animales son sacrificados solo para que se pueda utilizar su piel, y el proceso de limpieza de dichas pieles, produce aproximadamente en todo el mundo, 650 millones de kilos de CO2.
Con este panorama, unos estudiantes de Rotterdam veían la gran cantidad de fruta desechada al final del día en el mercado de su ciudad, la cual calculaban que podía ser de unos 3.500Kg. Estos restos de frutas atraían plagas y los comerciantes tienen que pagar 12 centavos de dólar por cada kilo de fruta tirada a la basura.
Por ello, recogieron distintas muestras de fruta desechada y se pusieron a experimentar con ellas, analizando sus posibles usos. Después de muchas pruebas y cientos de kilos de fruta empleada, dieron con el cuero vegetal de fruta, que denominaron Fruitleather, el cual no se pudre y no atrae a los insectos.
Fruitleather, el cuero vegetal de frutas
Fruitleather está desarrollando un nuevo proceso ecológico que convierte la fruta desperdiciada en un material duradero tipo cuero, el cual puede ser lo suficientemente fuerte como para fabricar zapatos, bolsos y otros productos en el futuro. Así, recogiendo desechos (en este caso de fruta) que ya existen, no se necesita utilizar otra fuente nueva de material, dando también un valor nuevo a algo sin uso.
Utilizando dicho método, la fruta desechada es transformada en hojas de cuero vegetal. Para lograr ese aspecto a cuero más real, se aplica un acabado final. Además, cabe indicar que este cuero ecológico puede ser recubierto o incrustado con una impresión antes de la fabricación del producto.
El proceso de fabricación del cuero vegetal Fruitleather, que implica maceración, cocción y secado, resulta mucho más limpio que el proceso para el cuero tradicional. Además, utilizando materiales naturales como los restos de frutas, el producto final es también menos dañino, tanto para el Medio Ambiente como para los animales.
Los estudiantes realizaron varios prototipos que así lo demuestra, como mangos convertidos en un bolso de mano y otro bolso hecho de nectarinas. Aunque también experimentan con la combinación de varias frutas en un mismo producto, para obtener así un cuero vegetal más rígido. Cabe señalar que varias empresas de distintos sectores ya les han contactado.
En conclusión, este trabajo aporta dos grandes beneficios a la sociedad: reducir el despilfarro de alimentos produciendo un material aprovechable, y reducir también la dependencia del cuero animal, cuya obtención es peligrosa para el Medio Ambiente.
La visión de Fruitleather no es solo difundir la conciencia sobre el problema del desperdicio de alimentos, sino que también mostrar cómo estos desechos se pueden usar de forma positiva. El objetivo de Fruitleather es fabricar calzado y accesorios de moda con su cuero vegetal, que se puedan utilizar tanto en la industria del interior como en la del mobiliario.
Piñatex, un cuero vegetal especial
Por otro lado, Piñatex es un cuero vegetal innovador hecho con fibras de hoja de piña que se producen durante la cosecha. Está en desarrollo en el Royal College of Art de Londres y también ofrece una alternativa ecológica y sostenible al cuero animal.
Piñatex fue creado por Carmen Hijosa, quien previamente trabajó como consultora en la industria de artículos de cuero en Filipinas, y que encontró la inspiración en prendas de vestir bordadas tradicionales de este país, las cuales se hacían con fibras de hojas de piña.
Para obtener este cuero vegetal, las fibras de los residuos de hojas de piñas se cortan en capas y se procesan como un textil, el cual se puede crear con distintos espesores y también puede ser procesado de distintas maneras, para así crear diferentes tipos de texturas.
Piñatex no es sólo un cuero vegetal más barato de producir que el cuero de origen animal, sino que también es más sostenible y ecológico. Piñatex es un subproducto de la cosecha de la piña (hojas de piña que se pudren en el suelo), por lo que no requiere ningún terreno adicional de cultivo. Además, hay un subproducto del procesamiento de Piñatex que es una biomasa que se puede convertir en fertilizante, proporcionando así ingresos adicionales a los agricultores de piña.
El cuero ecológico Piñatex ya está siendo utilizado por varios diseñadores, como Puma y Camper, para hacer bolsos y zapatos, aunque también resulta interesante para tapicería y accesorios. Además, debido a sus propiedades antibacterianas, también puede ser utilizado para fines médicos, como vendajes, o para aislamientos de edificios. Su desarrollo continúa en España y Reino Unido.
Fuentes: Ecoinventos, Fruitleather y Ecoinventos Piñatex