La fibrosis pulmonar causa la pérdida progresiva de la capacidad respiratoria. Afecta a unas 8000 personas en España y actualmente todavía no tiene cura. No obstante, dos científicas españolas del Grupo de Telómros y Telomerasa del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), han logrado curar la fibrosis pulmonar por primera vez en ratones, mediante una terapia génica y considerando a esta enfermedad como asociada al envejecimiento.
Según la investigación, las enfermedades asociadas a la edad pueden tratarse atacando los procesos celulares del envejecimiento, en concreto, el acortamiento de los telómeros, los cuales son unas estructura de proteínas situados en los extremos de los cromosomas y que actúan como un capuchón protegiendo la integridad del cromosoma en cada división celular.
Cada vez que una célula del cuerpo se divide, se copia el ADN de los cromosomas pero los telómeros se van acortando, hasta llegar a un punto en el que son tan cortos que se vuelven tóxicos para la célula, la cual deja de replicarse y es eliminada. Este daño celular se acumula con el paso de los años y por ello, aparecen las enfermedades asociadas al envejecimiento.
Con la enzima telomerasa se consigue que los telómeros sean más largos, de modo que protejan frente a esas enfermedades; por lo que las científicas se plantearon su uso mediante terapia génica para curar la fibrosis pulmonar y otras enfermedades como el infarto o la anemia, asociadas a la edad.
En concreto, la fibrosis pulmonar hace que el tejido del pulmón desarrolle cicatrices que causan la pérdida progresiva de la capacidad respiratoria. Cuando los telómeros se vuelven muy cortos, el daño en la célula activa un ‘programa de reparación’ que induce a la formación de estas cicatrices. Su origen puede ser hereditario (mutaciones en la telomerasa) o como consecuencia a la exposición a ambientes tóxicos. Sea cual sea la causa, todos los enfermos presentan telómeros más cortos de lo normal.
Solo las células tumorales pueden activar la telomerasa para hacerse inmortales. Pero con la ayuda de la experta en terapia génica Fátima Bosch, de la Universidad Autónoma de Barcelona, ensayaron un tratamiento para activar la telomerasa, la enzima que repara los telómeros.
«Para ello utilizamos unos virus adenoasociados fabricados por el grupo de Bosch y que llamamos ‘taxis genéticos’. Cuando se inoculan, estos virus ‘infectan’ a la célula y reintroducen el gen de la telomerasa que se activa, alarga los telómeros cortos y previene la progresión de la fibrosis pulmonar», explica María Blasco, autora principal del trabajo.
El estudio demuestra que al activar la enzima telomerasa en los ratones, se alargaron los telómeros en el tejido pulmonar. Solo tres semanas después del tratamiento, los animales enfermos «mostraron una función pulmonar mejorada y menos inflamación y fibrosis, y dos meses después, la fibrosis había mejorado o desaparecido», escriben los autores en la revista “eLife”.
Además, Blasco destaca que «es la primera vez que se aborda el tratamiento de la fibrosis pulmonar como el de una enfermedad asociada a la edad, buscando rejuvenecer los tejidos afectados». «Lo más relevante de nuestro trabajo es que sugiere una solución potencialmente viable y eficaz a un problema clínico real, curar la fibrosis pulmonar, que hasta el momento no tenía ningún tratamiento», señala Paula Martínez, coautora del trabajo. «Los únicos tratamientos para la fibrosis pulmonar aprobados hoy día no tienen efectos curativos, ya que atacan un síntoma de la fibrosis y no la causa. Nuestra terapia se basa en corregir la causa molecular de la fibrosis pulmonar en pacientes con telómeros cortos, introduciendo en las células del tejido pulmonar dañado la única enzima capaz de alargar los telómeros, la telomerasa».
Finalmente, cabe indicar que la investigación para trasladar esta terapia a la práctica clínica en humanos ya está en marcha: «Estamos generando los vectores (taxis) terapéuticos humanos para llevar el gen humano de la telomerasa a los pacientes», asegura la directora del CNIO. «Queda mucho por hacer pero seguimos todos los pasos necesarios para hacer ensayos clínicos con humanos», concluye Blasco.