El verano en Australia todavía no ha comenzado, ya que lo hace el 1 de diciembre, sin embargo, sus incendios forestales llevan ya activos desde octubre y son más fuertes que nunca, amenazando a toda la vida silvestre, incluidos los tiernos Koalas. Además, se prevé que sigan activos durante más tiempo, ya que el pronóstico del tiempo predice sequía y vientos fuertes. Se han registrado máximas de hasta 40ºC en las zonas que están siendo devastadas por las llamas.
Todos los estados australianos están luchando contra los incendios forestales, pero la costa este, que abarca las regiones de Nueva Gales del Sur y Queensland, son las más afectadas. Ahí, casi 20.000 kilómetros cuadrados de enormes masas boscosas, donde viven los koalas, se están quemando y calcinando.
Las causas de este gran incendio son en parte naturales y en parte antrópicas o provocadas. Por un lado, el pasado 26 de octubre, un rayo incendió una reserva natural de Nueva Gales del Sur, donde viven centenares de Koalas en Australia; pero por otro lado, la policía australiana acusó a un hombre de iniciar intencionalmente varios incendios al prender fuego, también en Nueva Gales del Sur, en un intento de proteger su plantación de marihuana.
Por su parte, el Gobierno federal de Australia, ha recibido muchas críticas por la reducción del presupuesto para los bomberos forestales y por la falta de acción para luchar contra el cambio climático. Además, éste sigue sin reconocer la relación entre la crisis climática y el fuego, o bien entre las altas temperaturas y las sequías extremas. Por ello, una decena de alcaldes se han unido para que el gobierno sea consciente de la alta relación que tiene esta situación con el cambio climático.
Consecuencias del gran incendio de Australia 2019
Hasta el pasado 17 de noviembre, ya se han quemado un millón de hectáreas en total. Los incendios han provocado la evacuación de multitud de personas. La calidad del aire se ha vuelto nefasta en muchos estados. En Sídney está siendo común ver el cielo rojo en los atardeceres, mientras que en Brisbane, el aire ha sido catalogado de insalubre, impidiendo la respiración. Asimismo, se han registrado cuatro fallecidos por los incendios de Australia, y más de 300 viviendas han resultado destruidas.
No obstante, los animales se llevan la peor parte. Australia se quema a fuego lento y con ella la fauna que habita. Junto a los miles de Koalas, centenares de canguros, zarigüeyas y otros animales, han perdido sus vidas.
“Después de un incendio, las ranas y las lagartijas se encuentran entre los animales que quedan más vulnerables”, dice el ecologista de vida silvestre Euan Ritchie, de la Universidad de Deakin, Australia. «El fuego puede matar su comida, su refugio o ambos. Estos animales podrían sobrevivir a los efectos inmediatos de un incendio si pudieran escapar a tiempo, pero si se quema su hábitat, están más expuestos a los depredadores introducidos».
Las áreas de hábitat fragmentado o que quedan desconectadas como resultado de los incendios forestales y la deforestación por causa humana, también representan una amenaza para las especies ya en peligro de extinción. En el caso de Australia, estas especies incluyen el loro de tierra occidental, la zarigüeya de Leadbeater, el maluro Mallee (un pájaro que no puede volar muy lejos) y la rata canguro de Gilbert, el marsupial más amenazado del país.
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Además, cabe decir que «muchos paisajes australianos han estado acostumbrados al fuego durante decenas de miles de años, pero no con esta frecuencia o gravedad».
Por otro lado, las “goannas”, unos grandes reptiles carnívoros, en realidad pueden beneficiarse de los incendios forestales. «En el centro de Australia hemos visto a las goannas saliendo de sus madrigueras después de un incendio y recogiendo animales heridos: pájaros chamuscados, pequeños mamíferos, lagartijas y serpientes», dice el profesor Dickman.
Pero, con respecto a esto, los animales más preocupantes para los ecologistas son aquellos no nativos o que fueron introducidos en estos hábitats, principalmente los zorros rojos y los gatos salvajes. “Estos depredadores prosperan en los incendios forestales, y tienen las mismas estrategias que las aves de rapiña: aparecer después y recoger animales heridos», dice Dickman. Además, «los gatos pueden moverse 20 km desde un área no quemada hasta el borde de un incendio, que les abre el terreno para la caza».
Los Koalas australianos, los más vulnerables del incendio
Una de las zonas más afectadas por los incendios forestales de Australia, fue la Reserva Natural Lago Innes de Port Macquarie, en Nueva Gales del Sur, lugar en el que vive una gran parte de los Koalas australianos. Así pues, dichos incendios han matado a casi la mitad de los koalas que habitaban en esa Reserva Natural. No obstante, si se tiene en cuenta el total de animales de esta especie, la cifra de fallecidos supera los 1700 ejemplares.
Se trata de una gran pérdida, por lo que los koalas están ya “funcionalmente extintos”. “Los incendios forestales están disminuyendo sus posibilidades de supervivencia”, indicó Deborah Tabart, presidenta de la Fundación Australiana de Koalas.
Las llamas afectaron al hábitat natural de los Koalas, pero además de matar a muchos de ellos, también acabaron con las especies de Eucalipto de la zona, el cual es su principal fuente de alimento, y que en Galicia y Portugal andamos arrancando. Se calcula que un ejemplar adulto come hasta 2 libras de hojas de esta planta por día, por lo que muchos Koalas pasarán hambre durante un largo periodo, hasta que los árboles vuelvan a crecer, lo que podría demorar varios meses.
El Koala (Phascolarctos cinereus, Goldfuss, 1817) es un marsupial endémico de Australia que permanece unas 20 horas al día dormitando o descansando, y utiliza las cuatro horas restantes para alimentarse con hojas de varias especies de eucaliptos. Los Koalas están clasificados como una “especie vulnerable” debido al crecimiento de la urbanización, la destrucción de sus hábitats naturales, los ataques de perros, los accidentes de tráfico, los incendios y la transmisión de clamidia, una enfermedad bacteriana que les cusa ceguera, infertilidad y, en algunos casos, la muerte.
El koala ha perdido gran parte de su hábitat en Australia a raíz del desarrollo urbano, agrícola y minero, y también por el cambio climático, así como por la comercialización de sus pieles hasta la década de 1930. De acuerdo a un informe del año pasado de WWF, se teme que estos marsupiales se extingan si se mantiene el ritmo actual de tala de árboles. Por ello, la Australia Koala Fundation pide que se eleve su clasificación a “especie en peligro crítico de extinción” y que el Gobierno australiano tome acciones inmediatas para que se protejan los bosques en los que viven, así como evitar que se use el agua de los ríos en la industria del carbón.
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El koala se mueve lentamente y su estrategia para evitar el peligro (acurrucarse en forma de bola encima de un árbol), lo deja a merced del fuego. «Los koalas no hacen ruido la mayor parte del tiempo, los machos solo hacen ruidos en la temporada de apareamiento. El resto del tiempo, son animales tranquilos. Así que, escuchar sus bramidos es una señal de que las cosas están yendo catastróficamente mal para ellos«, señala el profesor Chris Dickman, experto en Ecología de la Universidad de Sídney.
Los incendios que arrasan Australia están dejando desgarradoras imágenes. Esta semana se hizo viral un vídeo que mostraba cómo una mujer se quitaba su ropa de la parte de arriba, quedando en sujetador en medio de un incendio, y la usaba para rescatar y proteger las heridas de un Koala, el cual gemía de dolor. Y después de esto, le da algo de agua y lo moja. Este vídeo ha provocado un aluvión de mensajes de solidaridad y donaciones para los rescatadores de Koalas.
Seguidamente, este Koala, bautizado como Lewis, fue trasladado al Hospital de Koalas en Port Macquarie. Sin embargo, después de haber sido tratado durante varios días y sin mejorar nada, el Koala ha tenido que ser sacrificado.
Al menos 50 koalas más están siendo tratados por deshidratación y quemaduras en este hospital, indicó Sue Ashton, presidenta de la organización a cargo de la clínica. Así pues, cuidadores de animales en el Hospital Port Macquarie Koala están cuidando koalas rescatados, vendando sus heridas y alimentándolos con hojas de eucalipto y fórmula. Señalaron que incluso el daño total a la población tomará varios días, debido a que algunos de los problemas de salud de varios ejemplares pueden ser difíciles de detectar.
«Buscamos señales de dolor como rechinar de dientes, angustia”, dijo Amanda Gordon, quien dirige el equipo de cuidadores, y agregó que “a veces los koalas parecen estar muy bien. Sus patas podrían estar sanando, pero si algo está sucediendo que no podemos ver, realmente no hay mucho que podamos hacer”. Los bomberos, a su vez, afirman que harán todo lo posible por ayudar cuando la situación se normalice, y podrían escoltar a personal del hospital al área devastada en busca de koalas.
Este mismo hospital, a través de la plataforma GoFundMe, está solicitando recursos para atender a los animales. Así, en su página web, la gente puede enviar su ayuda. Cabe indicar que más de 30 mil personas ya han colaborado, habiéndose recaudado USD 1,33 millones, muy por encima de su objetivo.
La responsable de la clínica, dijo que el dinero servirá para tratar a estos marsupiales, así como para crear un programa de reproducción de koalas. Los fondos también serán utilizados para instalar estaciones en áreas devastadas para que los animales puedan beber agua, y también para construir un refugio para que los que están quemados vivan en un hábitat saludable durante la rehabilitación.
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Varios videos y fotos de estos animales siendo rescatados por los bomberos de entre medio de las llamas han motivado la preocupación de la ciudadanía y un aumento de las donaciones destinadas a cuidar a la especie. «Cada animal es importante y el público forma una conexión profunda con estos animales y quiere ayudarlos en momentos terribles, como cuando están atrapados en incendios», dice el profesor Ritchie.
Asimismo, también se ha hecho famoso Bear, un perro que fue abandonado cuando era un cachorrito y que participó en el rescate de koalas junto a decenas de voluntarios, dijo su cuidadora, Romane Cristescu, una ecologista de la Universidad de Sunshine Coast. ”Los koalas son especialmente difíciles de detectar, así que hemos pedido la ayuda de perros especializados en la detección de koalas, incluyendo la de Bear”, comentó Cristescu, al explicar que estos marsupiales son difíciles de hallar incluso para los canes porque se encuentran en lo alto de los árboles y su olor no es necesariamente fácil de sentir.
Por otra parte, algunas organizaciones le está reclamando al Gobierno australiano que promulgue la Ley de Protección de Koala, que fuera presentada en 2016 pero que nunca logró ser aprobada. Esta norma obligaría la conservación de los hábitats y árboles vitales para los animales de esta especie, y además prohibiría su caza.
No obstante, los especialistas sostienen que las medidas que reducen los riesgos para la vida silvestre son mantener grandes áreas conectadas de hábitat, las quemas controladas, el manejo de los depredadores no nativos, y la acción sobre cambio climático. «Estamos viendo incendios realmente grandes, intensos y que ocurren en épocas del año a las que la vida silvestre no está acostumbrada. Si todo sigue como está debido a la falta de acción por el cambio climático, veremos que la amenaza se intensifica rápidamente», alerta el profesor Ritchie.
Fuentes: BBC, La Voz de Galicia, La Vanguardia, el Periódico y tiempo.com