Aunque se avanza en el descubrimiento de nuevas especies, apenas conocemos el 25% del total con las que convivimos en nuestro planeta y que estamos destruyendo. Por su parte, la gestión de los ecosistemas, incluye una gran variedad de medidas de protección de los seres vivos y sus entornos naturales, entre ellas la conservación de las especies animales y vegetales. Con millones de especies en situación preocupante y para garantizar la mayor eficacia de esas medidas de protección y conservación, la Biología de la Conservación ha desarrollado los términos de especies bandera, especies paraguas y especies clave, para facilitar la toma de decisiones en este aspecto. Aquí os explicamos qué son y os damos ejemplos de ellas.
Especies bandera
Existen ciertos animales que son mundialmente conocidos, los cuales han acompañado desde la infancia a muchas generaciones. Suelen ser animales bonitos, “amables”, animales “de película” o animales que se encuentran presentes en cuentos infantiles. Aparecen también en campañas publicitarias, en logos de organizaciones y empresas. Animales, en definitiva, que, mediante sus características, llaman la atención de las personas y sus historias resultan atractivas para el público: son los animales pertenecientes a las denominadas especies bandera.
Las especies bandera o carismáticas (flagship en inglés), son especies que, por su gran atractivo y cualidades, se utilizan como un símbolo de protección de la naturaleza para llamar la atención del público en general, de posibles donantes y del apoyo gubernamental, para lograr la implementación y desarrollo de programas de conservación de dicha especie y, a su vez, de otras asociadas en su hábitat.
El grupo taxonómico más utilizado para adjudicar el rol de especies bandera es el de los mamíferos, especialmente los de mayor tamaño (como el elefante africano, el oso polar y los rinocerontes), los muy conocidos (como el lobo y el tigre de Bengala) o los más amenazados (como el tapir de montaña y el tití león dorado). Sin embargo, en cada país o región, pueden existir diferentes especies bandera que son características o singulares de ese lugar: por ejemplo, en España son consideradas el oso pardo y el lince ibérico, el cual ha aparecido en portada en algunas publicaciones de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y se ha utilizado como especie bandera para ayudar en la conservación del Parque Nacional y Natural de Doñana; mientras que el Tití león dorado es una especie bandera empleada para proteger las selvas de la mata atlántica del oriente de Brasil.
El concepto de especie bandera comenzó a hacerse popular a mediados de la década de 1980. El objetivo principal es claro: captar la atención de la sociedad y concienciar a la población sobre la importancia de proteger y conservar a estos animales, ayudándose del gran atractivo que desprenden y de sus singulares características. Sin embargo, los objetivos secundarios y propósitos de estas especies van mucho más lejos. Una especie bandera puede representar un componente de un bioma (por ejemplo, una especie o un ecosistema), un estandarte para llamar la atención sobre un grave problema ecológico (por ejemplo, el cambio climático o la acidificación del océano), una organización (por ejemplo, ONGs o departamentos de gobierno), o una región geográfica particular (como un estado o un área protegida).
Las especies bandera pueden ser seleccionadas teniendo en cuenta diversos parámetros, en función de lo que es valorado por el destinatario al que la campaña trata de atraer. El principal atributo que debe tener para poder cumplir con sus objetivos, es que sea llamativa y atraiga la atención del segmento que constituye la meta a la que se apunta. Asimismo, es ventajoso que la especie sea endémica o sensible a las perturbaciones antrópicas, dependiente para su supervivencia de la implementación de programas de conservación.
Para la consecución de las distintas metas, el mensaje que se quiere transmitir ha de calar profundamente en sus destinatarios, por lo que, en ciertas circunstancias, se muestran representaciones e imágenes duras que evidencian de manera explícita los problemas de la conservación. Por ejemplo, hoy en día es habitual contemplar imágenes de osos polares, una especie bandera bella y “amable”, sufriendo de manera cruel las consecuencias drásticas del cambio climático.
También es característico el empleo de especies bandera para que representen a instituciones conservacionistas y así promuevan la recaudación de fondos y el apoyo de organismos gubernamentales, o de administradores de grandes empresas para la financiación de sus proyectos de conservación. Un ejemplo de ello, es la imagen del panda gigante que fue adoptado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
Cabe indicar que en la actualidad existe una moda de humanizar a los animales salvajes que, junto a esta publicidad dirigida, puede tener la capacidad de crear un espíritu conservacionista entre la sociedad. En cualquier caso, nunca se deben olvidar los objetivos principales de la conservación, y no se debería de usar esta ventajosa publicidad como afán recaudatorio. Por ello, cuando hablamos de especies bandera, también debemos tener en cuenta que existen ciertos inconvenientes en su gestión. Y es que, corremos el riesgo de fijarnos en exceso en este tipo de animales, dejando de lado a otros: por ejemplo, entre las especies bandera de la WWF, aparecen una gran mayoría de mamíferos, muy pocas aves y casi ninguna planta.
Por tanto, no debemos olvidarnos de que en el planeta no solo existen especies bandera, sino que hay otros muchos grupos en peligro que también debemos proteger, como las especies paraguas y las especies clave, ligadas a las especies bandera, y que os explicamos a continuación.
Ejemplos de especies bandera
Como hemos visto, hay muchos ejemplos de especies bandera en el mundo: el oso panda adoptado como símbolo de WWF, el oryx adoptado por Fauna Flora Internacional, el oso polar para llamar la atención sobre el cambio climático, el tigre, el rinoceronte, las tortugas marinas, el puma, el jaguar, el lobo, el tapir de montaña, la lechuza moteada, etc.
En concreto, en España han existido dos ejemplos muy conocidos: el primero de ellos, es el caso de Chu-Lin, el primer oso panda nacido en cautividad en Occidente y que vivió durante 13 años en el zoo de Madrid. Su historia marcó la infancia de muchos niños y el zoo batió el récord de visitas durante esos años. Por otro lado, en el zoo de Barcelona, se encontraba Copito de Nieve, un gorila albino que fue símbolo de la ciudad durante décadas, hasta su fallecimiento en el año 2003.
Especies paraguas o especies sombrilla
Las especies paraguas o especies sombrilla (umbrela species, en inglés), son todas aquellas especies seleccionadas para conservar un ecosistema o bien otras especies, ya que, por lo general, al proteger a estas especies, también se protegen de forma indirecta a otras muchas que comparten su hábitat, ya que tienen requerimientos de hábitats muy grandes y complejos.
El término de especie paraguas, lo utilizó por primera vez Bruce Wilcox (1984) de la Universidad de Stanford, quien definió una especie paraguas como aquella cuyos requisitos mínimos de área son al menos tan completos como el resto de la comunidad para la que se busca protección. Desde entonces, cada vez han sido más los proyectos de conservación de especies basados en este modelo y estrategia de conservación, que permite garantizar la supervivencia de especies más pequeñas ‘bajo el paraguas o sombrilla’ de la conservación de especies de mayor tamaño.
Estas especies, funcionan como un canal para la conservación de todo el ecosistema asociado: si la especie está bien, se asegurará con ello que su entorno tenga buena salud. En resumen, un sinnúmero de especies diferentes a ellas se ven beneficiadas por los esfuerzos enfocados en su conservación. La protección de especies paraguas automáticamente extiende la protección a otras especies.
Las especies paraguas pueden ser usadas para ayudar a seleccionar la localización de reservas potenciales, encontrar el tamaño mínimo de estas áreas de conservación o reservas, así como para determinar la composición, estructura y procesos de los ecosistemas. Cabe indicar que, a veces, las especies bandera también son especies paraguas.
Otra de las aplicaciones que persigue la denominación de especies paraguas, es el establecimiento de corredores ecológicos y así poder interconectar áreas naturales relativamente aisladas entre sí, pero que en conjunto pudieran facilitar la conservación de la biodiversidad.
A la hora de determinar qué especies resultan significativas para ser consideradas como especies paraguas o especies sombrilla, se determinan una serie de requisitos previos:
- La dimensión geográfica del área que representa el hábitat natural de la especie, ya que la extensión de territorio que ocupa su hábitat debe ser lo suficientemente grande como para poder incluir las áreas de otras especies que se busca proteger.
- La posición que ocupa la especie paraguas dentro de la cadena trófica, según sus hábitos alimenticios y el tipo de presas que conforman su dieta.
- Debe valorarse la rareza de las especies, su estado de conservación y su susceptibilidad a estar en riesgo frente a impactos ambientales, como la contaminación y la deforestación.
- Finalmente, conocer con qué otras especies interactúan y si desarrollan roles de especies competidoras, presas o depredadoras, además de considerar otros aspectos importantes relacionados con la conducta y la reproducción de estas especies.
Entre los beneficios más destacados de la existencia de las especies paraguas, destaca la capacidad de definir inventarios de flora, fauna y espacios que requieran de una estrategia de conservación urgente. Estos procesos suelen ser complejos y lentos, de manera que la Biología de la Conservación encuentra en las especies paraguas una herramienta útil y eficaz para proteger muchas especies en poco tiempo.
Especies paraguas ejemplos
Algunos de los ejemplos más destacables de las especies paraguas son:
Mamíferos:
- Ñu (Connochaetes taurinus) (también se trata de una especie clave)
- Lince ibérico (Lynx parnidus)
- Jaguar (Panthera onca)
- Oso andino (Tremarctos ornatus)
- Tapir (Tapirus terrestris)
- Manatí (Género Trichechus)
Aves:
- Búho moteado (Strix occidentalis caurina)
- Pájaro carpintero gigante (Campephilus magellanicus)
- Águila real (Aquila chrysaetos)
- Urogallo (Tetrao urogallus)
Reptiles:
- Cocodrilo del Orinoco (Crocodylus intermedius)
- Tortuga carey (Eretmochelys imbricata)
- Tortuga charapa (Podocnemis arrau)
Especies clave definición
Se consideran como especies clave (key specie, en inglés), aquellas cuya actividad genera un efecto sobre otras especies de la comunidad, la estructura y/o función del sistema natural, que excede considerablemente el esperado según su biomasa o abundancia. Es decir, una especie clave produce un efecto desproporcionado sobre su medio ambiente en relación con su abundancia.
Muchas de estas especies son muy sensibles (aunque estables) a los cambios ambientales de su entorno, y esta es una de las características principales de una especie clave, así como la función que desempeña dentro de su hábitat y su larga permanencia en ese ambiente.
Tales especies, afectan a muchos otros organismos en un ecosistema y ayudan a determinar los tipos y números de otras varias especies en una comunidad. Por ejemplo, una especie clave sería aquel pequeño depredador que evita que una particular especie herbívora elimine especies de plantas dominantes.
Asimismo, un ecosistema puede experimentar un cambio dramático si desaparece una especie clave, incluso aunque esa especie sea una pequeña parte del ecosistema en medidas de biomasa o productividad. Y justo lo que hace atractivo el concepto de especie clave para los conservacionistas, es el hecho de que una especie con una huella física relativamente diminuta pueda ser crítica para la salud de su ecosistema, además de que estas especies pueden servir como “bioindicadoras”, es decir, actuar como indicadoras de la salud y la calidad de un área o ambiente natural.
Una especie clave puede tener diferentes efectos sobre su ecosistema o sobre las demás especies con las que cohabita. Entre ellos están:
- Modificación del paisaje: ya sea de su composición de comunidades de especies vegetales o de la estructura del lugar, pudiendo crear áreas abiertas.
- Fuente de alimento: por ejemplo, para depredadores.
- Generadoras de refugio: para otras especies, como es el caso del elefante africano.
- Modificar o alterar procesos ecológicos: como el intercambio de nutrientes, por ejemplo, algunas aves que se alimentan en el mar y luego en la tierra realizan sus deposiciones.
Hay dos medios mediante los cuales una especie puede ser una especie clave:
- Especies depredadoras que generan una cascada trófica: Las poblaciones de presas tienen un tamaño poblacional por debajo de la capacidad de carga, es decir, menores de lo que serían en ausencia del depredador. Esto conlleva a una menor extinción en los ecosistemas causada por exclusión competitiva. Es decir, la presencia de especies clave depredadoras, nos lleva a una mayor riqueza en los ecosistemas. Un ejemplo de ello, se da con las nutrias marinas que, alimentándose de erizos marinos, favorecen al kelp, unos bosques marinos conformados por algas gigantes. Los erizos marinos sin depredador proliferan vertiginosamente, alimentándose masivamente de las algas, llegando incluso a extinguirlas localmente, lo cual afecta a otros organismos como peces. Así, las nutrias favorecen al kelp cuando se alimentan de los erizos y, con ello, al resto del ecosistema que depende del kelp.
- Especies ingenieras ecológicas: Los ingenieros ecológicos o especies ingenieras de ecosistemas, alteran recursos del sistema con su actividad. No obstante, esto suele resultar difícil de identificar. Un ingeniero ecológico siempre es una especie clave, sin embargo, una especie clave no siempre es un ingeniero ecológico. Ejemplo de ello son los árboles que crean recursos como la madera muerta o el oxígeno, o los castores que generan recursos a otros organismos.
Ejemplos de especies clave
Dentro de las que serían especies clave depredadoras, tenemos:
- Estrellas de mar: Algunas estrellas de mar pueden realizar esta función capturando erizos de mar, mejillones y otros mariscos que no tienen otros depredadores naturales. Si se retirase la estrella de mar del ecosistema, la población de mejillones explotaría incontrolablemente, erradicando la mayor parte del resto de especies, mientras que la población de erizos aniquilaría los arrecifes de coral.
- Nutrias marinas: como dijimos, las nutrias marinas del bosque de laminarias o kelp mantienen a raya a los erizos de mar. Las raíces de las laminarias son simplemente anclajes y no la amplia red de recolección de nutrientes de las plantas terrestres. Por lo tanto, los erizos sólo necesitan alimentarse de las raíces de laminaria una diminuta porción de la biomasa de la planta, para eliminarla del ecosistema.
- Jaguar: En el caso del jaguar, que es considerado una especie casi amenazada (UICN), éste actúa como especie clave depredadora por su dieta tan variada de alrededor de 87 especies diferentes. Así, contribuye al equilibrio del sistema ecológico del bosque.
- Leopardo: el leopardo es considerado un superdepredador cuyas poblaciones han ido disminuyendo debido a la destrucción de su hábitat y la caza ilegal en toda África y Asia. Esto ha provocado que las poblaciones de babuinos se disparen, ya que en ausencia de los leopardos (y de otros grandes felinos), estos primates toman la posición de superdepredadores. Sin embargo, poseen otro tipo de comportamiento, ya que al ser omnívoros se alimentan de todo tipo de alimentos, por ejemplo, cultivos agrícolas, y esto ha provocado conflictos con el humano por la destrucción de sus cultivos.
Y dentro de las especies ingenieras del ecosistema, destacan:
- Oso pardo: en Norteamérica, el oso pardo es una especie clave como ingeniero de ecosistemas. Éste transfiere nutrientes desde el ecosistema oceánico hacia el ecosistema de bosque. La primera etapa de la transferencia, es realizada por el salmón, rico en nitrógeno y potasio, que escala los ríos contra la corriente, a veces a lo largo de cientos de kilómetros. Los osos, entonces, lo capturan y lo llevan a terreno seco, dispersando las heces ricas en nutrientes y los cadáveres parcialmente devorados. Se ha estimado que los osos llegan a abandonar en el suelo del bosque la mitad del salmón capturado.
- Castor: éste transforma su territorio de un arroyo a una laguna o pantano.
- Ñu azul: habitante de África oriental y austral, cuyas migraciones de más de 1 millón de individuos atraviesan las llanuras del Serengueti y, a su paso, producen profundos cambios en este ecosistema. Se alimentan de las hierbas de las llanuras y, de esa forma, mantienen una baja cobertura, lo que a su vez evita los incendios. Además, esta especie es alimento de grandes depredadores, como algunos felinos.
- Elefante africano: produce importantes cambios en el medio donde vive, ya que beneficia a especies más pequeñas. En las áreas donde hay más elefantes, la biodiversidad de anfibios y reptiles es mayor. Esto se debe a que esta especie, cuando se desplaza, produce áreas abiertas en zonas más frondosas, que se traduce en árboles y ramas caídos que se transforman en refugios y hábitats para esas especies de menor tamaño. Sin estos animales, gran parte de la sabana se volvería bosque.
- Conejo: Esta especie genera refugio para muchas otras especies al crear y abandonar constantemente madrigueras. Sus excrementos suponen un gran aporte de nutrientes en los hábitats oligotróficos que frecuenta. El conejo, asimismo, es el alimento de multitud de depredadores como zorros, linces ibéricos y aves rapaces. Y mediante herbivoría, modifica la vegetación, limitando su crecimiento, así como realiza otras muchas funciones.
- Perritos de la pradera: juegan un papel fundamental en el mantenimiento del equilibrio del ecosistema. Entre sus numerosas funciones, están la alteración del paisaje (alteran la composición y estructura de las comunidades de plantas, llegando a crear áreas abiertas), son presas potenciales de algunos depredadores (e.g. hurón de pies negros, gavilán herrumbroso y cascabel de las praderas), generan refugio y sitios de anidación para muchas especies (e.g.: salamandra tigre y mochuelo de hoyo), y alteran la tasa de los procesos ecológicos como el reciclaje de nutrientes.
Esperamos que os hayan quedado más claros los conceptos de especies bandera, especies paragua o sombrilla y especies clave. Cualquier duda o cuestión, nos la podéis dejar abajo en los Comentarios.
Fuentes: Wikipedia Especie Bandera, Wikipedia Especie Paraguas, Ecología Verde, Wikipedia Especie Clave, Restauración de Ecosistemas y Experto Animal