“Solo podemos conservar lo que conocemos” es una de las principales premisas de las que parte el proyecto Confremu, una iniciativa europea que involucra 80 científicos de 25 países, unidos en un estudio internacional sobre la conservación del mejillón de agua dulce, para comprender y frenar la crisis de biodiversidad que afronta esta especie, el cual está liderado por la Universidad de Vigo, donde destaca el investigador del Departamento de Ecología y Biología Animal, Noé Ferreira-Rodríguez, el cual es el principal autor del artículo científico que publicaron en la revista Biological Conservation.
Ferreira-Rodríguez explica que anteriormente ya se desarrollaron otros proyectos en Europa centrados en la conservación y recuperación de alguna especie de mejillón de río en particular o tratando de cuantificar el impacto de alguno de los múltiples factores de amenaza, no obstante, “este es el primer proyecto que aborda la conservación de estos animales desde una perspectiva tan amplia”.
El mejillón de agua dulce es una de las especies más amenazadas en el mundo, de hecho, el 6% se extinguió recientemente y el 30% de las 536 especies catalogadas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) están amenazadas de extinción. Sin embargo, hay un 16% del que no hay suficiente información para establecer su grado de amenaza y en España hasta el 40% de las especies están consideradas en extinción. Por ello, los primeros objetivos del proyecto Confremu serán delimitar el número de especies y conocer su estado de conservación, para, con esta información, proponer medidas encaminadas a su conservación, desde programas de cría en cautividad, como los que ya se realizan en Galicia, hasta la recuperación y conservación del hábitat.
Cabe indicar que los mejillones de agua dulce desempeñan un papel fundamental en los ríos, ya que, además de su valor intrínseco como elementos de la biodiversidad, actúan como filtros naturales de agua. Un solo mejillón puede filtrar hasta 45 litros de agua al día, y sus densidades llegan a los 100 ejemplares por metro cuadrado, “lo cual nos da una idea de su importancia, no solo para los cursos fluviales, sino para la propia población, por nuestra dependencia directa de los recursos hídricos”, explica Ferreira.
Por otro lado, estos moluscos dependen mucho de la salud del ambiente para sobrevivir, siendo una de sus peculiaridades, su dependencia de un huésped para completar su ciclo vital, debido a la presencia de una fase larvaria parasitaria, generalmente de peces migradores como los salmones o los esturiones, a los que se adhiere, en la mayoría de los casos, a sus branquias. Por tanto, los factores que afectan a los peces, como la construcción de presas que impiden su remonte de los ríos, o la introducción de especies exóticas, también afectan a los mejillones.
Además, también hay que tener en cuenta la explotación comercial de estos moluscos, los cuales en el pasado se utilizaban para confeccionar ornamentos con sus conchas, fabricar botones, obtener perlas o para la alimentación.
Tanto su grado de amenaza como su importancia en la provisión de servicios ecosistémicos, llevó a este equipo de científicos a un acuerdo para identificar tanto factores internos como externos, responsables de su declive y que, en el caso de los externos, son susceptibles de mejora para asegurar la supervivencia de estas especies en un contexto de cambio global.
“En Galicia aún contamos con poblaciones relativamente bien conservadas de estas especies”, indica el científico de la Universidad de Vigo, por lo que consideran imperativo “determinar el tamaño de las poblaciones, su distribución y composición, así como la tendencia a lo largo del tiempo”. Además, por su dependencia de la comunidad piscícola, remarcan que es necesario identificar y conservar al mismo tiempo las especies de peces que actúan como hospedadores de sus estados larvarios.
Para ello, Noé Ferreira contó con la ayuda de las universidades de Ovidius (Romanía) y Oklahoma (USA), Algarve (Portugal), República (Uruguay) y de Nanchang (China), así como con el apoyo del National Misssissipi River Museum & Aquarium (USA), bajo el Plan Galego de Investigación, Innovación e Crecemento (I2C) y con el financiamiento del programa europeo COST-European Cooperation in Science and Technology.
Y junto al investigador de la Universidad de Vigo, hay otras dos gallegas involucradas, las profesoras de la Universidad de Santiago de Compostela: Paz Ondina, del Departamento de Biología Animal y Rafaela Mª Amaro González, de Departamento de Zoología, Genética y Antropología Física. Asimismo, Noé Ferreira-Rodríguez y Paz Ondina forman parte de comité gestor y fueron elegidos como representantes nacionales. El equipo de científicos se completa a nivel estatal con la participación de Miguel Clavero, de la Estación Biológica de Doñana y de Keiko Nakamura, del Gobierno de Aragón.
Por su parte, el proyecto Confremu del estudio internacional sobre la conservación del mejillón de agua dulce, está liderado desde Polonia y se divide en cuatro grupos de trabajo que se centran en: estudiar la distribución y taxonomía, la función que realizan esto animales en los ríos, las estrategias de conservación, y, finalmente, la divulgación del conocimiento obtenido. En concreto, el trabajo de Noé Ferreira se enmarca en la segunda línea, estudiando los servicios ecosistémicos que proporcionan los mejillones en los ríos, esto es, “la contribución directa y/o indirecta de estos animales al bienestar humano, por ejemplo, depurando e incrementando la calidad de las aguas gracias a sus elevados ratios de filtración”.
Pero además del trabajo científico que se lleva a cabo principalmente en las cuencas del Mississippi, del Yangtzé, del Danubio y del Miño, el proyecto de investigación individual de Ferreira contiene acciones de transferencia de conocimiento, gracias a la colaboración directa con el National Mississippi River Museum & Aquarium, e indirectamente con los zoos-acuarios de Minnesota and the Columbus, para atajar el declive de los mejillones de agua dulce nativos y poner en práctica acciones de educación ambiental que frenen la introducción y dispersión de especies invasoras de agua dulce.
“Cuando todo este conocimiento indica que una determinada especie está en regresión, bien en lo que a su distribución o número de ejemplares se refiere, es necesario identificar y mitigar las causas de declive”, añade Ferreira, que considera que esta estrategia es mucho más efectiva que la inversión de grandes cantidades de recursos económicos para restaurar de manera artificial las poblaciones.
Fuentes: Universidade de Vigo y GCiencia