Las ciencias de la actividad física y del deporte están siendo un campo de investigación dentro de la genética. De hecho, hay estudios que indican que los genes pueden desempeñar un papel importante en la condición física de los deportistas de élite. En este artículo, os contamos cómo la genética deportiva afecta al rendimiento y cómo la biotecnología te puede ayudar a conocer cuál es tu estado físico heredado.
Genética deportiva, ¿qué es la genética para el deporte?
La genética es la parte de la biología que se ocupa del estudio de las bases hereditarias de los organismos y de su variación, con el objetivo de comprender las funciones de los genes, sus interacciones y los efectos de sus variaciones en los procesos fisiológicos y patológicos que ocurren en el ser humano.
Uno de los campos de estudio que está cogiendo fuerza dentro de la genética, es el de la actividad física y el rendimiento deportivo. En este sentido, la genética deportiva o genética para el deporte, trata de identificar y estudiar los genes que determinan parte del rendimiento de los deportistas en sus capacidades físicas (resistencia, fuerza, elasticidad y velocidad), con el último fin de utilizar este conocimiento para obtener mejoras del rendimiento y la salud mediante entrenamientos personalizados.
No obstante, cabe indicar que otra parte de dicho rendimiento y capacidades vienen determinadas por variables externas, como el estilo de vida y la alimentación.
Desde que, en abril del 2003 se completó la secuenciación del genoma humano (Proyecto Genoma Humano), se han identificado grupos de genes que determinan las variaciones interindividuales relacionadas con todas las capacidades de los deportistas, desde la estructura muscular, la función cardiorrespiratoria o los parámetros antropométricos. Además, también se ha visto que la variación genética influye en cómo los individuos responden al entrenamiento.
Cómo influye la genética en el deporte o rendimiento físico
La probabilidad de tener una buena genética deportiva es de 1 entre 20 millones. El rendimiento muscular está fuertemente influenciado por la masa muscular basal y su predisposición para la formación y creación, la fuerza de los músculos esqueléticos utilizados para el movimiento, y el tipo predominante de fibras que los componen. Otros rasgos relacionados con la práctica deportiva incluyen: la cantidad máxima de oxígeno que el cuerpo puede entregar a sus tejidos (capacidad aeróbica o VO2 máx.), la altura, flexibilidad, coordinación, capacidad intelectual y personalidad.
Diferentes investigaciones han confirmado que muchas de estas variables relacionadas con el rendimiento deportivo son hereditarias, estimando que los genes son responsables del 25 al 75% de las diferencias en el rendimiento deportivo.
Existen tres grandes métodos para estudiar la genética deportiva. En primer lugar, están los estudios de heredabilidad, que intentan valorar la contribución genética y ambiental en miembros de una misma familia, gemelos o individuos adoptados acogidos en familias. Por ejemplo, en algunos estudios realizados, se estima que el grado de heredabilidad del VO2máx. es aproximadamente del 50%; el tipo de fibra muscular, de entre el 40 y el 50%; y la potencia muscular, alrededor del 70%.
Un segundo gran método, es el Genome-wide linkage scans, que consiste en un examen genético de marcadores que se encuentran por todo el genoma humano en un grupo muy grande de individuos, para posteriormente poder realizar asociaciones entre cada marcador y las características deportivas. Así, se intentan localizar regiones del genoma humano que tengan una alta probabilidad de estar relacionadas con el consumo de oxígeno, el porcentaje de grasa corporal o la regulación de la frecuencia cardíaca.
Y el método más utilizado, son los estudios de asociación con gen candidato, que consisten en buscar un gen candidato que se cree que tiene una influencia en la regulación de alguno de los parámetros de la condición física. A partir de aquí, se intenta estudiar las variaciones más comunes de este gen en un gran número de sujetos. Este método es el que se suele emplear para identificar un número de genes asociados a la condición física, sea en la población en general o en atletas de élite.
En la actualidad, existe una lista con un mapa genético humano con todos los genes relacionados con el rendimiento, la salud y el ejercicio y su localización en los cromosomas. Se han identificado genes que determinan parte del rendimiento del deportista en todas sus capacidades: resistencia, fuerza, elasticidad y velocidad.
Los genes asociados con el rendimiento deportivo mejor estudiados son:
- Gen ACTN3, de la α-actinina 3 o gen de la velocidad: Este gen se halla casi exclusivamente en las fibras musculares de contracción rápida y se ha observado su mayor frecuencia en deportistas de velocidad. Una variante de este gen (577RR) entrega instrucciones para producir la proteína alfa actinina-3, la cual ejerce su función en las fibras musculares esqueléticas y produce contracciones rápidas para movimientos explosivos y rápidos; mientras que otra variante (577XX) que carece de dicha proteína, proporciona fibras de contracción lenta y es más común en atletas de resistencia de alto rendimiento.
- Gen ACE, de la enzima conversora de angiotensina o ECA: Este gen entrega instrucciones para producir una proteína llamada enzima convertidora de la angiotensina, que convierte la hormona angiotensina I en angiotensina II, la cual ayuda a controlar la presión arterial y también puede influir en la función del músculo esquelético. Una variación en el gen ACE, llamada polimorfismo I/D del gen ACE, altera la actividad del gen. Se cree que el patrón DD está relacionado con una mayor potencia y resistencia.
- Gen AMPD1 implicado en la recuperación muscular: Este gen codifica la enzima adenosina monofosfato desaminasa que actúa sobre los músculos esqueléticos cuando estos necesitan producir una gran cantidad de ATP (molécula de la energía), como ocurre cuando realizamos ejercicio. Una variante de este gen hace que las personas requieran períodos de descanso más largos entre los entrenamientos y que tengan una mayor percepción del dolor después de este. Otros genes implicados en la recuperación muscular son: CCR2, IL6, SLC30A8, TNF, MYLK, IGF2, CCL2, SPP1, SOD2, ACTN3, IL1B.
- Gen de la miostatina: una mutación o variante del gen que codifica la proteína miostatina, la cual es un factor de crecimiento que limita el crecimiento del tejido muscular, hace que las personas puedan generar una mayor cantidad de masa muscular.
- Otros genes estudiados para el rendimiento deportivo: COL1A2, LRP5 y RANK (relacionados con la fragilidad ósea); PTPRK, AMPD1, PPARGC1A, AGT, HSD17B14, SEMA4A, NFATC2, TERT, ACVR1B, ADRB2, AGTR2, NOS3, PPARA, IGF1, CKM, GALNT13, MTHFR y GBF1 (potencia o resistencia); ADRB2, HLAA, CFTR y HIF1A (VO2 máx.); AGTR2, EDN1, SLC16A1, NFIA-AS2, NRF1, UCP2, UCP3, VEGFA IL6, AQP1, BDKRB2, COL5A1, GABPB1, GALNTL6, HFE, KCNJ11, KDR, NACC2 y DCDC2.
Sin embargo, se debe tener en cuenta que existen interacciones entre genes que complican su estudio aislado.
¿Cómo saber si tienes buena genética muscular?
Después de ver todo esto, quizás te preguntes cómo puedes saber tu genética deportiva. La mejor manera de determinar si tienes una buena genética para la musculación, es hacer una evaluación física con un entrenador profesional, realizando pruebas y test genéticos deportivos, y comenzar un programa de entrenamiento y nutrición adecuado para ir viendo cómo responde tu cuerpo.
Para esto último, cabe indicar que también existen test genéticos de probabilidad de lesión o de nutrición deportiva para personalizar el entrenamiento y la alimentación a tu actividad física concreta.
Realizarse un test de genoma completo es muy fácil, solo se necesita una muestra de saliva. Además, este será válido para toda tu vida. Llevando a cabo una prueba genética deportiva podrás:
- Saber a qué tipo de deporte/s te predispone tu genética.
- Obtener una personalización del entrenamiento para la prevención de lesiones a las que, según los test genéticos, estás predispuesto, así como también para saber los tiempos de recuperación.
- Conseguir una personalización de la dieta, que ayude a mejorar el rendimiento y evitar lesiones según las necesidades energéticas personales detectadas en el genoma.
- Aumentar la cantidad y la calidad de vida (disminución del envejecimiento).
En resumen, la genética deportiva añade una información muy valiosa a los deportistas y a la población general para una mejora del rendimiento deportivo y de la salud. Así pues, es evidente que en las próximas décadas se abre un campo de investigación al que tendremos que incorporarnos.