Aromas del Narcea, una spin-off vinculada a la Misión Biológica de Galicia-CSIC, firmó un acuerdo con la multinacional suiza Givaudan, líder en fragancias y belleza, para realizar estudios en exclusividad con la variedad Rosa Narcea, lo cual está ayudando a recuperar en tiempo récord esta rosa antigua única en España que estaba a punto de extinguirse.
Aromas del Narcea es la primera empresa para este tipo de recurso agrario que posee la licencia de explotación mundial de la flor Rosa Narcea, y la primera de la que el CSIC tiene el 5% de participación. Los investigadores de la Misión Biológica del CSIC que forman parte de Aromas del Narcea (y también del grupo VIOR que se dedica a la vid, a la rosa y al olivo en Galicia y tiene una amplia experiencia en la recuperación, selección, mejora y transferencia de antiguas variedades de especies leñosas), han desarrollado una patente que permite multiplicar dicha planta de forma exponencial.
Por su parte, Givaudan es líder mundial en Fragancias & Belleza y Sabores & Bienestar. Su eslogan «Celebramos la belleza de la experiencia humana creando vidas más felices y saludables con amor por la naturaleza» ya habla por sí solo.
El acuerdo entre ambas implica el trabajo mano a mano y, en exclusividad, entre los científicos españoles y los técnicos de la suiza, bajo la misión de desarrollar la parte experimental en laboratorio, para así obtener un uso rentable de la Rosa Narcea en las industrias de la cosmética, alimentación y farmacia.
En 2017, la investigadora del CSIC Carmen Martínez durante un congreso en Bulgaria sobre la Rosa Damascena, intuyó que en el pueblo cangués de Carballo (Asturias), donde pasó su infancia, podría estar oculto, aunque a la vista de todos, el ingrediente más codiciado por el sector cosmético internacional: la Rosa Narcea.
En estos seis años de investigación, la empresa de base tecnológica Aromas del Narcea, ha verificado que, en efecto, Carmen Martínez había dado con un hito de relevancia histórica, pues en la actualidad tan solo se cultivan dos tipos de rosa parecidas.
La Rosa Narcea es originaria del valle del río Cibea (Cangas del Narcea, Asturias), paradigma de la España vaciada y una de las cinco regiones europeas con mayor nivel de envejecimiento poblacional. Es una rosa decimonónica europea, híbrida entre la centifolia y la gálica; certificada genéticamente. Es la primera variedad española de rosa cultivada antigua y la tercera del mundo con uso en la industria del perfume. De sus pétalos, de intenso aroma y ricos en polifenoles, emana un aceite que el sector cosmético paga a 16.000 euros el litro. Por esta razón, no es de extrañar que cuente con el máximo nivel de protección internacional, concedido por la Oficina Comunitaria de Variedades Vegetales de la Unión Europea.
La Rosa Narcea “necesita suelos frescos, profundos, húmedos y que tengan sin exceso horas de sol y, ahora en mayo, una temperatura de entre 20 y 25 grados”, recoge la investigación que han desarrollado Martínez, Santiago y dos socios más cofundadores durante estos últimos seis años.
Los científicos y Givaudan solo cuentan con el mes de mayo para recolectar los 200 kilos de flores para sus investigaciones. Además, este es un trabajo muy delicado.
“Las flores deben cogerse entre las 06.00 y las 09.00 horas, pero solo aquellas que han abierto un poco sus capullos porque es su estado más óptimo, donde conservan el aceite esencial que la hace tan valiosa. Cuando el Sol incide se abren liberando el aroma y sería demasiado tarde. Es un trabajo diario porque hay que dejar el Sol de mediodía abra las que permanecen cerradas, cubriendo así el ciclo. Esas se recogen al día siguiente”, narra la experta Carmen Martínez.
“Por lo que hemos estudiado, en la parcela junto al río es donde el ritmo de apertura de la rosa es más efectivo y produce la mayor calidad de sus aromas”, cuenta Martínez. “Cuánto más cortes se hagan, más se abren las siguientes que florecen. Lo llamamos estrés favorable, conveniente para su metabolismo y para sintetizar después el aceite esencial”, señala Santiago.
“Estamos trabajando a nivel experimental, pero con resultados prometedores. Si conseguimos que el cultivo de la Rosa Narcea sea rentable, podremos aprovechar las magníficas condiciones que ofrece esta tierra y que, junto con nuestros conocimientos como científicos y el trabajo de los habitantes de estos pueblos, puede crear el tejido económico que se necesita”, explica Carmen, no sin cierta emoción. “Tenemos el clima y la tierra, la gente que sabe cómo trabajarla. Y ahora, sus nietos son ingenieros, biólogos, químicos…no necesitamos nada más que trabajar juntos. Y este es el ejemplo de que se puede”. Así pues, esta alianza se trata de un “proyecto estrella” que tiene el último fin de desarrollar el rural deprimido.
No obstante, la fase de comercialización de la Rosa Narcea ya llevaba un tiempo discretamente en marcha, bajo acuerdo de exclusividad con Givaudan, y ahora da un paso adelante. Posiblemente, a partir de 2024 y, seguro en 2025, en la lista de ingredientes de perfumes de la citada multinacional, se incluirá el aceite esencial de la rosa de Cangas del Narcea.
Asimismo, cabe indicar que desde que se abrió la inscripción, la lista de agricultores interesados en plantar esta variedad es amplia, lo cual es una buena señal de que la esperanza depositada en la rosa para revitalizar la economía y frenar la sangría poblacional de esta comarca está funcionando.
Fuentes: Faro de Vigo y El Comercio