Un estudio científico publicado en la revista “Nature Chemistry”, confirma que hay una cuádruple hélice de ADN en células humanas vivas, lo cual cambia la historia de la icónica imagen de la doble hélice de ADN, bautizada por Watson y Crick como “el secreto de la vida”, el 25 de abril de 1953. No obstante, hace unos años que ya se sabe de la existencia de otras formas de plegamiento y organización del ADN, las cuales se descubrieron y observaron en el laboratorio; pero nunca en una célula viva. Ahora, un equipo de investigadores del Instituto Garvan en Sídney, ha descubierto una nueva estructura de cuádruple hélice de ADN (conocida como i-Motif) en el interior de núcleos de células vivas humanas.
«Había un debate sobre si esta estructura podía existir en el medio biológico. Se había observado y estudiado ‘in vitro’, pero algunos investigadores sugerían que era únicamente una curiosidad de laboratorio, sin funciones biológicas. Ahora se ha demostrado que no es así, lo que abre una nueva línea de investigación», apunta Raimundo Gargallo, profesor del Departamento de Ingeniería Química y Química Analítica de la Universidad de Barcelona.
Para poder detectar la nueva estructura, los investigadores utilizaron un fragmento de un anticuerpo capaz de reconocer y adherirse específicamente a las formas de esta cuádruple hélice de ADN i-Motif, desdeñando cualquier otra estructura. Posteriormente, gracias a técnicas de fluorescencia, los científicos no sólo pudieron identificar las estructuras en el núcleo de numerosas células humanas, sino también contemplar su localización.
La nueva estructura identificada, consta de cuatro cadenas de ADN, cuyas hebras se emparejan de una forma peculiar. Si en la clásica doble hélice las bases nitrogenadas se agrupaban en pares de bases C-G (citosina-guanina) y A-T (adenina-timina), en la cuádruple hélice de ADN, las citosinas forman pares entre ellas (C-C), para lo que una de ellas ha de estar protonada.
Según los datos del trabajo, los i-Motifs están presentes en algunas regiones que están relacionadas con la regulación genética, es decir con la parte del ADN que funciona como un interruptor y hace que algunos genes se ‘enciendan’ o ‘apaguen’ y, por tanto, se pongan en marcha determinados mecanismos moleculares. Cabe indicar que la desregulación de estos mecanismos, suele tener consecuencias catastróficas como, por ejemplo, el cáncer.
Por otro lado, los científicos también han observado que las cuádruples hélices de ADN no son duraderas, sino que son estructuras transitorias que parecen irrumpir en un momento determinado de la vida de la célula, fundamentalmente en una fase caracterizada por gran actividad de transcripción y crecimiento celular, para luego desaparecer. También han corroborado que son más frecuentes en los telómeros, las estructuras finales de los cromosomas y que están íntimamente implicados en el proceso de envejecimiento.
Por tanto, gracias al descubrimiento de la cuádruple hélice de ADN, se abren nuevos objetivos terapéuticos para controlar enfermedades complejas. Por ejemplo, la investigación contra el cáncer, ha dado un pequeño salto gracias a esta investigación. Con estos datos, las investigaciones ya conocen nuevos caminos para identificar y solucionar problemas.
Fuentes: Blogthinkbig.com y El Mundo