La inmunoterapia consiste en utilizar nuestro propio sistema inmunitario para luchar contra una infección o enfermedad, en este caso el cáncer, ya sea activándolo más o inhibiéndolo. Respecto a esto último, sabemos que en el sistema inmunitario hay unas proteínas denominadas “punto o puesto de control” que ayudan a evitar que las respuestas inmunitarias sean muy fuertes y en ocasiones evitan que las células T destruyan células cancerosas, por tanto, bloqueando estos puntos de control, se consigue que el propio sistema inmunitario pueda destruir las células cancerígenas, y esto es en lo que se basa la inmunoterapia contra el cáncer.
El descubrimiento de estos puntos de control y el uso de inmunoterapia contra el cáncer, supuso un hito en la lucha contra el cáncer y el premio Nobel en Medicina 2018 para los inmunólogos James P. Allison (Estados Unidos) y Tasuku Honjo (Japón), por la Asamblea Nobel de Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia); así como también curó el cáncer de un paciente muy famoso: el expresidente de Estados Unidos Jimmy Carter.
Estos inmunólogos descubrieron y estudiaron dos principales proteínas puntos de control de los linfocitos T y células cancerosas: PD-1/PD-L1 y CTLA-4/B7-1/B7-2, los cuales ox explicamos a continuación. Los medicamentos que tienen como blanco a estos puestos de control, denominados “inhibidores de puestos de control” tienen un futuro prometedor como tratamientos contra el cáncer.
No obstante, esta inmunoterapia contra el cáncer no resultó ser válida para el cáncer de colon, donde hay otro complejo proteico que complica las cosas.
Inmunoterapia contra el cáncer con inhibidores del punto de control PD-1/PD-L1
Honjo, de 76 años y profesor en la Universidad de Kyoto, descubrió en 1992 una proteína en la superficie de los linfocitos T: la PD-1, que frena a las células inmunitarias. Las terapias basadas en su investigación, han resultado «impresionantemente efectivas» y han funcionado con eficacia en el tratamiento de pacientes con diferentes tipos de cáncer.
La unión de PD-L1 (en la célula tumoral) a PD-1 (en la célula T) impide que la célula T destruya las células tumorales del cuerpo. Algunas células cancerosas tienen grandes cantidades de PD-L1, lo que les ayuda a evitar un ataque inmune.
El bloqueo de la unión de PD-L1 con PD-1 mediante un inhibidor de puntos de control inmunitario (anti-PD-L1 o anti-PD-1), permite que las células T destruyan las células tumorales. Así pues, los anticuerpos monoclonales que tienen como blanco a la PD-1 o la PD-L1, pueden bloquear esta unión y aumentar la respuesta inmunitaria contra las células cancerosas.
Algunos ejemplos de medicamentos que tienen como blanco a la PD-1 son: Pembrolizumab (Keytruda), Nivolumab (Opdivo) y Cemiplimab (Libtayo).
Y algunos ejemplos de medicamentos que tienen como blanco a la PD-L1 son: Atezolizumab (Tecentriq), Avelumab (Bavencio) y Durvalumab (Imfinzi).
Inmunoterapia contra el cáncer con inhibidores del punto de control CTLA-4/B7-1/B7-2
Por su parte, Allison, de 70 años y profesor en la Universidad de Texas, estudió a inicios de los 90 la proteína CTLA-4 que funciona como un freno del linfocito T. Si bien ya se conocía el CTLA-4, las investigaciones del estadounidense le sirvieron para darse cuenta de su potencial para combatir tumores y desarrollar un nuevo enfoque a la hora de tratar pacientes.
En este caso, las proteínas de puntos de control B7-1/B7-2 en las células presentadoras de antígeno y CTLA-4 en las células T, ayudan a mantener bajo control las reacciones inmunitarias. Cuando el receptor de las células T (TCR) se une al antígeno y a las proteínas del complejo principal de histocompatibilidad (MHC) en la célula presentadora de antígeno y CD28 se une a B7-1/B7-2 en la célula presentadora de antígeno, es posible que se active la célula T. Sin embargo, la unión de B7-1/B7-2 con CTLA-4 mantiene las células T inactivas de manera que no pueden destruir las células tumorales del cuerpo.
El bloqueo de la unión de B7-1/B7-2 con CTLA-4 con un inhibidor de puntos de control (anticuerpo anti-CTLA-4) permite que la célula T se active y destruya las células tumorales. Un ejemplo de un anticuerpo monoclonal que se une a CTLA-4, es el medicamento ipilimumab (Yervoy), el cual se utiliza para tratar el melanoma de la piel y se sigue probando para otros tipos de cáncer.
Por otro lado, nuevos estudios indican que si se combinan ambas terapias (inhibidores de punto de control PD-1 o PD-L1 con inhibidores de control CTLA-4), el tratamiento de inmunoterapia contra el cáncer puede ser incluso más efectivo. No obstante, hay que tener en cuenta que estos tratamientos suelen tener efectos secundarios que, de ser graves, se debería de retrasar la administración o cancelar el tratamiento.
Fuentes: Instituto Nacional del Cáncer, American Cancer Society y BBC News