Un proyecto internacional liderado por científicos españoles analiza el genoma “averiado” del lince ibérico para investigar las causas de su declive
Científicos españoles han publicado en la revista Genome Biology los resultados del proyecto de investigación del genoma del lince ibérico (Lynx pardinus) obtenido a partir del lince Candiles, padre de 11 crías (de las que 8 siguen adelante) y que nació hace 10 años en Andújar (Jaén), siendo utilizado en el programa de conservación que intenta frenar su declive mediante la cría en cautividad.
Después de varios años de trabajo, los científicos han conseguido leer y ordenar 2.400 millones de letras del ADN de este ejemplar de lince ibérico, donde han identificado 21.257 genes, y también han procesado el genoma de otros 10 linces procedentes de Doñana y Sierra Morena, así como también el de un lince boreal europeo, para compararlos e investigar su historia.
La conclusión principal del estudio es que el lince ibérico presenta una diversidad genética extremadamente baja, la cual es incluso inferior a la de otras especies de mamíferos muy amenazados, como el guepardo o el demonio de Tasmania; lo que quiere decir que desde el punto de vista genético, todos los linces ibéricos son muy similares entre sí. En este caso, esto es debido a dos factores: en primer lugar, su población nunca llegó a ser muy abundante en sus inicios, ya que esta especie estuvo siempre limitada a la Península Ibérica, y por otro lado, su población ha ido decreciendo todavía más con el tiempo, teniendo dos grandes puntos de inflexión en su historia reciente: uno hace 300 años, donde el lince ibérico perdió el 90% de su población, y otro que comenzó en los años 60 del siglo XX como consecuencia de la pérdida de su hábitat, su caza y el declive del conejo, su principal alimento.
Esta falta de diversidad genética conlleva que disminuya su capacidad para adaptarse al medio y poder sobrevivir, ya que por ejemplo, si toda la población es muy parecida, si entra un patógeno, todos los individuos son igual de vulnerables a él, con lo que acaban muriendo; sin embargo, si hay más variación genética, algunos miembros de la población serán resistentes a ese patógeno y, por tanto, pueden sobrevivir, transmitiendo también esa resistencia a su descendencia. Esto es lo que se ha visto que ocurre en el genoma del lince ibérico, ya que en su ADN hay numerosas variantes genéticas deletéreas, que también decrecen su capacidad para reproducirse y sobrevivir.
En el estudio, además de comparar el genoma del lince ibérico entre distintos ejemplares, también lo han cotejado con el del gato, tigre, guepardo y perro, hallando indicios de modificaciones en genes vinculados a la audición y a la vista; así como también se ha podido determinar que el lince ibérico se separó del boreal hace sólo 300.00 años, estando más emparentadas de lo que se creía.
Por otra parte, cabe indicar que el plan de cría en cautividad intenta mejorar la situación del lince ibérico mediante la mezcla de poblaciones para evitar así la endogamia, obteniendo buenos resultados, ya que la población del lince ibérico está aumentando, pasando de estar en peligro crítico a estar en peligro.
Fuente: El Mundo