La 6ª extinción masiva de fauna o Sexta Gran Extinción de Animales ya ha comenzado y no hay rincón o ecosistema que se esté librando de ella.
Se considera una extinción masiva a aquel breve período de tiempo geológico en el que se extingue un alto porcentaje de la biodiversidad o de distintas especies (bacterias, hongos, plantas, mamíferos, aves, reptiles, anfibios, peces, invertebrados). Bajo esta definición, es importante tener en cuenta que, en el tiempo geológico, un período «corto» puede abarcar miles o incluso millones de años.
Anteriormente, nuestro planeta experimentó cinco eventos de extinción masiva a lo largo del tiempo, detectados mediante el registro fósil y con ayuda de técnicas moleculares. Y en la actualidad, nos encontramos inmersos en el inicio de la sexta extinción masiva, tal y como os contamos a continuación.
¿Cuándo comenzará y tendrá lugar la 6ª extinción masiva?
Según el Museo de Historia Natural y otras fuentes científicas, ya estamos en la sexta extinción masiva, porque el planeta ha experimentado cambios drásticos como inundaciones, incendios forestales y sequías.
La 6ª extinción masiva se puede considerar gradual-rápida, ya que comenzó hace aproximadamente unos 100.000 años, pero no se consolidó hasta hace unos 10.000 años, y se está acelerando en la actualidad. Según un estudio, el 10% de los animales terrestres podrían desaparecer de áreas geográficas particulares para el 2050, y casi el 30% para el 2100, lo cual es más del doble de las predicciones anteriores.
Ya en los años 90, el biólogo mexicano Rodolfo Dirzo se dio cuenta de que los animales estaban desapareciendo a toda velocidad. Junto a su colega Gerardo Ceballos, dedicaron años a tratar de cifrar las pérdidas de biodiversidad con las que se encontraban. Vieron que, en total, 617 especies de vertebrados han desaparecido y que la mayoría de las extinciones se han producido en el último siglo.
“Las tasas de extinción de especies aumentaron drásticamente y la disminución de la abundancia de muchas poblaciones de animales y plantas está bien documentada, pero algunos niegan que estos fenómenos equivalgan a una extinción masiva”, dijo en un comunicado Robert Cowie, profesor de investigación en el Centro de Investigación de la Escuela de Ciencias y Tecnologías de los Océanos y la Tierra (SOEST) de la Universidad de Hawai Manoa. “Esta negación se basa en una visión sesgada de la crisis que se centra en los mamíferos y las aves e ignora a los invertebrados, que, por supuesto, constituyen la gran mayoría de la biodiversidad. Incluir a los invertebrados fue clave para confirmar que efectivamente estamos presenciando el inicio de la Sexta Extinción Masiva en la historia de la Tierra”.
Cómo es y qué consecuencias tiene la sexta extinción
Actualmente, la tasa de extinción de especies se estima entre 1000 y 10000 veces más alta que la tasa de extinción natural que ocurriría si los humanos no estuviéramos presentes. Esto significa que las especies que se han extinguido en el último siglo deberían seguir pisando el planeta hasta el año 12.023. La magnitud de las extinciones actuales es enorme y con grandes implicaciones, incluso para nuestra propia especie.
Los que hoy son niños y vivan hasta los 70 años, verán la desaparición de miles de plantas y animales, desde las diminutas orquídeas y los insectos más pequeños, hasta animales icónicos, como el elefante y el koala.
Las comunidades biológicas perderán hasta la mitad de las interacciones ecológicas, reduciendo así la complejidad trófica, la conexión de redes y la resiliencia de la comunidad. También las coextinciones aumentarán el efecto de las extinciones primarias en un 184,2 %. Las coextinciones, que faltaban en estudios anteriores, indican las especies que dependen de otras especies: cuando se extinguen, arrastran en su desaparición a los depredadores a los que servían de alimento.
Una sola especie interactúa con muchas otras especies en formas muy específicas, generando beneficios para las personas, como aire limpio, agua limpia y suelos saludables para una producción eficiente de los alimentos. Pero cuando una especie se extingue en un ecosistema o el número de su población disminuye tanto que no puede mantener sus importantes funciones, otras especies se ven afectadas, lo que a su vez afecta la forma en que funciona el ecosistema y los beneficios que brinda. Esto aumenta el potencial de la extinción de las especies.
Asimismo, hay especies que, aunque tengan rangos geográficos muy pequeños, sean muy poco abundantes y parezca que su impacto pudiera ser pequeño, pueden tener implicaciones muy importantes para el ser humano y para su futuro. «Un pequeño animal que aparentemente no tendría ningún impacto en los seres humanos lo puede tener en cualquier momento».
Al acelerar las extinciones estamos erosionando la capacidad de la Tierra de mantener la vida en general. Pero, lo más importante, es que estamos perdiendo nuestra capacidad para mantener las condiciones de vida que hicieron posible que la civilización tuviera la estabilidad que ha tenido en los últimos 600 o 700 años.
También cabe destacar que la 6ª extinción masiva está arrasando con géneros completos de especies animales, lo cual ha provocado la destrucción de ramas enteras del árbol de la vida. Desde el año 1500 d.C., un total de setenta y tres géneros de vertebrados terrestres han desaparecido. Entre las categorías afectadas, las aves experimentaron las pérdidas más significativas, con 44 géneros extintos, seguidas por los mamíferos, anfibios y reptiles; lo cual crea un gran vacío en el ecosistema que puede llevar decenas de millones de años en recuperarse a través del proceso evolutivo. Sin la influencia humana, sólo habrían desaparecido dos géneros en ese período.
Además, dicha desaparición de géneros también podría agravar aún más la crisis climática, ya que esta está acelerando la extinción y la extinción está interactuando con el clima, ya que la naturaleza de las plantas, los animales y los microbios en el planeta es uno de los principales determinantes del tipo de clima que tenemos.
Las consecuencias de todo esto se manifestarán de maneras muy variadas. Lo primero que se vería, sería una escasez en los suministros de alimentos. No obstante, hay que tener en cuenta que esta extinción puede acabar también con la especie humana.
Cuáles son las causas de la 6ª extinción masiva
A diferencia de los eventos anteriores de extinción causados por fenómenos naturales, la sexta extinción masiva está impulsada por la actividad humana, principalmente debido (aunque no limitada) al insostenible uso de la tierra, el uso del agua y la energía, la sobreexplotación, la introducción de especies exóticas y el cambio climático.
Así pues, la causa desencadenante de este evento de extinción en masa es claramente la enorme proliferación de la especie humana y sus efectos destructores de hábitats naturales.
¿Qué podemos hacer para frenar esta gran extinción?
Que la culpa de la 6ª extinción masiva sea del ser humano, es buena noticia, en el sentido de que nosotros deberíamos de poder resolverlo. Si fuera algo natural, como un meteorito, no podríamos hacer nada.
Para ponerle freno, podemos echar mano de:
- La restauración ecológica mediante la reintroducción de especies, aunque lo que más funciona en este aspecto es conservar los espacios, sobre todo aquellos de mayor biodiversidad.
- Reducir la contaminación atmosférica: si logramos reducir drásticamente las emisiones de carbono a nivel mundial, podríamos salvar a miles de especies de la extinción local solo en este siglo.
- Cambiar la forma en que utilizamos los recursos naturales.
- Cumplir el Acuerdo de París: podemos aumentar nuestros compromisos para reducir las emisiones de carbono en virtud del Acuerdo de París y limitar el calentamiento global a 1.5 grados centígrados.
- Aplicar la ley del 30X30: los líderes mundiales pueden apoyar la iniciativa de conservar el 30% de las tierras y agua de para el año 2030.
- Apostar por las energías renovables: podemos establecer un paquete de políticas que ofrezca una inversión más grande en energía limpia.
- Ser ambiciosos en las siguientes Cumbre de Biodiversidad de la ONU: acordar nuevos y ambiciosos objetivos globales sobre la biodiversidad y cómo se puede lograr el financiamiento y la implementación.
- Movimientos sociales: las empresas, las comunidades y las personas tienen un importante papel que desempeñar para cambiar el comportamiento corporativo por medio de sus hábitos de consumo, así como exigir que los líderes políticos rindan cuentas.
Finalmente, hay que entender que si no frenamos la gran extinción habrá ecosistemas de los que sacamos o podríamos sacar provecho que no podremos recrear por mucho que queramos. Hay que pensar que mantener los ecosistemas no es un favor que estamos haciendo a la naturaleza, es un seguro para nuestra especie. La sexta extinción masiva que estamos viviendo podría significar un desastre para la humanidad.
Fuentes: El Confidencial, Levante, WWF y National Geographic
