El maíz es uno de los alimentos básicos más importantes para las personas y el ganado a nivel mundial, pero, para crecer, esta gramínea necesita nitrógeno y, el abundante uso de fertilizantes nitrogenados asociado a su cultivo, es muy dañino para el medio ambiente. Sin embargo, en Sierra Mixe, en el estado mexicano de Oaxaca, investigadores de la Universidad de California en Davis y de la compañía Mars Incorporated, hallaron una especie de maíz mexicano que no necesita fertilizantes para su desarrollo, ya que es capaz de adquirirlo directamente gracias a unas bacterias en sus raíces, por lo que esta variedad de maíz podría ayudar a resolver el problema del uso excesivo de este tipo de fertilizantes en el cultivo de este grano.
Cabe indicar que, lejos de ser una tarea fácil, los investigadores han tardado alrededor de 10 años en poder demostrar cómo funcionaba exactamente el sistema de este maíz mexicano que no necesita fertilizantes. El primero en hablar de él, en 1980, fue Howard-Yana Shapiro, ahora director de Agricultura de Mars, Incorporated, tras encontrarlo justamente en un campo pobre en nitrógeno cerca de Oaxaca. A mediados de los 2000, Mars, Incorporated y la Universidad de California en Davis, se asociaron con las comunidades indígenas de la zona para seguir investigando, y ahora, por fin, pueden confirmar dicho descubrimiento.
El maíz mexicano que no necesita fertilizantes y que es cultivado por los mixes en suelos casi son nitrógeno, es una variedad que puede alcanzar casi 5 metros de altura, tarda unos tres meses más que los cultivos comerciales en llegar a la madurez y tiene ocho raíces aéreas que secretan una especie de gel.
Es justamente en esa mucosidad o mucílago, donde vive una comunidad de bacterias fijadoras de nitrógeno y que ayudan al maíz a obtenerlo. Estas bacterias, transforman el nitrógeno del aire en una forma que la planta puede absorber y utilizar.
«Nuestra investigación ha demostrado que el mucílago encontrado en este maíz tiene un componente clave en la fijación de nitrógeno», dijo el coautor Jean-Michel Ané, profesor de agronomía y bacteriología en la Facultad de Ciencias Agrícolas y de la Vida de la Universidad de Wisconsin: «Hemos demostrado esto a través del crecimiento de la planta tanto en México como en Wisconsin».
No obstante, es bien sabido que muchas plantas leguminosas llevan a cabo una simbiosis natural con bacterias fijadoras de nitrógeno de forma similar, pero esta es la primera vez que se demuestra que una variedad de maíz también lo hace.
Encontrar la forma de fijar el nitrógeno de una manera biológica es uno de los retos más importantes de distintos laboratorios punteros en el mundo. Por un lado, los sistemas ancestrales como la milpa o la rotación de cultivos, podrían ser parte de la solución al uso excesivo de fertilizantes nitrogenados. Y por otro, si consiguen emular el método que utiliza esta variedad en otras clases de maíz más comunes, significaría un paso gigante, ya que la siembra de esta variedad en otras latitudes no es una opción especialmente práctica debido a que es muy grande y toma mucho tiempo para crecer.
Los científicos dicen que el proceso podría darse por hibridación y que «puede ser un proceso largo que tiene sus riesgos». Pero recalcan que, si se llegara a poder implementar este mecanismo en otras variedades de maíz y se pudiera comercializar, lo harían con base en el Protocolo de Nagoya. De acuerdo con este convenio internacional, la comunidad que ha cultivado el maíz mexicano que no necesita fertilizantes también se beneficiaría económicamente de su comercialización.
Fuente principal: BBC