Durante años, la ciencia ha tratado de avanzar en la biotecnología para producir cuero sintético y ofrecer así una alternativa más sostenible. La industria de la moda es responsable de gran parte de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, además de otros impactos ambientales y sociales directos. Desde una perspectiva ambiental, los animales son costosas de alimentar y criar, además de la crueldad de asesinarles para aprovechar sólo su piel, aunque es un negocio rentable. Es por esto, que hay gente a lo largo y ancho del globo buscando y creando productos alternativos que permitan reducir esa huella. Así, en la búsqueda de materiales de calidad más respetuosos con la naturaleza y que no impliquen daño animal, se han obtenido tejidos a partir de frutas, de desechos de vino y ahora también materiales ecológicos de setas, para sustituir al cuero.
Así pues, la startup Bolt Threads presentó un cuero sintético y ecológico elaborado a base de micelio, las raíces de un hongo o seta, al que llamaron Mylo, el cual destaca por su suavidad, flexibilidad y resistencia a la abrasión.
Su proceso de obtención es limpio y cerrado, respetuoso con la economía circular y emplea prácticas de química verde. Además de evitar el tratamiento de residuos complejos, este material bidimensional se puede producir en días, beneficiándose del cultivo de células del micelio de setas en lechos de tallos de maíz con nutrientes adicionales.
Mylo se ha estrenado en la bolsa Mylo Falabella Prototype 1 de la diseñadora Stella McCartney, exhibida en el marco de la exposición “Fashioned from Nature” del Museo Victoria and Albert.
Sus fabricantes aseguran que, en apariencia y textura, tanto en lo que respecta al grosor como a la forma, guarda múltiples similitudes con el cuero de origen animal.
Por su parte, el artista Phil Ross, fundador de Mycoworks, también ha elaborado materiales ecológicos de setas aprovechando su micelio.
Con un cultivo minucioso del micelio, midiendo variables muy sensibles como la temperatura, la humedad y la luz, Phil y su equipo son capaces de hacer ‘cuero’ que realmente parece y se siente como la piel de vaca, de serpiente o de avestruz. Dice que su ‘piel’ requiere menos energía, tiene un menor impacto ambiental y es biodegradable.
También se puede modificar a medida que va creciendo; esto puede hacer cosas increíbles, como añadir cremalleras y ganchos directamente en el hongo, o incluso cambiar la textura del material.
“Tiene una plasticidad no vista en pieles de animales”, afirma Phil Ross, quien ya ha mostrado al público su primera cartera hecha completamente con piel de setas.
Por otro lado, para elaborar otros materiales ecológicos de setas, la empresa italiana Grado Zero Espace ha empleado la parte superior de setas cultivadas para elaborar el “Muskin”, una tela natural muy resistente similar al cuero y a la gamuza hecha a partir de setas, libre de químicos tóxicos, resistente al agua y con gran capacidad para absorber la humedad.
El Muskin se procesa de una manera muy similar a la del cuero animal, pero sin químicos. Según la empresa, esta ausencia de sustancias químicas hace que el material sea no tóxico, pero también evita el crecimiento de bacterias y tiene una gran capacidad para absorber la humedad y luego soltarla; características que lo hacen ideal para ser utilizado en plantillas, zapatos o correas de relojes, así como otras piezas que entran en contacto con nuestra piel. También puede ser utilizado en las bolsas, sombreros, zapatos, chaquetas y accesorios en general.
Fuentes: Crónica Norte y Ecocosas