El cambio climático y las consecuencias del calentamiento global han creado un escenario que requiere de soluciones de todo tipo. En una mesa redonda de ONU-Hábitat, un grupo de constructores, ingenieros y arquitectos, presentaron Oceanix City, el concepto de una ciudad flotante asequible, autosuficiente, que puede albergar a unos 10000 residentes, y resistir desastres naturales como inundaciones, tsunamis y huracanes; por lo que la ONU ha indicado que apoyaría y guiaría este proyecto para que se lleve a cabo.
Oceanix City, está diseñado por el renombrado arquitecto Bjarke Ingels en colaboración con Oceanix, el Center for Ocean Engineering del MIT, y el Studio Other Spaces (Olafur Eliasson y Sebastian Behmann), entre otros. La compañía cree que un proyecto de ciudad flotante abordaría tanto la grave escasez de viviendas como las amenazas del aumento del nivel del mar.
Se trata de una ciudad flotante y autosuficiente de 10.000 habitantes construida a partir de islas hexagonales ancladas al fondo del océano. La ciudad está diseñada para soportar climas adversos, puede producir su propia comida y energía, además de administrar el agua y la eliminación de desechos. Es una urbe modular que puede crecer y desarrollarse de manera orgánica a lo largo de los años. Además, puede convertirse en refugio para aquellos que se vean desplazados en alta mar debido a desastres naturales o a la falta de opciones de vivienda accesible.
Oceanix City estaría formada por un conjunto de plataformas hexagonales con capacidad para 300 residentes cada una, las cuales son una de las formas arquitectónicas más eficientes. Por su parte, las viviendas y estructuras de la ciudad estarían fabricadas con madera, bambú y “biorock”, un material que nace de la exposición de minerales submarinos a la corriente eléctrica, dando vida a un revestimiento de piedra caliza que es tres veces más duro que el hormigón pero que es capaz de flotar, así como estimula el crecimiento de los arrecifes de coral. Asimismo, los edificios están diseñados para poder ser desmontados para que las futuras generaciones de arquitectos puedan reconfigurar el concepto.
Cada plataforma tiene alrededor de 18,000 metros cuadrados y, cada grupo de seis plataformas o islas, constituiría un “pueblo o aldea” alrededor de un puerto, con servicios cívicos y de vivienda, así como una escuela, un hospital y centros comerciales. Las más pequeñas y deshabitadas alrededor del perímetro se dedicará al cultivo de alimentos o a la recolecta de energía. En total, serían 6 pueblos para unos 10000 residentes, aunque puede ser ampliable.
Oceanix City no permitirá que haya coches, camiones o algún tipo de vehículo de gran tamaño, ni mucho menos que emita partículas contaminantes. Es decir, no tendría camiones recolectores de basura, por lo que esta se desecharía por medio de un sistema de tubos neumáticos que recolectarían los desechos en una estación de clasificación, donde sería identificada y reciclada. Sin embargo, el diseño podría permitir el uso de vehículos sin conductor, y la ciudad podría experimentar con nuevas tecnologías como la entrega con drones.
Asimismo, la ciudad flotante no contendría ningún rascacielos, ya que, para mantener un centro de gravedad bajo, los edificios tendrían entre cuatro y siete pisos.
Y aunque sería una “ciudad flotante”, en realidad Oceanix City estaría anclada fija al fondo del océano mediante estructuras reforzadas con Biorock, a unos 1,5-2 kilómetros de las principales ciudades costeras y podría ser remolcada a lugares más seguros en caso de desastre.
Con respecto a la obtención de alimentos, se crearían «granjas acuáticas» debajo de las plataformas de Oceanix City, donde habría jaulas que servirían para cosechar diversos tipos de plantas o vegetales, así como para criar algún tipo de especies animales como marisco. Los sistemas Aquaponic utilizarían los desechos de los peces para ayudar a fertilizar las plantas, mientras que las granjas verticales generarían productos durante todo el año. Ambas tecnologías también podrían ayudar a la ciudad a mantenerse autosuficiente durante un huracán u otro desastre natural.
Por otro lado, la ciudad también podría contener un sistema acuífero que obtenga agua limpia del aire. En un escenario de desastre, los generadores de máquinas podrían extraer aire de la atmósfera, condensarlo en agua y filtrarlo para eliminarlo impurezas como metal o bacterias.
Hay que destacar que Oceanix City es apenas un concepto y hasta el momento no cuenta con ningún tipo de financiación, pero la ONU busca apoyar e impulsar este proyecto para que se haga realidad en un futuro no muy lejano, aunque no menciona cómo.
Maimunah Mohd Sharif, Director Ejecutivo de ONU-Hábitat, declaró que “debemos trabajar para garantizar que los beneficios de los avances tecnológicos sean un derecho básico, no un privilegio para unos pocos. ONU-Hábitat está listo para proporcionar la plataforma para que podemos involucrar a las mejores mentes en cada parte del mundo”.
Fuentes principales: Business Insider y Xataka