Los pasajeros del crucero Akademik Shokalski se llevaron una sorpresa al observar las laderas de la isla Wrangel. A pesar de haber sido un año cálido, éstas ya tenían puntos blancos como parches de nieve. Sin embargo, al aproximarse, descubrieron que se trataba de una población de 200 osos famélicos en el Ártico, los cuales estaban devorando el cadáver de una ballena que había sido arrastrada hasta la playa por la marea.
La isla de osos famélicos en el Ártico estaba formada por varias familias, incluyendo dos madres con 4 oseznos, lo cual raramente puede verse. Aunque los turistas quedaron fascinados por el espectáculo, no fue el caso de los científicos, para los cuales este hecho ilustra las consecuencias del cambio climático, el cual transforma el hábitat natural de los animales, aumentando la competencia por los alimentos y haciendo que los osos polares se acerquen a zonas pobladas.
El caso de los osos famélicos en el Ártico, no se trata de un problema puntual, sino que el cambio climático lleva siendo, desde hace tiempo, una gran amenaza para la supervivencia de la especie. Cada vez el deshielo ocurre más temprano, lo que empuja a las poblaciones de osos a pasar más tiempo en tierra firme y a acercarse cada vez más a los pueblos.
El pasado otoño se censaron 589 osos famélicos en el Ártico, “una cantidad mayor del doble de las estimaciones precedentes”, alertó Eric Regehr, especialista de la Universidad de Washington. Cada vez son más los osos famélicos en el Ártico que acuden a la isla de Wrangel y pasan ahí un mes adicional respecto a hace 20 años, antes de volver al Ártico. Por el momento, la población se mantiene estable, pero puede empezar a mermar debido a que las fuentes de alimento en tierra firme no sustituye el aporte energético que les proporcionan las focas marinas.
Además, últimamente, los osos polares se aventuran más en poblaciones humanas, como en el pueblo de Ryrkaipi, localizado a 200Km de la isla de Wrangel, atraídos por las morsas que frecuentan la zona, lo cual está causando conflictos con los humanos.
Fuentes: El español y El periódico