Las palomas de las ciudades, que a menudo son difamadas, podrían ser la herramienta de vanguardia de científicos para combatir la contaminación del aire y el cambio climático. Un grupo de investigadores de la Universidad de Birmingham en el Reino Unido han decidido emplear palomas mensajeras con “mochilas” para ayudar a recopilar información sobre el medio ambiente.
Cada paloma porta una pequeña “mochila” con un sensor que recoge información mientras el animal vuela por la ciudad. Cuando las aves vuelven a casa, se extraen los sensores y se descargan los datos. Este sistema permite a los científicos conocer más sobre los microclimas urbanos, los cuales pueden cambiar de una cuadra a otra.
Rick Thomas, el investigador que dirige el estudio, señala que hay muchas razones para usar palomas en vez de drones u otro tipo de tecnología. Por un lado, los drones no pueden volar libremente en cualquier área, sobre todo en ciudades. Además, otras piezas tecnológicas no serían tan rentables como las aves.
Para ello, los investigadores trabajan con voluntarios locales que crían palomas mensajeras, a pesar de que hoy en día esta labor no es tan común. Por su parte, la “mochila” está diseñada para ser segura y cómoda para las palomas. Cada una pesa menos del 3% del peso corporal del animal, siendo éste el estándar para este tipo de dispositivos. La esposa de Thomas cosió el arnés de cada mochila, creando varias versiones hasta que encontraron el ajuste perfecto.
Al aprovechar la libertad de vuelo de las palomas, el equipo puede recopilar información como la humedad, temperatura, presión atmosférica, luz ambiente y datos del GPS. Estos datos recogidos pueden ayudar a los investigadores a prever cómo la contaminación del aire se extiende en las ciudades, lo cual es información útil a la hora de tomar decisiones sobre dónde construir infraestructuras importantes como hospitales o escuelas. Asimismo, también ayudan a identificar sitios problemáticos para facilitar a las autoridades públicas la creación de políticas de adaptación al cambio climático.
Hasta ahora, las palomas mensajeras con “mochilas” participantes en el proyecto, han recorrido casi 1,000 kilómetros en el transcurso de 41 vuelos. Los científicos esperan poder utilizar esta información climática para predecir cómo viaja la contaminación en la ciudad. El siguiente paso sería expandirse a otras ciudades, pero esto requeriría más fondos y encontrar comunidades de criadores de palomas dispuestos a participar. Con un costo de solo 250 dólares por sensor, la tecnología es bastante económica en comparación a otros métodos. El gran desafío, entonces, es contar con suficientes palomas mensajeras entrenadas.
Mientras tanto, Thomas sigue afinando los sensores para llegar a la calibración perfecta. También busca mejorar el sensor para que sea autosuficiente, lo que abriría las puertas a un mundo de posibilidades, incluyendo su colocación en aves silvestres.
Fuente principal My Modern Met (español)