En la actualidad, el ruido ocasionado por el tráfico es uno de los principales problemas de contaminación acústica y de salud vital. Para paliar sus efectos, se suelen colocar pantallas acústicas, las cuales consumen recursos materiales en su fabricación, generan una gran cantidad de residuos al finalizar su vida útil y tienen un alto impacto visual; además, su efectividad es bastante variable. Ahora, investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), han desarrollado un nuevo tipo de pantalla contra el ruido de residuos vegetales que resulta práctica, sostenible y económica, y que, además de proporcionar una reducción significativa del ruido, disminuye el impacto ambiental y paisajístico.
Cabe indicar que, en otras ocasiones, ya se ha tratado de utilizar pantallas acústicas vegetales para absorber los ruidos, pero se ha visto que la vegetación presenta muy baja capacidad de amortiguación de los sonidos. Además, se requerirían franjas arboladas de considerable anchura para conseguir amortiguaciones similares a las obtenidas con pantallas rígidas. Igualmente, las pantallas vegetales presentan otro inconveniente relacionado con el período de tiempo necesario (en ocasiones muchos años) para que los vegetales que la componen crezcan y constituyan una masa tupida que puedan cumplir su función amortiguadora.
Para intentar solucionar estos inconvenientes, hoy en día se vienen realizando pantallas a base de elementos reciclados, que intentan minimizar el consumo de materiales y reutilizar desde desechos de moquetas, a restos de papel y materiales fibrosos.
En el caso de la nueva pantalla contra el ruido de residuos vegetales desarrollada por la UPM, se aprovecha la materia prima resultante de la poda de plantas, como las palmeras o las de los jardines, para su construcción, creándose así un nuevo eslabón en la cadena de procesado de los residuos generados en la jardinería.
La idea surgió al ver que en las zonas donde hay gran extensión de palmerales, existe un problema con los residuos generados tras la poda de estas plantas arbóreas.
La utilización de materiales locales, supone un gran ahorro, tanto en medios de transporte como en el impacto ambiental, ya que se da una solución a la excesiva cantidad de residuos. Asimismo, esto también previene otro posible problema como la bioinvasión, pues la transferencia de materiales de una región a otra introduce especies autóctonas invasoras, sin que nos demos cuenta de ello.
Para adaptar este residuo a la construcción de dispositivos reductores de ruido, ha sido necesario combinarlo con sustrato y agua para producir una mezcla con unas características estructurales y acústicas adecuadas a este tipo de aplicaciones, obteniendo así una mejora significativa del estado de la técnica. Además, se pueden añadir especies vegetales en la cara frontal como mejora visual y estética de la misma, lo que reduce considerablemente el posible impacto visual de la pantalla acústica.
Por tanto, estas pantallas contra el ruido de residuos vegetales de poda, son una solución muy adecuada desde el punto de vista acústico, mecánico, ecológico, sostenible y paisajístico.
Fuentes: Universidad Politécnica de Madrid y La Vanguardia
