Sembrar una planta y verla crecer es una experiencia que muchos de nosotros hemos disfrutado en algún momento de nuestra vida. Asimismo, la germinación de semillas es uno de esos procesos que sigue resultando una pequeña maravilla de la naturaleza. Si quieres aprender y poner en práctica el proceso de germinación de una planta o enseñarles a tus hijos cómo germinar semillas, en este artículo te lo explicamos todo sobre la germinación que es, sus etapas, tipos y métodos para germinar semillas de distintos tipos de plantas.
Qué es germinación. Significado y definición
La germinación de semillas está considerada el primer experimento que acercó a la población al mundo científico. Además, dio lugar al conocimiento más antiguo e importante de la humanidad: la agricultura.
Aunque en Internet podrás encontrar de forma amplia la definición de germinación de semillas pdf o en libros, la germinación significado o germinación definición es aquel conjunto de procesos fisiológicos derivado de la reproducción sexual de las plantas que finaliza con la emergencia del embrión que está contenido en la semilla. El ejemplo más común de germinación es el brote de una planta floral, frutal, legumbre u hortaliza, a partir de una semilla; sin embargo, el crecimiento de una hifa de una seta a partir de una espora micótica también se considera germinación.
La germinación de semillas puede ser definida como una serie de acontecimientos metabólicos y morfogenéticos que tiene como resultado la transformación de un embrión en una plántula que sea capaz de valerse por sí misma y transformarse en una planta adulta.
El proceso de germinación de una planta se lleva a cabo cuando el embrión reanuda su crecimiento, se hincha y la cubierta de la semilla se rompe, el cual es influenciado por factores externos e internos. Para lograr esto, toda nueva planta requiere de elementos básicos para su desarrollo: luz, agua, oxígeno, temperatura adecuada y sales minerales. Cabe indicar que cada especie prefiere una temperatura determinada para germinar.
La germinación puede ser un proceso inmediato, después de que las semillas se hayan dispersado, o pasar previamente por un periodo de letargo, más o menos largo, que dependerá de las condiciones ambientales.
Si quieres saber cómo explicar la germinación a los niños, puedes empezar diciéndoles que al madurar, la semilla se desprende de la planta madre y luego esta se desarrolla hasta convertirse en una nueva planta.
Cómo es el proceso de la germinación. Etapas de la germinación de semillas
El tiempo que una semilla tarda en germinar depende tanto de la especie de la planta como de las condiciones concretas del clima o humedad. Así, algunas semillas germinan en apenas 24 horas, mientras que otras pueden necesitar hasta 15 días o más.
En cuanto a los factores que influyen en la germinación de semillas, estos son: temperatura, contenido de humedad, concentración de oxígeno y dióxido de carbono, luz, etileno, inhibidores volátiles de la germinación y aleloquímicos.
Para entender cuánto tiempo tarda en germinar una semilla, es necesario comprender el proceso o las etapas de la germinación por las que esta pasa, las cuales son:
- Fase de hidratación o de imbibición: La primera etapa que tiene lugar durante el proceso de germinación es la absorción de agua por parte de la semilla. Sin esta etapa, el proceso de la germinación no puede darse. El proceso de hidratación o de imbibición de los tejidos de la semilla es un proceso físico de duración variable, la cual depende de la cantidad de agua disponible en el medio que rodea a la semilla y de la composición química de la semilla. Durante esta fase, el agua penetra en el interior de la semilla provocando el hinchamiento de la misma. Una vez que la semilla se ha hidratado, comienza a activarse una serie de procesos metabólicos que son esenciales para que se produzcan las siguientes etapas de la germinación.
- Fase de germinación: Una vez que la semilla ha completado la fase de hidratación, entra en la segunda etapa denominada “fase de germinación” en sentido estricto porque representa el verdadero proceso de la germinación. En esta fase, la absorción de agua se reduce de manera considerable, llegando incluso a detenerse, y se produce la activación generalizada del metabolismo de la semilla, dando lugar a todas las transformaciones metabólicas necesarias para el correcto desarrollo de la posterior plántula. Para ello, tiene lugar una serie de reacciones metabólicas en el interior de la semilla, que van a dar como resultado la transformación de las macromoléculas de reserva (glúcidos, proteínas y lípidos), en moléculas solubles mucho más sencillas y asequibles para el embrión.
- Fase de crecimiento: Es la última fase del proceso de germinación de las semillas y se caracteriza por el aumento de la absorción de agua, así como por el aumento de la actividad respiratoria. La extensión de la radícula a través de las capas de la semilla, es el hecho que supone la finalización de la fase de germinación propiamente dicha y marca el inicio de esta tercera y última fase del proceso de germinación. Una vez que aparece la radícula, se inicia un proceso complejo que implica un elevado gasto energético mediante la movilización de las reservas nutritivas de las semillas. Después de que la raíz se haya anclado bien al suelo, comienza a crecer el tallo, la cáscara de la semilla se cae y este hace su aparición en la superficie. Justo cuando se asoma el tallo se asimila que “la planta ha germinado”, y al producto se le da nombre de “plántula”, lo que es igual a una “planta bebé”. Durante las primeras etapas de su desarrollo, la plántula aún depende de las reservas de la semilla, cuya movilización y utilización es imprescindible para su nascencia. Esta dependencia va ir desapareciendo de manera paulatina según se va incrementando la absorción de nutrientes del suelo por parte de las raíces y se inicia la fotosíntesis en los primeros órganos verdes de la plántula.
Es destacable que mientras que en las dos primeras fases de la germinación los procesos son reversibles, las semillas que alcanzan la fase de crecimiento no pueden volver a las etapas anteriores del proceso, es decir, entran en una situación fisiológica irreversible, y en el caso de que no se den las condiciones adecuadas para que esta fase pueda seguir adelante, la semilla morirá.
Asimismo, las primeras etapas del desarrollo de las plántulas son difíciles y en ellas se detectan elevadas tasas de mortalidad causadas principalmente por desecación, depredación, enfermedades y competencia entre las propias plántulas.
¿Cuáles son los tipos de germinación de semillas que hay?
Según la posición de los cotiledones u hojas primordiales con respecto al suelo existen dos tipos de germinación de semillas:
- Germinación Epigea: los cotiledones de la semilla salen a la superficie debido a un gran crecimiento del hipocótilo o tallo de la planta. Posteriormente, los cotiledones se transforman en órganos capaces de realizar fotosíntesis. Finalmente, tiene lugar el desarrollo del epicótilo, (situado por encima de los cotiledones) a partir de cual se van a desarrollar las primeras hojas verdaderas. Como ejemplos de plantas con germinación epigea tenemos la cebolla y la judía.
- Germinación Hipogea: los cotiledones quedan bajo tierra, ya que el hipocótilo es muy corto o casi inexistente. En este caso, el epicótilo se alarga, apareciendo las primeras hojas verdaderas u órganos fotosintetizadores de la plántula. Ejemplos de plantas con germinación hipogea son el trigo, el maíz, la cebada y el guisante.
Cómo germinar semillas en casa. Métodos de germinación
Para germinar semillas en casa de forma sencilla y más o menos rápida, hay varios métodos, pero antes de entrar de lleno en ellos, os comentamos qué necesita una semilla para germinar rápido, lo cual debemos tener en cuenta para llevar a cabo el proceso de germinación de semillas de forma exitosa:
- Semillas de buena calidad: Las semillas que escojamos para germinar deben estar libres de roturas, enfermedades, restos de tierra, hojas, etc., y deben tener un tamaño homogéneo entre todas, y ser de la misma especie.
- Época: Algunas semillas pueden plantarse en prácticamente cualquier época del año, especialmente si lo hacemos en interior, pero otras, en cambio, no pueden ser plantadas en cualquier momento. Hay que prestar atención a la especie de planta que se vaya a cultivar y a su época de siembra óptima. Esto es especialmente importante en plantas de exterior o zonas expuestas al clima local.
- Humedad: Las semillas necesitan humedad para germinar, ya vimos que es imprescindible en la primera fase de la germinación. Sin embargo, un exceso de esta será tan fatal como la sequía, ya que las semillas pueden pudrirse o verse atacadas por hongos.
- Luz solar: Esta debe ser constante, al menos 6 u 8 horas al día, pero no debe caer directo en la planta.
- Temperatura: Todas las semillas requieren un rango de temperaturas para poder germinar, así que es bueno que os informéis sobre ello.
- Sustrato: El sustrato donde van a desarrollarse las plántulas después de germinar también es muy importante. Debe de ser un sustrato con una estructura muy suave y esponjosa, para que las pequeñas raíces puedan desarrollarse correctamente, así como debe contar con los macro y micronutrientes necesarios para la futura planta. Esto último depende de cada especie, pero, en general, se suele recomendar un sustrato de fibra de coco con humus de lombriz, turba y algo de vermiculita.
Germinar semillas en algodón
Seguro que a muchos de nosotros nos han enseñado en la escuela el proceso de germinación de semillas en algodón, ya que es algo muy fácil de preparar y hacer. Si lo quieres llevar a cabo para enseñárselo a tus hijos, a continuación, te lo explicamos.
Para hacer germinar semillas en algodón necesitaremos: las semillas que hayamos escogido, un recipiente transparente (como un vaso, tarro o un tupper), algodón sanitario limpio (dos pedazos medianos) y agua. Y el proceso a seguir es el siguiente:
- Colocar un pedazo de algodón de forma aplanada en el fondo del recipiente.
- Humedecer un poco el algodón. Se puede hacer con un pulverizador. Es importante que no quede encharcado.
- Colocar unas pocas semillas en ese algodón, presionando ligeramente con los dedos.
- Cubrir con el otro pedazo de algodón humedecido.
- Cubrir el recipiente y llevarlo a un lugar iluminado, pero sin que la luz le de directamente, y con una temperatura adecuada.
- Vigilar todos los días que se los algodones se mantengan húmedos y observar el proceso de germinación. Todas las semillas de las que salga una radícula, en principio, deberían dar lugar a plantas, pero, para eso, es necesario pasarlas a tierra para que puedan sostenerse y crecer. Tan pronto como se vean las radículas, retirar las semillas para plantar. Si se dejan crecer las raíces demasiado, será difícil después separarlas del algodón.
Mediante este método, podéis probar la germinación con distintas semillas que se os ocurran y así los niños irán viendo que no todas las semillas germinan con la misma rapidez, ni producen los mismos tallos.
Germinar semillas en papel de cocina o en servilletas de papel
Otro de los métodos para estudiar el proceso de la germinación de forma rápida y sencilla, es germinar semillas en papel absorbente grueso. Cabe indicar que este método es incluso más eficaz que germinar semillas en algodón, algunas semillas pueden germinar en solo un día, así como es una manera ideal para ver si tus semillas más viejas están aún vivas.
Para ello, vamos a necesitar: las semillas escogidas, papel de cocina absorbente o servilletas de papel grueso blancas, un recipiente transparente (vaso, tarro o tupper) y agua.
Los pasos a seguir para lograr germinar semillas en papel son:
- Poner un pedazo de papel de cocina doble en la parte inferior del recipiente.
- Mojar el papel de modo que esté completamente húmedo, pero sin charcos de agua y sin que se rompa.
- Espolvorear las semillas sobre el papel húmedo, dejándolas separadas entre sí.
- Poner otro pedazo de papel doble humedecido encima.
- Cerrar la tapa del recipiente y mantenerlo en un lugar oscuro.
- Revisar al día siguiente. Si las semillas son muy frescas, se germinan en tan sólo 1 día. Humedecer el papel si se ve que está algo seco.
- Tan pronto como se vean las radículas, retirar las semillas para plantar. Si se dejan crecer las raíces demasiado, será difícil después separarlas del papel de cocina.
Utilizar germinadores
La gran mayoría de semillas pueden germinarse sin problemas con los anteriores métodos. Sin embargo, hay semillas que producen una especie de gel o mucosidad al germinar: son las llamadas mucilaginosas. Este mucílago retiene mucha humedad y, si la semilla no se airea adecuadamente, provocará que acaben pudriéndose. Algunos ejemplos de semillas mucilaginosas son la albahaca, la mostaza, la rúcula y la chía. Asimismo, hay semillas que necesitan una temperatura muy específica para germinar. Por tanto, para germinar semillas así, necesitaremos germinadores, que podemos hacer nosotros mismos o adquirir.
Además, los germinadores nos ayudarán a la hora de germinar nuestras semillas en invierno, cuando es un poco más difícil obtener condiciones idóneas de humedad, temperatura y necesitamos protegerlas del viento para que puedan prosperar.
En el mercado, podéis encontrar bandejas de germinación, germinadores eléctricos con distintos diseños y funciones, germinadores de cerámica, germinadores de barro, y germinadores de semillas calefactados, los cuales aportan unas condiciones óptimas de temperatura y humedad.
Pero si no queréis gastar dinero y deseáis saber cómo hacer un germinador de frijol, por ejemplo, a continuación, os explicamos cómo hacer un germinador casero de semillas vosotros mismos.
Para hacer un germinador en casa vais a necesitar: papel absorbente, algodón, arena, agua y un recipiente, el cual puede ser un frasco o bote con tapa para germinar semillas en tupper, una caja de plástico o madera, una bolsa de plástico con cierre zip o incluso papel de aluminio, siendo este bastante efectivo y cómodo.
Y el procedimiento para hacer vuestro propio germinador de semillas, es bastante similar a germinar semillas en algodón o papel:
- Colocar el papel absorbente dentro del frasco, alrededor formando un cilindro, dejando un vacío en el centro.
- Colocar un bollo de algodón en el centro.
- Rellenar los espacios del frasco con un poco de arena.
- Las semillas deben esparcirse hasta la mitad del frasco y dentro del papel secante o de algodón, con mucho cuidado.
- Humedecer el algodón con un chorro de agua, asegurándose que el papel también se humedezca bien.
- Controlar diariamente la humedad, manteniendo bien humedecido el algodón y el papel.
- Rota el germinador cada dos días para que todas las semillas tengan las mismas condiciones de luz necesarias para germinar.
- Al cabo de una semana, ya tendrán que salir las raíces y el primer brote.
- Cuando ya tengas una plantita o plántula de unos centímetros, podrás pasarla a una maceta con tierra abonada y húmeda.
Ejemplos de germinar semillas rápido
Si queremos observar en poco tiempo el proceso de la germinación de semillas, podemos escoger aquellas plantas o semillas que germinan más rápido: tomates, zanahorias, brócoli, col, lechuga, acelga, rábano, haba, las cuales suelen tardar alrededor de unos tres días o incluso menos.
Los métodos explicados arriba con algodón, papel y germinadores, ayudan a acelerar mucho la germinación de las semillas, sin embargo, hay semillas que quedan en el estado de dormancia por mayor tiempo y que requieren pasar por exposición a luz o temperaturas que interrumpan ese estado. Para acelerar todo esto, hay procesos artificiales, como la estratificación de temperatura y la escarificación.
La estratificación puede ser cálida o fría. La primera consiste en aplicar calor, ya sea guardando las semillas en el interior o utilizando un germinador calefactable; y la segunda, es tan simple como guardar las semillas en el refrigerador durante unas semanas, antes de hacerlas germinar a una mayor temperatura.
Por su parte, la escarificación consiste en romper o desgastar parte de la cubierta externa de las semillas mediante procesos mecánicos (con el filo de un cuchillo se puede retirar una tira de la capa más externa de la semilla, con mucho cuidado), químicos o sumergiéndolas en agua muy caliente para ablandar la cubierta. Una vez escarificadas, estas semillas deben ser sembradas enseguida, ya que sus posibilidades de conservación disminuyen notablemente.
Finalmente, a modo de ejemplos, os contamos cómo germinar semillas de algunas plantas muy conocidas.
Germinar semillas de tomate
La germinación de semillas de tomate es una de las más rápidas y se puede hacer durante todo el año en el interior, controlando que la temperatura no baje de los 15ºC.
Para llevarla a cabo se necesitan las semillas de tomate, papel absorbente o algodón, agua y un recipiente con tapa o un tupper; y seguir los siguientes pasos:
- Preparar un papel absorbente o pedazo de algodón grande y doblarlo por la mitad, dejando las semillas en su interior. Puedes usar varias capas.
- Meter las semillas envueltas en un recipiente o tupper.
- Humedecer el papel/ algodón atomizando agua sobre él, con cuidado de que quede humedecido por completo, pero no encharcado.
- Mantener el recipiente en un sitio entre 16 ºC y 28 ºC y a oscuras.
- Abrirlo una vez al día durante unos pocos minutos para que el aire se renueve y las semillas reciban oxígeno, además de para comprobar, levantando el papel o algodón con cuidado, que las semillas están bien y que no han aparecido hongos u otros problemas.
- Una vez tengan sus pequeñas raíces blancas, trasladar las semillas a un sustrato, colocándolas, con mucho cuidado, con las raíces bajo tierra y el resto de la planta en la superficie.
Germinar lentejas
La época ideal para sembrar lentejas suele ser en otoño o en primavera. Las semillas de lenteja tardan entre 6 y 10 días en germinar, en función de la temperatura.
Para germinar lentejas es necesario disponer de algodón, agua y un recipiente de cristal, además de las propias lentejas.
Para ello, en primer lugar, se coloca el algodón dentro del tarro de cristal y se humedece con agua, sin encharcarlo. A continuación, se ponen las lentejas sobre el algodón, presionando ligeramente para que se empapen. Se cierra el frasco y se deja. Hay que mantener la humedad del algodón continuadamente y, al cabo de unos días, aparecerán las radículas blancas.
Germinar semillas de manzana
En el caso de germinar semillas de manzana, tendremos que aportar frío a las semillas para romper su latencia, es decir, hay que llevar a cabo una estratificación fría metiendo las semillas en un tupper con vermiculita en la nevera unos días.
Para ello, llenamos el recipiente de vermiculita hasta la mitad y depositamos las semillas en él, separándolas un poco entre sí. Después, rellenamos el recipiente por completo con más vermiculita, y regamos las semillas con un vaporizador de agua, procurando que el sustrato quede húmedo, pero nunca encharcado ni empapado. Se aconseja añadir a la mezcla algo de fungicida ecológico para evitar el ataque de hongos y que todo se eche a perder. Cerramos el recipiente y lo guardamos en la nevera, a unos 5 o 6 ºC.
A partir de entonces, sacamos el recipiente con el sustrato una vez por semana, para que respire y poder apreciar la evolución de las semillas. En unos 3 meses, deberían estar listas para la siembra en semillero.
Una vez nos germinan las semillas, sin necesidad de que saquen los cotiledones, podemos plantar nuestra semilla de manzana en maceta. Lo ideal es que sea una maceta profunda para que las raíces del frutal se desarrollen perfectamente y le añadiremos un sustrato bien nutrido especial frutales. Cogemos nuestra semilla con raíz y la posamos de forma horizontal sobre el sustrato, enterrando la raíz, pero con mucho cuidado de no romperla. En poco menos de una semana, empezara a brotar nuestro manzano.
Germinar semillas de naranja
Aquí verás todo el proceso que debes seguir para germinar semillas de naranja, o de cualquier cítrico, teniendo en cuenta el periodo frío, al igual que en el caso anterior. Así, mantendremos en la nevera las semillas de naranja en una bolsa con cierre zip con arena.
Antes de nada, hay que tener cuidado de no utilizar semillas que se hayan secado, ya que no germinarán.
Después de dos semanas de estratificación fría o de la escarificación, cuando veamos que la radícula ha comenzado a crecer fuera de las semillas, ya podemos pasarlas a una maceta con sustrato especial para cítricos. Hay que tener en cuenta que las semillas de naranja son lentas germinando.
Germinar semillas de melón
El melón es una fruta que se debe cosechar en verano, así que hay que irlo germinando bastante antes, aunque germina muy rápido.
Para ello, el primer paso será extraer las semillas de un melón. Podemos hacerlo tomando un pequeño cuchillo de cocina y raspando sobre la zona en la que se encuentran ubicadas, colocando debajo algún recipiente plano, trozo de papel de cocina o servilleta. Convenientemente, colocamos las semillas separadas una de otras y las dejamos reposar un par de días para que se sequen.
Una vez que tenemos las semillas secas, vamos a tomarlas de una en una y apretarlas suavemente. De esta manera, sabremos cuáles sirven y cuáles no. Si al apretarlas notamos que se hunden, es porque en su interior están vacías y no tienen embrión.
Tras seleccionar nuestras semillas, vamos a comenzar el proceso de germinación de semillas de melón propiamente dicho. Para ello, precisaremos de un vaso con agua, una servilleta o rollo de papel de cocina y papel de aluminio. Y los pasos a seguir son:
- Humedecemos nuestra servilleta o papel en el vaso con agua y escurrimos para quitar el sobrante de agua.
- Tomamos un trozo de papel aluminio, de un tamaño mayor al de la servilleta, lo extendemos sobre la mesa y, en su interior, extendemos la servilleta humectada.
- Ponemos nuestras semillas de melón en la servilleta, manteniéndolas separadas unas de otras.
- Cerramos la servilleta a la mitad, cubriendo las semillas y presionando para que toda superficie de la servilleta quede en contacto con las semillas y las mantenga humectadas.
- Por último, plegamos el papel aluminio sobre la servilleta. De esta manera, estaremos aportándole mayor oscuridad al proceso y conservando aún más la humedad de las semillas.
- Todos los días, abrimos el papel aluminio con cuidado y revisamos el proceso de germinación. En unos 4 días, las semillas deberían estar echando la radícula.
Germinar semillas de uva
Para aprender a germinar las semillas de uva, sigue estos pasos cuidadosamente:
- Elegir la variedad de uva que se quiera cultivar.
- Una vez elegida la variedad, hay que obtener con las semillas. Lo más seguro tiende a ser comprarlas en un vivero, pero también se pueden extraer de las uvas que se pueden comprar.
- Colocar las semillas en agua. Si alguna flota, debemos deshacernos de ella, pues no germinará. Comprobamos que las demás son firmes al tacto cuando las presionamos con los dedos un poco.
- Remojar las semillas 24 horas en agua destilada. Es importante que antes de esto, se hayan lavado a conciencia para retirar cualquier resto de materia orgánica de ellas.
- Para estratificar las semillas, hay que preparar una bolsa hermética con papeles de cocina húmedos. Meteremos las semillas y las guardamos en el refrigerador, a entre 1 y 3ºC. El mejor tiempo para hacer esto es en invierno, para que así, tras los 2 meses de estratificación, sea un buen momento para plantarlas. A lo largo de este tiempo, renovamos la humedad cuando se sequen demasiado, y abrimos la bolsa de vez en cuando para que las semillas respiren.
- Pasado este tiempo, podemos sacar las semillas a principios de primavera y plantarlas en macetas pequeñas preparadas con sustrato adecuado rico en nutrientes.
Germinar semillas de pimiento
Por último, si quieres aprender a sembrar semillas de pimientos, aquí os contamos cómo germinar semillas de pimiento.
El mejor momento para hacer germinar semillas de pimiento es cuando las temperaturas son cálidas, pero no en exceso, alrededor de los 26 ºC. Para ello, vamos a necesitar un recipiente o tupper, papel absorbente, papel de aluminio y agua.
El proceso para hacer germinar semillas de pimiento es el siguiente:
- Antes de nada, nos aseguramos de la viabilidad de nuestras semillas sumergiéndolas en agua durante 24 horas. Las que floten deberán ser descartadas.
- En el recipiente, añadimos una capa de papel absorbente humedecida y depositamos ahí las semillas a germinar.
- Humedecemos y añadimos otra capa de papel absorbente.
- Envolvemos todo con el papel de aluminio para proteger de la luz y colocamos el recipiente encima de una fuente de calor suave.
- Abrimos el recipiente una vez al día para oxigenar y humedecemos de nuevo cuando sea necesario.
- En muy poco tiempo (menos de una semana), las raíces habrán aparecido y las semillas estarán listas para ir a un semillero.
Finalmente, esperamos haberos ayudado a entender el proceso de germinación de semillas y que ahora sepáis y os animéis a germinar semillas vosotros mismos.
Fuentes: infoAgro.com, Ecología Verde, Mundo Huerto y Bioespecie.com