Hoy en día todo lo que lleve el prefijo “eco” delante está de moda, ¿pero qué pasa si nos anteponemos este prefijo a nosotros mismos?, es decir, ¿qué sería una ecopersona o un ecociudadano?
Definición de ecociudadano
El prefijo “eco” hace referencia al ambiente, medio u hogar, por tanto, un ecociudadano es todo aquel ciudadano responsable con el medio ambiente en su día a día.
Esto es fácil de decir y entender pero no lo es tanto a la hora de llevar acabo. En realidad, aquí el concepto se muestra más complicado, teniendo por un lado el prefijo “eco” haciendo alusión al cuidado del medio ambiente, y por otro lado, la palabra “ciudadano” refiriéndose a las personas que viven en una ciudad. Entonces, hay que introducir aquí la idea de ciudad y de ciudadanía, la cual es muy antigua, remontándose a la revolución francesa y al auge de la burguesía con el modelo de crecimiento económico.
Sin embargo, los ciudadanos tienen una enorme importancia a nivel histórico, llegando a ser éste un concepto universal, por lo que el término “ciudadano” no alude al lugar concreto en el que se reside, sino a una globalidad en la que estamos inmersos, ya que todos nosotros, al fin y al cabo, somos ciudadanos. Con esto, partiendo de esta idea globalizadora, que los ciudadanos seamos eco responsables se convierte en un deber común.
Así pues, este deber de cuidar el medio ambiente tiene una parte de obligación moral y otra de respeto de normativas ambientales de distinto tipo, las cuales nos pueden gustar más o menos, y que pueden parecer insuficientes para ecologistas y expertos ambientales. Sin embargo, a nivel individual, somos responsables ante nosotros mismos, por lo que no podemos excusarnos en leyes o asuntos morales, sino que debemos ir más allá de los deberes que se nos exigen colectivamente y tener un papel activo en cuestiones concretas, para así ser buenos ecociudadanos.
El objetivo principal del ecociudadano es defender, respetar y ayudar al planeta mediante sus acciones cotidianas, con el fin de dejar un lugar mejor para vivir a las generaciones venideras. Con esto, ser un ecociudadano se traduce en cambiar o adaptar muchas de nuestras acciones, que en realidad vienen siendo pequeños gestos, pero muchos pequeños gestos darán lugar a un gesto mayor a favor de la salud de nuestro planeta.
Decálogo para ser un ecociudadano
A continuación, os dejamos un decálogo de acciones y comportamientos que debemos adoptar para ser un buen ecociudadano:
- Saber entender e interpretar que nuestro comportamiento refleja nuestro compromiso con la sociedad en la que vivimos y con nosotros mismos, desde el punto de vista medioambiental.
- Respetar el medio ambiente y tratar de preservarlo.
- Recolectar y clasificar nuestros desperdicios para poderlos reciclar.
- Reutilizar todos aquellos objetos que podamos.
- Interesarse por temas relacionados con el medio ambiente y su aplicación a la vida diaria.
- Involucrarse en actividades que ayuden a mejorar la calidad del medio ambiente.
- Tener interés en relacionarnos con otras personas que actúan de la misma forma que nosotros y que colaboran conjuntamente a favor del medio ambiente.
- Denunciar aquellas acciones que no respeten y destruyan el entorno
- Colaborar para erradicar comportamientos dañinos y/o destructivos al medio ambiente.
- Utilizar los recursos y la energía con responsabilidad.
- Involucrar a más personas a ser ecociudadanos.
Además de estas acciones, hay otras muchas sencillas que todos podemos realizar en nuestro día a día y que nos hacen sentir bien con nosotros mismos y con el medio que nos rodea sin que apenas nos cueste esfuerzo, así que todos podemos ser ecociudadanos y ayudar a nuestro planeta, que es él ahora el que nos necesita.
Si queréis más información o empezar ya con vuestras pequeñas acciones, podéis visitar la web de ecociudadanos.