Hoy os traemos una buena noticia: la recuperación de un espacio natural. Mediante un proyecto conjunto de Seo/BirdLife y Salarte (una organización sin ánimo de lucro del Fondo para la Custodia y Recuperación de la Marisma Salinera), se ha llevado a cabo la restauración, conservación y recuperación de algunas de las salinas del Parque Natural de la Bahía de Cádiz (España) de forma exitosa, tras 30 años de abandono, las cuales volverán a producir sal y contribuirán a mantener la economía y el hábitat característico de este ecosistema.
Las salinas ocupan el 80% del Parque Natural de la Bahía de Cádiz, un espacio natural protegido de unos 10522ha de humedales de importancia internacional por localizarse en la ruta migratoria Europa-África de las aves y favorecer las colonias de nidificación, y por criar desde fitoplancton y zooplancton, hasta 130 especies de peces, invertebrados y moluscos; cuyos límites se hallan repartidos entre los términos municipales de Cádiz, San Fernando, Puerto Real, Chiclana y el Puerto de Santa María.
Las salinas han sido su motor económico durante siglos. Sin embargo, a pesar de esto y su alto valor ecológico, el fin de la industria tradicional salinera provocó su abandono, causando un dramático proceso de regresión y desecación y desecación. Hasta los años 60 del siglo pasado, sobrevivían hasta 160 salinas del Parque Natural de la Bahía de Cádiz, pero actualmente solo 9 permanecen activas. Y esto ha afectado muy negativamente a dichos ecosistemas.
En concreto, los muros que protegían la salina Balbanera de la acción del viento y las olas (la conocida como «vuelta de afuera») están ahora destruidos y varias de las compuertas que controlaban el flujo de agua están rotas; por ello, las comunidades de aves acuáticas son ahora muy pobres y no pueden reproducirse.
Por este motivo, el proyecto de Seo/BirdLife y Salarte, financiado por la fundación MAVA (que financia proyectos de biodiversidad y de conservación de humedales en todo el Mediterráneo y África Occidental), pretendió activar las condiciones necesarias para recuperar el paisaje del entorno de las salinas del Parque Natural de la Bahía de Cádiz y evitar así su pleno abandono.
Dicho proyecto, se enmarca en otro más amplio en toda la Bahía de Cádiz, donde se están analizando los servicios ecosistémicos que ofrecen estos espacios y qué soluciones basadas en la naturaleza se pueden poner en marcha para reducir amenazas y potenciar esos servicios, como el secuestro de carbono y la amortiguación de la erosión costera o las inundaciones, además del valor para la producción de alimentos y el desarrollo económico y social en sintonía con la conservación de la biodiversidad.
Para ello, propusieron cuatro objetivos globales para actuar sobre el paisaje: la recuperación de los sistemas naturales, la reactivación de los sistemas productivos, el impulso del paisaje y los catalizadores constructivos. Cada una de estas acciones, que combinan los sistemas naturales (ecosistema, marismas), la producción (salinas, acuicultura, investigación, formación) y el disfrute (paseos, observatorios…), permitirán construir el paisaje productivo en la Bahía de Cádiz del siglo XXI que favorecerá su conservación.
Además, el proyecto pretende ser un nuevo ejemplo de recuperación de este tipo de humedales que permite compatibilizar el desarrollo económico y social con la conservación de la biodiversidad, uno de los principios que rigen a los espacios de la Red Natura 2000.
Así pues, tras más de un año de trabajo, han conseguido restaurar 55 hectáreas de las salinas Balbanera, Molineta, el Manchón de Torrecilla y el Pilar, transformando estos espacios degradados en entornos dinámicos con beneficio social y ambiental. Se han restaurado hábitats clave, potenciando la biodiversidad y demostrando los beneficios de una gestión sostenible y continuada de los humedales costeros.
Ahora, estas salinas del Parque Natural de la Bahía de Cádiz, permiten mantener oficios profesionales dando vida a la población local en armonía con los valores naturales, a través de la acuicultura multitrófica, la gastronomía, el ecoturismo y la educación ambiental. Asimismo, la restauración potenciará el retorno de comunidades acuáticas y de numerosas especies de aves.
Entre las tareas de restauración y recuperación realizadas en las salinas, tenemos que:
- Se ha reparado 2,5 km de muros de vuelta de afuera, para asegurar una lámina de agua permanente, y dieciséis compuertas, para permitir el flujo de agua, con la consiguiente potenciación de las comunidades acuáticas y el retorno para la cría de numerosas especies de aves, como chorlitejos, charrancitos, tarros blancos, o espátulas.
- Se han creado espacios de nidificación para dichas aves, lo que permitirá la recuperación de la biodiversidad.
- Se han puesto en marcha actuaciones específicas para mejorar la reproducción de especies de aves.
- Se han creado islas para delimitar ecosistemas.
- Se ha recuperado la infraestructura para la observación de aves.
- Se ha dado apoyo a las actividades turísticas y educativas.
- Se ha rehabilitado parte de la casa salinera, clave para dignificar el trabajo marismeño. Se calcula que podrá producir al año 30 toneladas de flor de sal y 300 toneladas de sal marina virgen.
Así, la actuación pretende ser un ejemplo de cómo la recuperación de este tipo de humedales permite compatibilizar el desarrollo económico y social con la conservación de la biodiversidad. Además, recuperar estos entornos ayudará también a luchar contra el cambio climático, ya que actúan como sumideros de carbono y como barrera de la subida del nivel del mar, así como brindan protección ante temporales.
Fuentes: Seo/BirdLife, CanalSur, Cadena Ser y Diario de Cádiz