El 19 de Noviembre se celebra el Día Mundial del Retrete para concienciar acerca de la crisis mundial de saneamiento y fomentar medidas que la resuelvan. Con motivo de este día, os presentamos a Sandi, el retrete que funciona con arena en vez de agua, creado por un joven diseñador.
Día Mundial del Retrete
Basta con que algunas personas de una comunidad no dispongan de retretes aptos, para que la salud de todos esté en peligro. El saneamiento deficiente contamina las fuentes de agua potable, los ríos, las playas y los cultivos alimentarios, y propaga enfermedades mortales entre la población.
El 24 de julio de 2013, la Asamblea General de la ONU decidió designar el 19 de noviembre Día Mundial del Retrete (World Toilet Day), en el contexto de la propuesta: «Saneamiento para Todos«, como parte de una campaña de toma de conciencia de la importancia del acceso sostenible al agua potable y a servicios básicos de saneamiento.
No obstante, antes de eso, el Día Mundial del Retrete había sido establecido extraoficialmente por la Organización Mundial del Retrete (una ONG con sede en Singapur) en 2001.
El motivo de celebrar un día mundial dedicado al retrete es que, en la actualidad, hay datos muy preocupantes sobre los sistemas de saneamiento en el mundo, sobre todo en los países en desarrollo:
- 4.500 millones de personas (un 60% de la población humana) no cuentan en sus viviendas con sistemas que eliminen los excrementos de forma segura y 892 millones siguen defecando al aire libre.
- En torno a 1.800 millones de habitantes del planeta, beben agua no potable que podría estar contaminada por heces.
- 900 millones de estudiantes en todo el mundo carecen de instalaciones para lavarse las manos, crítico en la propagación de enfermedades mortales.
- El 80% de las aguas residuales generadas por la población mundial regresan al medio ambiente sin ser tratadas o reutilizadas.
La solución radica en adoptar medidas que permitan dar respuesta a la crisis de saneamiento mundial y lograr el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6, cuya finalidad es garantizar la disponibilidad de agua y saneamiento para todos de aquí a 2030.
A pesar de que el acceso al saneamiento es un derecho humano reconocido por las Naciones Unidas, todavía se precisa cuadruplicar las inversiones e implantar importantes innovaciones para ver progresos a lo largo de la “cadena del saneamiento”, desde los retretes hasta el transporte, la recogida y el tratamiento de los excrementos humanos.
Sandi, el retrete que funciona con arena
En este contexto de implantar innovaciones para el saneamiento, os presentamos a Sandi, el retrete que funciona con arena, en lugar de agua y que está pensado para ser usado en África subsahariana y en regiones pobres sin acceso a agua corriente.
Sandi ha sido creado por un joven diseñador de arquitectura llamado Archie Read, de la Universidad de Dundee (Escocia), que realizó su año de prácticas en una empresa de saneamiento de África. Durante su estancia desarrolló la idea de este retrete, preocupado por los millones de personas que no pueden hacer sus necesidades con dignidad.
Para crear a Sandi, Read se basó en las directrices de las Naciones Unidas, que pide desarrollar un retrete para familias de siete adultos, con capacidad para al menos dos días. Además, debe ser asequible y fácil de fabricar.
Después de un tiempo de investigación, Read se decantó por utilizar arena como sustituto del agua en el inodoro. Este cambio de material implica un cambio de sistema de funcionamiento. Así pues, Sandi presenta un sistema de descarga mecánica mediante una cinta transportadora que traslada los excrementos del retrete al depósito que tiene debajo.
Para usar este retrete, en primer lugar, hay que rellenar su cuerpo con arena y se pulsa una palanca para que la cinta transportadora se llene de arena. Entonces, ya se puede hacer las necesidades y tirar de la cadena con esa misma palanca, de modo que la cinta transportadora lleva los restos al depósito interior. Asimismo, Sandi también lleva un sistema de filtrado que separa los desechos líquidos de los sólidos. Estos últimos se podrían reutilizar como fertilizante. De este modo, se descentraliza el proceso, ya que al estar los residuos separados no hay contaminación.
Sandi puede almacenar un mínimo de 20 litros de residuos sólidos y 30 de líquidos, por lo que un hogar de siete personas tendría que vaciarlo una vez cada diez días.
Cabe indicar que todos los mecanismos son manuales, por lo que tampoco necesita electricidad y su instalación es mínima, sin necesitar ningún trabajo de construcción.
Y en cuanto a su venta, el retrete Sandi se vendería por 72 dólares la unidad, unos 70,5 euros. Sin embargo, la idea de Read es bajarlo todavía más de precio para poder reducir el coste de fabricación, que ahora mismo es cuatro veces superior al que debería tener. Para lograrlo, se ha comprometido a colaborar con grandes organizaciones que financien su proyecto de saneamiento y garantizar así la calidad y la viabilidad del producto.
Fuentes: Naciones Unidas, Wikipedia, EcoInventos y El Español omicrono