Los ecosistemas marinos son responsables de producir la mitad del oxígeno que respiramos y representan el 95% de la biosfera del planeta. Además, son el sumidero de carbono más grande del mundo. Pero a pesar de esto, las reglas fragmentadas y poco aplicadas que rigen en alta mar, han dejado esta área más vulnerable a la explotación que las aguas costeras. Ahora, se acaba de acordar y aprobar el Tratado Global de los Océanos o Tratado BBNJ (Biodiversity Beyond National Jurisdiction) por parte de la ONU, el cual protege todas las partes del mar no incluidas en la zona económica exclusiva, aguas interiores de un Estado, ni en las aguas archipelágicas de un Estado archipelágico; después de casi dos décadas de negociaciones y de que Greenpeace navegara por todos los océanos documentando su valiosa biodiversidad y denunciara sus amenazas, como la sobrepesca, la minería o la contaminación por plásticos; así como tuviera lugar un concierto de hielo en el Ártico; por lo que este acuerdo es, por el momento, la mayor victoria de conservación jamás vista.
El acuerdo del Tratado Global de los Océanos permite a los gobiernos crear santuarios en las aguas internacionales de todo el mundo, lo que hará posible proteger el 30% de los océanos para 2030, el mínimo necesario según la ciencia para que los océanos y la vida marina se recuperen y que fue acordado en la COP 15 de Biodiversidad; así como también contribuye a garantizar el sustento y la seguridad alimentaria de los miles de millones de personas de comunidades costeras que dependen de ellos.
Asimismo, el tratado cubrirá casi dos tercios del océano que se encuentra fuera de las fronteras nacionales, y proporcionará un marco legal para establecer amplias áreas marinas protegidas y así proteger la vida silvestre y compartir los recursos genéticos. Además, establecerá una Conferencia de las Partes (COP), la Cumbre Anual que realiza la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se reunirá periódicamente y permitirá que los estados miembros rindan cuentas sobre temas como la gobernanza y la biodiversidad.
Cabe destacar que la High Ambition Coalition, que incluye a la UE, EE.UU., Reino Unido y China, han sido actores clave en la negociación del acuerdo. Todos mostraron voluntad de compromiso en los últimos días de negociaciones y construyeron coaliciones en lugar de sembrar división. Asimismo, los Pequeños Estados Insulares han mostrado liderazgo a lo largo del proceso, y el grupo G77 ha abierto el camino para garantizar que el tratado se pueda poner en práctica de manera justa y equitativa.
Finalmente, el texto del Tratado Global de los Océanos pasará por la edición técnica y la traducción, antes de ser adoptado oficialmente en otra sesión, aunque todavía presenta deficiencias, así como los conservacionistas dicen que se ha dejado un margen significativo para la mejora en algunos aspectos, como el de los Recursos Genéticos Marinos. Posteriormente, los gobiernos deberán asegurarse de que el tratado se implemente de manera efectiva y equitativa.
“Hoy es un día histórico para la conservación y una señal de que en un mundo dividido, proteger la naturaleza y las personas puede triunfar sobre la geopolítica. Elogiamos a los países por buscar compromisos, dejar de lado las diferencias y emitir un tratado que nos permitirá proteger los océanos, aumentar nuestra resiliencia al cambio climático y salvaguardar las vidas y los medios de subsistencia de miles de millones de personas”, ha declarado Pilar Marcos, responsable de Océanos en la delegación de Greenpeace en Naciones Unidas. “Por fin podemos pasar de las palabras a un cambio real en el mar. Los países deben adoptar y ratificar y ratificar formalmente el tratado, lo más rápido posible para que entre en vigor, y luego poder crear los santuarios marinos que nuestro planeta necesita. El tiempo sigue corriendo para poder alcanzar el objetivo de protección 30×30. Nos queda media década y no podemos ser complacientes”.
Fuente principal Greenpeace