Una rotura en un barco de bandera panameña que transportaba unas 4000 toneladas de diésel, ha provocado un vertido de petróleo en la Isla Mauricio, situada en aguas del océano Índico, al este de Madagascar, famosa por sus playas paradisíacas y reputado destino turístico internacional; causando una de las peores crisis ambientales de la historia de este país africano.
El buque panameño “MV Wakashio” que navegaba desde China rumbo Brasil, encalló el pasado 25 de julio de 2020 en la costa sureña del país. En el momento del accidente, el barco no transportaba carga, pero iba con unas 200 toneladas de diésel y 3800 de petróleo para su consumo propio. El buque empezó teniendo una brecha, causante del vertido de petróleo en la Isla Mauricio, pero el sábado 15 de Agosto acabó partiéndose en dos.
La marea negra y sigilosa de dicho vertido, ha consumido ya entre 15 y 20 kilómetros de la costa, afectando a miles de especies en las lagunas vírgenes de Blue Bay, Pointe d’Esny y Mahebourg, al sur del país. Los 20 integrantes del carguero se encuentran sanos y salvos, mientras las ONG locales, como Mauritian Wildlife Foundation, están colaborando con las autoridades para salvar lo que pueden.
La empresa nipona, propiedad de Nagashiki Shipping en Okayama, instaló barreras para recolectar el petróleo cerca de los restos del naufragio y otras para proteger algunos sitios clave, incluido el Parque Marino Blue Bay.
No obstante, debido al avance del vertido de petróleo en la Isla Mauricio, en la noche del 7 de agosto, la isla declaró el Estado de Emergencia Medioambiental, y horas antes, el Gobierno pidió ayuda a Francia, uno de sus socios internacionales más cercanos y con territorio próximo al suyo.
«Es uno de los desastres ecológicos más graves en la isla y ha ocurrido en la mayor albufera y una de las más hermosas del país», explicó Mokshanand Sunil Dowarkasing, asesor ambiental en Mauricio y exresponsable de estrategias de la organización de protección medioambiental Greenpeace África.
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Esta albufera, es una región de arrecifes de coral que llevaban unos quince años rehabilitándose y también de gran diversidad marina y terrestre, con importantes reservas naturales a pocos kilómetros. Además, al sur se encuentra el parque marino Blue-Bay, un espacio de gran valor ecológico y turístico que ya ha empezado a recibir trazas del vertido y que, de contaminarse, supondría un enorme desastre para Isla Mauricio. Lo mismo se teme para la isla de los Aigrettes, un espacio recientemente rehabilitado para la fauna, que alberga especies endémicas de camaleón y otros reptiles mauricianos y que está situada a solo unos cientos de metros al norte de la zona del naufragio.
Según Dowarkasing, el flujo de derrame del combustible ha decrecido ligeramente en las últimas horas gracias a los esfuerzos de las autoridades por vaciar los tanques del barco, pero el caudal no se ha detenido aún, empeorando la marea negra que se extiende sobre las aguas.
Además, el desastre del vertido de petróleo en la Isla Mauricio, no es solo natural, sino también económico, en una zona en la que cientos de familias viven del turismo y de la pesca. «No estamos preparados para combatir una crisis ecológica como esta en una isla pequeña», admitió Dowarkasing.
“Puedo decir, por mi experiencia, que esta zona ya no va a ser lo que era. Ya la hemos matado, tardará alrededor de cien años en volver a ser lo que era», lamentó Dowarkasing. «Es un ‘ecocidio‘ y, en mi opinión personal, no se actuó correctamente. Pero el daño está hecho. Ahora, para nosotros, (la tarea) es tratar de recuperar la isla al máximo», recalcó.
Fuentes: ABC y La Vanguardia
